lunes, 16 de mayo de 2016

Guerras y guerritas

EN POLÍTICA HAY QUE ASEGURARSE DE QUE NUESTRAS VÍCTIMAS NO TENGAN ARMAS PARA LA VENGANZA”
Carlos Fuentes.
         Hay una gran bulla en la zona, los niños hablan de qué tendremos guerra contra Guatemala, que se cita a un mitin en el Zócalo. Desde la casa al zócalo vamos por República de Chile que se convierte en Isabel la Católica, llegamos a Cinco de Mayo y damos vuelta a la izquierda para llegar a la esquina de la Catedral, donde está algo así como un monumento que mide o da inicio a las mediciones y las alturas. Se ve el Palacio Nacional, de un lado la Catedral y de frente el palacio del Departamento del Distrito Federal. Efectivamente se van juntando gentes de muchos lados, es cierto eso de la guerra porque los guatemaltecos destruyeron algunos barcos pesqueros y el presidente López Mateos habla de que es necesario defender la soberanía. Voy con mi hermano y llevamos algunas varas, creemos que con eso podremos parar los aviones de Idígoras Fuentes que los gringos les han proporcionado para que sigan con la matanza de los campesinos ordenada ante los conflictos operados por ellos demandando a la United Frut, o como se escriba, total, no sé inglés, que pague más por la fruta que se lleva y que no paga. Allá, comen de más y en Guatemala y nuestros países no hay qué comer.
         López Mateos al parecer era un presidente al que tenían confianza. Mucho se hablaba de él, de su fuerza y sus discursos, de la forma en que mostraba que quería acabar con las injusticias. Algunos me dirán que no es posible que a esa edad un niño tuviera una conciencia social. No teníamos que tener una idea sofisticada e intelectualoide de la lucha social, de la crisis, de la pobreza, he contado de que vivíamos la pobreza, que teníamos que sobrevivir en las condiciones extremas, cuando se vive la pobreza no se necesita tener una idea intelectual de lo que se debe hacer para salir de la misma, se conocen las diferencias, se entiende la lucha de clases porque vemos que unos cuántos tienen mucho y los muchos no tienen nada. Vemos que hay diferencias que no se entienden porque los que trabajan todo el día son los que reciben menos. Estamos cerca del Centro, en el Centro de aquellos tiempos, vemos los bancos cercanos, vemos cómo se llevan los dineros de todos y los banqueros son los que siguen explotando a todos, vemos a los comerciantes y escuchamos a nuestros padres hablar de que ya escondieron tales productos y que mañana, seguramente, les subirán de precio, que no es justo que los acaparadores les paguen una miseria a los campesinos y hagan especulación para subir los precios y joder a los que menos tienen. Escuchamos cómo los inspectores de mercados joden a los que van a vender sus productos o cómo se los arrebatan y quitan con el pretexto de que no tienen puesto fijo y no cuentan con el permiso. Vemos a los policías joder a los que se dejan y vemos cómo protegen a los rateros y asesinos y cómo les cobran por dejarles “trabajar”. Cuando vemos todo esto, cuando sufrimos por la pobreza y tenemos los mismos niveles que todos y entendemos que unos cuántos, sin hacer trabajo real son los que se llevan todo, no necesitamos estar estudiados para entender que hay una lucha de clases y que las clases, a pesar de que existen y se imponen para manipular a todos, no deberían de ser tan discriminatorias y brutales… ahí, con la realidad, se va despertando uno a lo que tienen y debe hacer: LUCHAR, estudiar para salir de ese estado. Sabemos que muchos de los que se educan no regresarán al barrio, no quieren regresar para vivir lo que sufrieron y es verdad, pocos regresamos al barrio, no queremos volver a esa realidad. A lo mejor la queremos cambiar, pero no la queremos volver a sentir en su brutalidad.
         Pero, de niños, nos encanta la guerra, la vivimos en los juegos y no pasa nada, peleamos con caballitos de madera de cabeza de cartón, con los rifles de madera que con una liga tiran corcholatas como balas, de espadas de madera que usamos como armas, por eso, cuando habla el presidente de que debemos defender la soberanía, no entendemos lo que es eso, pero si nos encanta la idea de la guerra, a pesar de que no sepamos la tragedia y su dimensión. Al paso de los días sabemos que los guatemaltecos de Idígoras tienen aviones de chorro, que viajan rápido y que pueden romper todos los puentes para que nuestros soldados no lleguen a la frontera y que los gringos, como siempre los gringos, los que nos robaron la mitad del territorio, los que compraron a Santana por unos cuánto millones al ser derrotado con acuerdos con ellos, son los que siempre, de una forma u otra, nos joden y así, querían que al paso de los años nosotros, los de nuestra generación, tuviéramos una idea en favor de los gringos, pues no, la realidad nos llevaba de la mano a tener una conciencia antinorteamericana, no contra el pueblo norteamericano, las gringas siempre me cayeron bien, me gustaban, pero los gobernantes no, sus banqueros no, sus militares no… y es cuando comenzamos a comentar entre niños, con las ideas suaves y directas de los niños, sobre la historia de México, entendemos que tal como hoy, la tragedia, se inicia en Veracruz: por donde entraron los conquistadores e invadieron los gringos, vemos a Cuauhtémoc en su dimensión de Águila no importa que caiga, lo vemos grande, con las alas de libertad, entendemos lo que sucede cuando Juárez llama a defender a la Patria de curas ladrones y de invasores, odiamos a Santana porque vendió la patria y despreciamos a los gringos porque nos invaden y nos imponen gobernantes, desde ayer a hoy… cómo son los recuerdos y como se van forjando las ideas y los conceptos…es verdad, me gustan los caballos de palo con cabeza de cartón y los rifles de ligas con disparan corcholatas y a los amigos que nos acompañan hasta el Zócalo a ver y escuchar a un presidente patriota, porque, cuando menos eso era, no como los de hoy, desnacionalizados y entreguistas…

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