viernes, 16 de enero de 2009

Adelgazamientos

Era tan fea pero tan fea que solamente se le pueden dar besos con popote, así se vislumbra la situación económica mundial y digo mundial porque para los mexicanos no existen crisis de acuerdo a las declaraciones del presidente Calderón. Y en tales condiciones podemos entender que para adelgazar y tener mejor calidad de vida y mejor figura, existen métodos mucho más interesantes que los propuestos por el Secretario de Salubridad que creemos de tantos golpes de pecho se puede haber trastornado en las entendederas, como dicen en mi pueblo.

Y veamos, existen operaciones donde las enfermeras lo pueden a uno entrenar o perseguir según sea el caso, como aquel cuento en donde las primeras veces un gordito tiene para bajar de peso tiene que perseguir a una bella mujer y si la alcanzaba en la carrera podía hacer el amor con ella. Después de varias semanas, de duro entrenamiento y de constante esfuerzo adquirió una enorme resistencia y buena velocidad, cuando llegó a su famosa clase esperando correr para alcanzar a la bella mujer, se encontró con la sorpresa de que en vez de la mujer salía un negro totalmente musculoso con la consigna de que si lo alcanzaba en la carrera él hacía el amor con él, así que tuvo que salir a buena velocidad.

Hay otras formas en donde se pueden hacer intervenciones quirúrgicas donde le colocan una banda gástrica y por supuesto que uno tiene que bajar a fuerza de peso y de pesos, porque la famosa intervención cuesta algo así como cien mil pesos, es decir, si tiene que bajar uno veinte kilogramos el costo por kilo viene saliendo alrededor de los cinco mil pesos, eso sin contar lo que ha costado aumentarlos. También existen otras más desarrolladas donde se conecta una parte del intestino directamente con el esófago y en tales condiciones que son para problemas de mayor gordura, los costos son muy altos.

Claro que también existen las pastillas como la Xelical y otras mugres donde el peligro es que entre más grasa coma uno mayor es el “chorrillo” que tiene uno que aguantar, además de las penas, si es que no llega uno a tiempo al WC o está en una reunión pensando que es un simple gas y sale completo con toda la muestra.. También existen tizanas para bajar de peso con esas mismas condiciones de soltura de estómago y de gases. Claro que con el “córrale que te alcanzo” tiene uno que deshidratarse y al perder agua, pierde peso, pero también existen otros problemas que pueden generar alteraciones en la salud.

Los mexicanos somos comodinos y poco afectos al deporte, estamos puestos para ver los partidos de todo tipo al lado de los cuates, con una cervezas y la botana respectiva, pero eso de andar corriendo atrás de la bolita y darse de patadas y acalorarse y sudar como sea, no es para nosotros. Total, el futbol, es deporte de panaderos y el futbol americano es para los toros que saben golpearse y no tienen forma de pensar claramente en las ventajas de las comodidades. El box, es para los ñeros de Tepito o para los miembros del infeliciaje que pueden demostrar que su “sangre, aunque plebeya, también tiñe de rojo”. No, los mexicanos tenemos como deporte nacional el levantamiento de tarro, la barra fija, el de comida rápida y de botanas sabrosas, llenas de grasa, con las tortillitas recién hechas, salidas del comal. Los frijoles son para tomar fuerza y fibra y con los gases, hacer las horas divertidas en las reuniones de cuates con las pedorrizas naturales que se pueden generar para que los demás tengan una buena carcajada en la terapia de la risoterapia.. Los mexicanos podemos pasar horas y horas viendo televisión y discutiendo como expertos en las fallas del director técnico de cualquier equipo, de las tonterías de los jugadores o de las transas de los árbitros, pero eso de que tengamos que hacer el ejercicio, ni maíz palomas, eso es para los albañiles, para los cargadores, para los que saben hacer del sudor la forma de vida, para la normalidad de los mexicanos el no hacer nada es lo que se debe hacer y, para bajar de peso, no hay nada mejor que el llanto, la tragedia, el abandono de las novias o el de las señoras que, cansadas de que su viejo solo vea los partidos y la televisión, mejor lo dejan, porque si así, cuando estaban buenos y sanos no servían para nada, ahora, jodidos y medio incapacitados, pues sirven para un carajo. O se baja de peso dando besos de esos que no solamente quitan el aliento sino que al tomar ruta y velocidad se les desmayan a uno en los brazos… o bueno, hacen como que se desmayan, total, los hombres somos muy ego centristas y nos creemos que somos los mejores amantes cuando en la realidad, solamente somos buenos para aportar a los gastos del hogar y eso si nos dejan esa función, sino ni para eso. Así son los tiempos de la modernidad. Si bien dice el dicho: “cuando Dios nos quiere destruir, nos llena de soberbia”.

