viernes, 9 de enero de 2009

La verdadera guerra

El día de ayer, mi querido y admirado amigo, Abraham Moahamed, me envió un hermoso correo sobre el tiempo, solo con el tiempo, donde entendemos que los “hombres envejecemos más rápidamente que volvernos sabios y experimentados” y es que pocos entendemos lo que significa el tiempo, al que le tememos. Los políticos, al llegar al poder, piensan que seis o tres años, son suficientes para encumbrarse y recibir los aplausos que creen merecer por sus esfuerzos para llegar al poder y por tanto, se olvidan de lo que deben hacer y se preocupan más por sus impactos mediáticos en la publicidad, que en la solución de los problemas. Los hombres en general, son fáciles para dar las gracias, pero no para sostener el agradecimiento que nos merecen las buenas acciones de los demás, pensamos que son obligaciones que tienen para con uno y no las muestras que nos dan por su buena acción. Somos fáciles para olvidar algunas ofensas, pero no somos aptos para perdonar con sinceridad y de corazón a los demás por las ofensas que han lastimado nuestro enorme ego y que nos ciega ante el valor de los demás. Por la falta de tiempo, no vemos que es mejor observar que ver, es decir, tener la paciencia para encontrar todas las cosas buenas y hermosas que nos brinda la vida y nos ofendemos y angustiamos porque no tenemos las pequeñas cosas que satisfacen nuestro ego en un momento. Por esa falta de tiempo o de encontrarle el valor al mismo, con sabiduría y con la grandeza de la experiencia, nos olvidamos de dar gracias por todo lo que hemos recibido día a día, minuto a minuto y nos enojamos porque no satisfacemos nuestras ambiciones al momento. En fin, el valor del tiempo, solamente se conoce cuando se reflexiona por el mismo, al paso del tiempo, no es que envejecemos, simplemente, el tiempo, no se frena, se destruye o se vuelve para atrás, siempre camina con su marcha completa consumiendo la vida que tenemos para vivirla con alegría y, si no entendemos que tenemos un tiempo límite, que no somos inmortales, tal vez, no entendamos jamás lo hermoso que es vivir cada momento de la vida y cada tiempo del tiempo que se nos permite vivir. Gracias pues a Abraham, por su valiosa publicación “Candelero Político Policiaco” que se puede consultar en el Internet o adquirir en su bien presentada edición. El tiempo es el que nos muestra a los verdaderos amigos… y, en el tiempo, estamos..

En un artículo aparecido en el diario Reforma, Jorge G. Castañeda, explica algo del informe del Nacional Drug Thrat Summary que publica cada año el Nacional Drug Inteligente Center del Departamento de Justicia de los Estados Unidos y donde se explica que: “Las organizaciones de Trafico de drogas mexicanas representan el reto del crimen organizado más grande para E..E.U.U. La influencia de las organizaciones del tráfico de drogas de México sobre el tráfico interno de drogas no tiene parangón. Las estimaciones del sector de inteligencia señalan que la mayoría de la cocaína disponible es traída por las Organizaciones del Tráfico de Drogas mexicanas. Estas mismas controlan la distribución de drogas en la mayoría de las ciudades de E.E,U.U. y han aumentado su fuerza en mercados que aun no controlan.”

“Nunca el gobierno de Estados Unidos había pronunciado un juicio de esta naturaleza, siempre era los cárteles colombianos, rusos, irlandeses e italianos quienes representaban la mayor amenaza para Estados Unidos. Esto no significa, necesariamente, que el juicio sea cierto, ni que no existan motivos no estrictamente vinculados al análisis policiaco, implica sin embargo, un nivel de preocupación por parte del gobierno norteamericano en relación con la situación imperante en nuestro país antes desconocida. Si colocamos estas afirmaciones en el contexto mediático generado en las últimas semanas por Forbes, CNN, el NYT y lo que viene en Sixty Minutes de CBS, podemos concluir que empieza a producirse una histeria en Estados Unidos, con o sin razón, a propósito del narco en México, que no habíamos presenciado desde la detención de Gutiérrez Rebollo en 1999 o la muerte de Camarena en 1985”

