lunes, 12 de enero de 2009

Si no hay pan, denles pastelillos

Hace algunos años, muchos, por supuesto, cuando estudiaba en la secundaria, me impresionó mucho aquella parte de la historia de Francia cuando los revolucionarios llegaban a las puertas de Palacio y la bella María Antonieta, viviendo en una irrealidad, preguntaba la razón por la que los franceses estaban molestos, gritaban peleaban y trataban de llegar a tomar Palacio. Los cortesanos que siempre han pretendido que los hombres y las mujeres del poder no se molesten ni se enteren de las cosas “mundanas”, del infeliciaje y de los pobres, le contestaban: “Protestan majestad, porque demandan pan. No hay pan en la ciudad”. Ante aquella brutal confesión, la emperatriz les decía a sus cortesanos: “Pues si no hay pan, ofrézcanles pastelillos”.

En nuestro país, donde los políticos se comportan como verdaderos señores feudales de horca y de cuchillo, que no entienden ni los problemas del pueblo ni los atienden, ni saben que existen, no conocen la realidad de las calles, hacen propuestas increíbles y, por esa razón, ante las protestas de los miles de pescadores mexicanos que se lanzan a manifestaciones en contra de la carestía de los combustibles y de la falta de apoyo al sector, los burócratas, hombres que no conocen las penas del mar, ni sus sufrimientos, ni su pesada labor, sus peligros, ya que no salen de las albercas de sus residencias y de los restaurantes lujosos, señalan que, lo que sucede, es que el sector está obsoleto y que lo mejor es que cambien de actividad y que mejoren la explotación pesquera con nuevos equipos que consuman menos combustible o bien, que desarrollen granjas de pesca para abatir los costos, es decir, ni siquiera conocen la realidad ni saben de los peligros ni de las angustias en el sector pesquero pero, eso sí, dan consejos, ni siquiera como las putas viejas, sino como las idiotas señoritas que, no conociendo la realidad, en vez de pan, ofrecen que les den pasteles para cambiar el hambre de justicia de un pueblo. Así es como comienzan las revueltas. Así se inician los grandes conflictos sociales y políticos y se producen las tragedias. Las “lealtades y las insurrecciones, se empiezan en los estómagos”.

Hace unos cuántos días, en el Puerto de Salina Cruz, Oaxaca, marchaban más de tres mil pescadores en demanda de que alguna autoridad les hiciera caso. La indignación era terrible, mujeres y niños parientes de pescadores o simples ciudadanos del infeliciaje, solidarios, marchaban al lado de los pescadores empobrecidos, hambrientos, desesperados, engañados, burlados, protestaban y demandaban que se les hiciera caso. A su lado, marchaba una señora con un pié envuelta de trapos porque estaba lastimada y “aguantaba vara” ,llegando hasta las puerta de la refinería de Salina Cruz, la que suponen que es propiedad de los mexicanos pero que se encuentra explotada y saqueada por los burócratas, los políticos y los líderes sindicales y, cuando un trabajador de los golpeadores del sindicato pretendían frenar la marcha de los protestarios, esa señora, valientemente asestaba un garrotazo al hombre exponiéndose a una reacción violenta, pero no le importaba, estaba ya en esa resuelta lucha y por esto, cuando vemos esos actos desesperados, heroicos, demandantes, pensamos que las cosas se están poniendo mal, muy mal. Al parecer, el presidente, Felipe Calderón, al igual que aquellos priístas insensibles, vive ya la irrealidad y no sabe lo que está sucediendo en las calles, en los puertos, en los hogares de los mexicanos, donde la crisis no es una irrealidad sino que es brutal, desencarnada, asesina, desesperada y, por ello, miles de mexicanos, viven o vivimos, en la angustia por la falta o la pérdida de empleos, por el aumento de precios, por los aumentos de impuestos, por los replaqueos, por el aumento al precio del agua y en fin, sin dinero, sin esperanzas y sin sueños, comenzamos a ver que la única salida, pudiera ser, el mandar al carajo a todos los burócratas que tampoco resuelven nada, no atienden a nadie, no conocen la realidad y no ofrecen soluciones claras. Con o sin ellos, da lo mismo y es mejor que ellos no sean una carga más para el pueblo mexicano.