Y bien, si no entramos en esa dinámica, pues para ello están los pensamientos mágico-religiosos, donde las brujerías obran maravillas. Solamente basta que nos den una limpia con ramas de pirul macho o con velas de cera natural, que nos piquen los alacranes o nos lleven colas de víbora de cascabel y tomar un poco de su carne para prevenir el cáncer y estar en la mejor forma, depurando la sangre y sacando los bofes y los gordos de cualquier tamaño y peso.

Bofes o no, limpias de pirul o de rameadas de las que sean, son buenas para la salud y para todo mal, son como las copas de mezcal: para todo mal mezcal y para todo bien también. Así es como tenemos que entender la filosofía de la vida y las formas del pensamiento de los mexicanos, si no somos tan complejos como dicen los sicólogos o los analistas sociales. Sencillitos, sin cursilerías como los argentinos podemos entender que por medio de rezos y responsos logramos cambios en las mentes y, con las mentes, podemos alcanzar todo lo que queremos. Es como pedir a Dios que nos ayude a sacarnos la lotería, claro que comprando boleto o el Me Late ,porque los mexicanos creemos en las siembras de temporal, en la alimentación de tacos, en la virgencita y en la pureza de las madres y hermanas, queremos que retornen los del PRI al poder, total, si para chingarnos están todos, cuando menos queremos que lleguen los que saben o que están pandos de estar llenos. Los queremos profesionales.

Si de adelgazar se trata, pues para ello, solamente hay que tener fe y pedir con total conciencia lo que queremos, porque en verdad que los mexicanos, vemos todos los días milagros, milagros para vivir, milagros para tener un poco de seguridad cuando salimos de casa y retornamos limpios y seguros del trabajo, milagros para que se nos atienda en el Seguro o en el ISSSTE, para pasar los grados escolares sin estudiar, solamente pidiendo que se nos haga el milagro y se hace. En fin, los milagros son muchos y por esa razón en los anuncios de la televisión se comercializan cremas que, milagrosamente, queman la grasa de los sitios que queremos, pócimas que tomando unas cuántas cucharaditas al día, veremos los resultados en poco tiempo, cambiando de tallas y, por supuesto, dejando a un lado las panzas y las llantas que tanto daño y mala figura hacen. Los milagros son buenos para adelgazar o cuando menos, si no nos “hacen bien, no nos hacen mal”, como dicen los naturistas o los que acuden a las medicinas alternativas.

El verdadero milagro nacional será cuando por la crisis veamos que todos estamos flacos, tristes, ojerosos, llenos de temor y de terror, angustiados porque entendemos que para adelgazar, solamente tenemos que jodernos y dejar todo lo que hemos logrado en un dos por tres, con cualquier devaluación o con cualquier aumento de impuestos, así es la vida y no tenemos más remedio que entender que el destino de los mexicanos es el de estar flacos y ojerosos, alegres, con buena figura, sin panza y sin llantitas… sin trabajo, sin casa, sin alimentos, angustiados , pero contentos.




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