Explicando algo de una reunión celebrada el 6 y 7 de diciembre en el Distrito Federal, donde participaron importantes funcionarios de seguridad mexicanos y norteamericanos, explica, lo que dice Barry R. McCaffey, zar antidrogas con Clinton: “Lo que está en juego en México es enorme, no podemos permitirnos el lujo de tener un narco estado vecino… El fracaso del sistema político mexicano para controlar la ausencia de un Estado de derecho, y la violencia, pobreza, hambre, desempleo y la crueldad e injusticia desbrujulada de un Estado criminal… México no enfrenta una criminalidad peligrosa, está luchando por la sobreviviencia contra el narcoterrorismo… Una tragedia terrible va a suceder el decenio que viene si no nos aliamos con el valiente liderazgo mexicano de la administración de Calderón… Ahora que empieza una nueva administración en E.E.U.U. es el momento de que juntos nos comprometamos con una alianza mayor plenamente financiada, como iguales políticos, con el gobierno de México. Debemos hacerlos en formas que sean aceptables para el sistema político mexicano y que tomen en cuenta las sensibilidades mexicanas en torno a la soberanía. El gobierno de E.E.U.U. no puede imponer una solución.”

“McCaffrey y Estados Unidos saben, al igual que los colaboradores de Calderón en materia de seguridad, que México sólo no puede. McCaffrey también sabe, junto con el resto del gobierno y de las Fuerzas Armadas de Estados Unidos, QUE EL PROBLEMANO ES QUE LOS VECINOS NO QUIERAN AYUDAR, SINO QUE LOS MEXICANOS NO QUIEREN QUE NOS AYUDEN DE LA ÙNICA MANERA EN QUE PUEDEN. LO QUE SE ESTÁ GESTANDO EN ESTADOS Unidos es un intento de cuadrar el círculo, generar atención e inquietud suficiente allá para que rebote aquí, y que a calderón ya no le tiemble el pulso para pedir el apoyo estadounidense necesario y posible. ¡En que lío nos hemos metido!”.

La realidad es que se está gestando y se están dando las condiciones con el aliento de la violencia selectiva, inducida por algunos policías políticos y por funcionarios especializados en el tema para que los propios grupos del narcotráfico, con los cuales tienen relaciones o pueden manipularles sus acciones en los procesos de protección y de complicidades y corruptelas que sostienen en muchos sectores, para que con la violencia generada, aparentando que el gobierno mexicano no tiene ni la capacidad ni la fuerza para controlar la violencia, se solicite el apoyo y se permita la intervención de las fuerzas de policía y de las armadas de los Estados Unidos para que, en la zona fronteriza del Norte, puedan operar con toda libertad grupos especiales que se ocuparán de la “limpieza” o detención o eliminación de los grupos de la delincuencia organizada en todos sus sectores.

De acuerdo a las informaciones de varios grupos de inteligencia, se nos asegura que, en realidad, ya se cuentan con todos los observadores necesarios para entender con los grupos de inteligencia las formas, las organizaciones, los métodos y los sitios de fuerza de los grupos que operan en la frontera norte del país y que, en tales condiciones, se han alentado y protegido a otros grupos de delincuentes para que ellos, en esa confrontación por los espacios y las rutas de operación de drogas, armas, mercancías, protección, vehículos, sean los que realicen las eliminaciones y den los datos adecuados para ir minando la fuerza de los grupos poderosos tal como lo hicieron en Colombia, al enfrentar a los grupos mafiosos internos para que, posteriormente, ellos, ya relacionados e investigados, pudieran eliminar a sus propios informantes de los demás grupos que se utilizaron para eliminar o minar la fuerza de los de mayor importancia. Se termina pues la confrontación interna de grupos y empieza la operación con las fuerzas de policía y las armadas de los dos países, en la zona del Norte, para eliminar a los jefes y las organizaciones más poderosas que han controlado el tráfico de drogas en el país. Es la guerra real.

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