viernes, 16 de enero de 2009

Mas vale gorditos que mal comidos

Un buen amigo reflexionaba con otro : “He llegado a la conclusión de que el camino de la honestidad, es el camino más recto, para los políticos, a la miseria y la indigencia” y “la filosofía es lo que esta, como puede y no puede para estar como quiera…” total, nadie vive de ella ni por ella.

Y en este que se supone es el gobierno del empleo y de la “seguridad,” pues ni tenemos empleo ni seguridad, lo que no tenemos duda es que estamos llenos de todólogos y lo que necesitamos son solucionólogos”, porque con tanto experto, lo que sucede es que, tal vez, el Señor Presidente, si es que tiene tiempo para leer todas las propuestas, solamente, se hace bolas y es que los estudios sobre el liderazgo indican que, un resumen de más de tres cuartillas, llevadas a los funcionarios o jefes que deben de tomar decisiones, no son estudiadas ni leídas, solamente, porque los nuevos políticos y los funcionarios públicos no tienen la capacidad y el amor a la lectura, saben ver televisión, analizar en esos espacios, ver algo de Internet, sobre todo si son páginas de chistes y de cueros, pero no saben del amor a los libros y la experiencia maravillosa que es la reflexión de los temas, así que por esas y otras razones, lo normal es que tengamos análisis sin las reflexiones adecuadas y fuera de toda la realidad.

Con todo esto es importante que todos tengamos una cultura del esfuerzo, de valores, de constancia y, por tal motivo, es vital que la propuesta del Secretario de Salud de exigirles a los burócratas que dejen sus escritorios en su horario de trabajo, por lo menos, una hora a la semana para realizar ejercicio y ver la “posibilidad” de que “eliminen de las oficinas públicas las máquinas de refrescos y de frituras, por expendedoras de ensaladas, frutas y jugos naturales”., es buena propuesta pero no deja de ser “inocente” o de buena fe, recordarnos siempre que el camino a los Infiernos está empedrado de buenas intenciones. Es casi casi imposible que los burócratas y los policías dejen los churritos, las papitas enchilas, los tacos de canasta, los atoles y las tortas de tamal para cambiar su dieta por ensaladas y verduras, como si los precios de unas y de otras pudieran igualarse y en este sentido, sin lastimar los bolsillos de la burocracia nacional, ellos, de buenas intenciones, demostraran que están dispuestos a dejar de ser las y los “gorditos” para empezar a autovalorarse con ser seres normales que pueden utilizar tallas comunes que les queden bien.

Por lo pronto, los maridos sospecharán que sus viejas andan de coscolinas porque quieren dejar las fajas en casa y quitarse las “llantitas” con dietas y ejercicio, porque a lo mejor, dentro de la cultura del machismo y de la mentira, sospechan que le anda poniendo “jorge al niño y por tanto dejándole los cuernos “. Las burócratas por igual, conociendo la clase de barbajanes que son los amigotes del marido que yendo a las cantinas y a los table dance dejan hasta las quincenas con la esperanza de tener un buen cuero, pues también sospecharán que este le anda dando quehaceres a las “comadres” o anda de resbaloso, como es su costumbre, con cualquier “escoba con faldas”.

Pero además, como si esto fuera sencillo, cambiar las costumbres culinarias de la dieta mexicana y de la dieta de los burócratas. Hace algunos años, cuando colaboraba en Diario de México, escribí que los burócratas de la Reforma Agraria, de donde sacaba el tema, eran totalmente afectos al “pato al orange” es decir, en las mañanas, después de los tacos, los tlacoyos, las gorditas, los atoles y los tamales, como postre se comían una “gansito marinela acompañado de un refresco de naranja” al cual llamaban: “pato al orange”. El entonces líder de este sindicato mandó una carta al diario alegando que lo que señalaba era en verdad un insulto a la burocracia nacional que tantos sacrificios realizaban para dar un “eficiente y rápido servicio a los mexicanos” y que exigía que pidiera disculpas porque tenían cuando menos, dos semanas en que el “señor Presidente” en su informe, las había prometido aumentar los salarios para la burocracia nacional… la verdad es que, grabadora en mano, acudí a las oficinas de la “Deforma Agraria” y les llevé varios gansitos marinela y algunos refresco de naranja y a pesar del horario, todos, aceptaron de buen agrado el postrecito del “pato al orange”, riéndose y burlándose de los conceptos de aquel “líder” de la burocracia al que detestaban por lambiscón y ratero.

