lunes, 16 de mayo de 2016

Los amigos

CADA UNO TIENE LA ESPERANZA DE TENER UN AMIGO, U N GRAN AMIGO, EN MI CASO LA VIDA ME HA SIDO MUY GENEROSA, tengo varios amigos, muy buenos amigos, lo he comprobado en las condiciones más duras de mi vida y siempre he encontrado la respuesta atenta y solidaria, la mano amiga y la palabra dulce y el acto que comprueba que en este mundo hay mucho, pero mucho más que egoísmo o ambición, hay amor y cariño, afecto a mis amigos o de mis amigos, y esto, en verdad que es alentador cuando uno anda de “capa caída”, con la “madre en rastras”, así que ellos saben a quienes me refiero y desde éstas líneas les doy mi más profundo agradecimiento, al igual que a mis hijos y a la compañera de mi vida.
         Algunas gentes amigas me preguntan de qué como hago para estar constantemente escribiendo y les comento que muchas de las ideas salen de ese grupo de amigos que me hacen el favor y el honor de estarme surtiendo de ideas y de pequeñas historias que me hacen recordar mi vida. Ésta, es una de ellas: “había una vez un hombre con cuatro hijos., él deseaba que sus hijos aprendieran a no juzgar las cosas a la ligera, así que los envió a cada uno a una gran aventura, su objetivo: ir en búsqueda de un árbol, el cual se encontraba lejos a una gran distancia.”
         “El primer hijo se fue en el Invierno, el Segundo se fue en la Primavera, el tercero en Verano, y el más joven en Otoño.”
         “Cuando ellos regresaron, los mandó a llamar y les preguntó qué habían observado:
         “El  Primer hijo, comentó que el árbol era horrible, doblado y torcido. El segundo hijo comentó que el árbol estaba cubierto de hermoso follaje y flores. El Tercer hijo  estuvo en total desacuerdo. El comentó que el árbol estaba lleno de brotes florales, que despedían un aroma dulce, fresco y hermoso. El árbol era la cosa más hermosa que jamás había visto. El último hijo se encontraba en total desacuerdo con los anteriores. Comentó que el árbol estaba cargado de frutos, tan lleno de vida y esplendor…”
         “Entonces el hombre explicó a los cuatro, que todos tenían razón porque cada uno de ellos había observado solamente una temporada de su vida. La esencia de las cosas y de quienes  somos, así como los placeres, alegrías y el amor proveniente de la vida, solo puede ser medida al final, cuando todas las etapas de su vida se han reunido.”
         “Si te das por vencido cuando es Invierno, perderás las oportunidades de la Primavera, la belleza del Verano y las promesas del Otoño”.
         “No dejes que el dolor de una temporada destruya  el gozo de las demás. Y no juzgues la vida por una época difícil…”
         “Mantente firme en las dificultades y mejores tiempos vendrán con plena seguridad…”
         “Aspira a inspirar… antes de expirar. Vive simplemente, ama generosamente y que te importe todo. Habla con gentileza y deja todo lo demás a Dios”.
         “La felicidad te mantiene  agradable, los intentos te mantienen fuerte, los sufrimientos te mantienen humano, las derrotas te mantienen humilde, los éxitos te mantienen en crecimiento. Así que no nos toca juzgar a los demás por la época que estén viviendo… Ni debemos castigarnos a nosotros mismos si no sentimos en “nuestra mejor época”, toda desilusión nos hace más fuertes y sabios  y todo momento lindo en nuestra vida debe hacernos más sensibles y nobles, después de todo esto es la vida! Compartir nuestras buenas épocas con los que  queremos y ayudarlos cuando ellos no estén en la suya! Siempre que das algo regresa multiplicado así que preocúpate más por lo que das no por lo que recibes! Así que a disfrutar nuestra época y gracias por estar en la mía!”.
         Cuando terminé de leer la historia se me vino a la mente cuando de chico me llevaban a Zacualtipán y al no estar al lado de mis amigos me sentía solo, no sabía relacionarme con los que estaban ahí, sus juegos eran diferentes y veía la escuela llena de árboles, hermosa y majestuosa. Cuando me iba a Tianguistengo, me encontraba con algunos primos que se me hacían lejanos, con el que más me relacionaba era con Juan, porque a este lo vi varias veces en la capital cuando lo llevaban ya que le daban ataques y decían que le operarían porque traía un gran dolor cerca del apéndice, cuando mi padre lo llevó con los médicos al Centro de Salud, ellos descubrieron que no había que operarle porque todo era un problema de “bichos”, claro, tenía todo un zoológico en la barriga, amebas, lombrices y hasta solitarias y esto le provocaba hasta ataques que parecían de epilepsia… todo un caso y la verdad es que me llamaba la atención. Cuando lo medicaron y se fue logré que al llegar lo pudiera contactar y como éramos de la misma edad salíamos al cerro de las tres cruces y ahí, sacaba los cigarros mentolados y comencé a fumar, nos sentíamos solidarios y mayores por fumar a escondidas, pensábamos que nadie notaría lo que hacíamos… en fin, lo más curioso es que un día mí, Tío Juan, llevó unas gallinas Legor y puso una pequeña granja, de pronto encontraban muertas alguna de ellas y no se explicaban el por qué, hasta que nos escondimos y pudimos ver que a Juan le gustaba ir con las gallinas y hacía el “amor con ellas “ así que le acusamos y ya sabrán la friega que le dieron… son cosas de los recuerdos y de las soledades, a lo mejor, no entendemos que estaba en una mala racha y en una mala época…por desgracia, él, tampoco lo entendió…Los animales lo devoraron y lo confundieron…

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