Ahora, también, en este proceso de protestas y demandas, los maestros oaxaqueños, aprovechando el viaje, amenazan apoyar a los pescadores y aliarse en su lucha, los transportistas también están demandado aumentos en el precio de pasajes y los centros universitarios comienzan a tomar medidas en las protestas callejeras, los tortilleros dicen que subirán el precio por kilo de tortillas a doce pesos y esto provocará el aumento en cascada de todos los precios en una economía liquidada, entregada a los norteamericanos, sumida en el estancamiento porque la controlan unas cuántas familias que son las que al lado de políticos y policías se enriquecen todos los días, al grado de que. en un pueblo miserable como el nuestro. tenemos al hombre más rico del mundo: Carlos Slim, que para la casta gobernante, para los ricos, es un ejemplo a seguir, pero que es indignante que se siga explotando a la inmensa mayoría de los mexicanos con precios altos en las comunicaciones telefónicas y malos servicios.

En los albores del cambio electoral del 2009, se comienzan a dar grandes muestras de protestas y de inconformidades y, los funcionarios, los políticos, los policías, los empresarios, solamente velan por sus intereses y no ven lo que están generando en la irritación social, no entienden que están jalando tanto las ligas que se romperán y que se generarán las tragedias, las violencias, las represiones, los enfrentamientos, la irracionalidad política. En los pueblos, ya no se analizará quién es el mejor para llegar a los puestos de elección popular, sino quién es el que promete más o demuestra que tiene las agallas para confrontarse con los hombres del poder y con los políticos manipuladores de los procesos electorales en el país y, en este proceso, se darán las luchas políticas que degenerarán en las luchas violentas y anarquizadas, como hemos vivido en muchas épocas.

Los políticos, al igual que Vicente Fox, viven en la derecha, pensando que solo se serenan los ánimos con discursos y promesas y que bastará con que el presidente diga un discurso, para que todos entren en calma y olvidan que la realidad golpea las conciencias y que estamos en los momentos críticos, cuando pueden generarse las protestas que no puedan ser controladas y, si piensan los político, los funcionarios, los burócratas, que con las policías políticas podrán controlar a los grupos de protesta y que la represión selectiva podrá eliminar los peligros de una revuelta social, están equivocados, porque si los policías y los grupos paramilitares que han aumentado en capacidad y número no son capaces de garantizar la seguridad pública, menos, podrán ser los garantes de la seguridad nacional.

El presidente, no conoce lo que sucede en los Municipios y los Estados y dudamos que conozca la realidad de lo que acontece en su área de responsabilidad, pero debería saber que, los caciques y los gobernadores, los presidentes municipales, están aumentando los impuestos en prediales, limpieza, seguridad, iluminación, agua potable, alcantarillado, plaqueo y repalaqueo de vehículos, impuestos a las empresas y los comercios y todo esto, está generando una enorme irritación social, sobre todo, porque todos saben que esos inmensos recursos tributarios que roban al pueblo no se utilizarán para obras y servicios sino para engrosar sus cuentas bancarias y garantizar los fondos necesarios para los procesos electorales, imponiendo a sus incondicionales y, con ello, garantizar el poder y el gozo en el poder, para continuar robando y enriqueciéndose con obras y contratos, no para servir desinteresadamente al pueblo, por esa razón, el malestar aumenta, pero si no pone orden en su propio gabinete, ya nos podemos imaginar que no tiene capacidad o conocimiento para poner orden y decencia a los gobernadores y presidente municipales que son los verdaderos caciques a nivel nacional. Que Dios, nos agarre confesados…

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