Una de las burócratas que aún tenía “pedacitos buenos” me comentaba que ella se sentía muy bien, cuando al pasar por las obras, los “albañiles le gritarán cosas como: “Qué buenota estás mamacita, que buenas pompas, que nalgaditas tienes, que pechugas de pollo si son de pavo, mucha torta para tan poco jamón” y cosas por el estilo, además de que la excitaban porque su marido ni la pelaba, quería decir que su “pequeño sobrepeso” era valorado como un buen taco de ojo y un buen taco de jamón. Por ello, decía que prefería estar gordita a ser una flacucha sin chiste y que los hombres no tuvieran ni de dónde agarrarse en los fajes”.

A lo mejor, con eso de las crisis económicas piensan los burócratas que convenciendo a los miles de mexicanos que viven del presupuesto, que consuman menos alimentos, la crisis, tendrá menor impacto, pero la realidad es que dejarán los tacos de buche, de nana, de tripitas y los cambiarán por los de frijoles con huevo o los de arroz con huevo duro y mucha salsa para completar el día, combinado con aguas frescas de limón con chía, de arroz con popote, de jamaica, todas endulzadas con mucha azúca,r no importando que la misma se adquiriera en Tepito de los bultos robados y a menor precio. Bueno, cuando menos, se ahorrarán el gas que tantos eructos generan, con los pedos respectivos, sobre todo, pensando en que las carnitas se cambian por los llenadotes frijolitos a los que solamente les falta un grado para ser carne…

Son buenas las intenciones del Secretario de Salud en proporcionar las facilidades para que los burócratas se quiten los sacos y las corbatas, las burócratas saquen a relucir sus mallas y sus mejores galas para la playa y se coloquen en filas para hacer ejercicio, total, de lo que hay que tener cuidado es que, al finalizar las sesiones, no salgan en bloque a tomarse una chelas, a saciar la sed con unos refrescos y con las aguas endulzadas, con los taquitos “vegetarianos” de papas con chorizo, de arroz con huevo duro, de calabacitas con chicharrón, de verdolagas con chicharrón prensado y demás dietas a la mexicana que no podemos abandonar así como así. Los nuevos funcionarios del panismo, educados en las escuelas confesionales y privadas, están acostumbrados a comer buena carne sin grasa, alimentos que les nutren y no les engordan, porque gorditos no pueden exhibir bien los trajes importados que son de las tiendas italianas y sabemos que, ellos, se ahorran telas y solamente producen para flaquitos que pueden lucir los modelitos, los costosos modelitos, con los zapatos de buen corte y mejor piel. Así que la visión y la misión que señalan las normas del Iso 2009, exigen que los burócratas mejoren su apariencia física y que den una buena imagen a los usuarios y no dejen la impresión de que los burócratas del cambio son también panzones, desobligados, transas, corruptos y mal hechotes, sucios y lamparosos. La nueva burrocracia nacional debe dar la imagen de eficiencia empresarial y para ello, tienen obligación de estar en forma, pero resulta que los burócratas están ahí echados a perder en las oficinas públicas por años y, los nuevos jefecitos, vienen por temporadas y como no conocen los mecanismos de la tramitología, pues tienen que realizar concursos para ver cuál es el trámite más inútil y premiarlo con mucho dinero para que vean las gentes que, el presidente, quiere desburocratizar la tramitología en las oficinas públicas… total, de sueños guajiros la podemos pasar de lujo… que chingen a su madre la inseguridad y los empleos, esas, fueron, promesas de campaña…
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