lunes, 28 de marzo de 2016

La onda verde

“ASUSTAN MENOS LAS PALABRAS DE DONALD TRUMP, QUE LAS ACCIONES DESHONESTAS DE NUESTROS POLÍTICOS”. Checo
         Con el conflicto de la contaminación que ha sufrido la Ciudad de México y su zona conurbada, todos los políticos hablan de apretar las condiciones a los ciudadanos para que no haya mayor contaminación, se habla de nuevas normas y claro está que se piensa en nuevos negocios y con ello nuevos impuestos. Los políticos arreglan todo con dinero, porque al fin y al cabo el dinero es lo que les hace comportarse como políticos, ya no son las ideas ni los ideales, ya no es el sentido del servicio a los demás sino del servirse de los demás, las ideas y los ideales se van al bote de la basura porque de lo que se trata hoy en día es de lograr el poder o de compartirlo en rebanadas de PUESTOS Y DE RESUPUESTOS, utilizando los recursos y bienes públicos para hacer sus negocios privados. Así que la contaminación, solamente ha generado mayor cantidad de multas y por supuesto, de pretextos para joder más al infeliciaje nacional y cobrarle por todo y aumentarles los impuestos.
         Así, mi compadre, Marcos Antonio Ávila Cadena, el “Ringo”, hombre preocupado por conservar los viejos hábitos de nuestra generación donde no teníamos el sentido de la “onda verde”, pero que sabíamos ahorrar y manejar seriamente las cosas normales de nuestra vida, me envía una reflexión que muestra los cambios de la visión de una generación a otra. La nueva generación trata de culpar a la nuestra de que por nuestra culpa hay mayor contaminación y que no sabemos controlar las nuevas normas, para mantener en la “onda verde” a nuestro país y así, se van definiendo las interpretaciones cuando una vieja mujer comienza a contestarles: “- Buenos tiene razón… nunca se promovió esa onda verde en mis tiempos, porque hacíamos las cosas de manera distinta. Por ejemplo, las botellas de leche, las de refresco, las de cervezas se devolvían a la tienda. La tienda las enviaba de nuevo a la planta. Allí las lavaban y esterilizaban antes de llenarlas de nuevo, de manera que se usaban las mismas botellas una y otra vez. Creo que hoy le llaman a eso “reciclar”.
         “Pero no, no teníamos onda verde en mis tiempos, subíamos las gradas porque no había escaleras eléctricas en cada comercio y oficina. Caminábamos al almacén en lugar de subir a nuestro auto de 300 caballos de fuerza cada vez que necesitábamos recorrer dos cuadras.
“PERO TIENEN RAZON, no teníamos la onda verde en esos tiempos. Por entonces lavábamos los pañales de bebés porque no habían los pañales desechables. Secábamos la ropa en tendederos, no en esas máquinas consumidoras de energía que se sacuden a 220 voltios. La energía solar y eólica  secaba verdaderamente nuestra ropa. Los chicos usaban la ropa de sus hermanos mayores, no siempre modelitos nuevos. Preparábamos los alimentos de principio a fin y no metiendo empaques desechables con sopas instantáneas en hornos que consumen electricidad como demonios.”
         “Pero es cierto, no teníamos onda verde entonces, teníamos sólo una televisión o radio en la casa, no una pantalla  en cada cuarto, y la tv tenía una pantallita del tamaño de un pañuelo, no una pantallota del tamaño de un cuarto, y no se transmitían programas día y noche, además de que no había más de 3 o 4 canales. En la cocina molíamos y batíamos a mano, porque no había máquinas eléctricas que lo hicieran por nosotras. Cuando empacábamos algo frágil para enviarlo por correo, usábamos periódicos viejos par protegerlo, no esas cosas que llaman unicel o bolitas plásticas infladas que tanto contaminan el ambiente.”
         “Y no, no teníamos onda verde. En mis tiempos no encendíamos  un motor de gasolina sólo para cortar el césped. Usábamos una podadora manual que funcionaba a músculo. Hacíamos ejercicio trabajando, así que no necesitábamos ir a un gimnasio para correr pistas mecánicas que funcionan con electricidad. Tomábamos agua de una fuente cuando teníamos sed, en lugar de usar vasitos desechables o botellas plásticas cada vez. Recargábamos con tinta las plumas en lugar de comprar una nueva, cambiábamos las navajas de afeitar caen vez de echar a la basura toda la afeitadora sólo porque la hoja había perdido su filo.”

         “Tiene usted razón, no teníamos una onda verde por entonces, en aquellos tiempos, nosotros caminábamos a la escuela, otros tomaban el tranvía o el camión, y algunos otros iban en sus bicicletas. En ese entonces no se formaban filas interminables de carros estacionados frente a las escuelas, ni se hacían esos embotellamientos que hoy ayudan tanto a contaminar. Nosotros no usábamos a la mamá como un servicio de taxi de 24 horas. Teníamos un enchufe en cada habitación, no un banco de enchufes para alimentar una docena de artefactos que hoy mantienen a los niños pegados a las pantallas, y no necesitábamos un aparato electrónico para recibir señales de satélite, para encontrar la pizzería más próxima”… es su generación la que ha contaminado el planeta… no nosotros que lo reusábamos todo, lo arreglábamos en vez de tirar y cuidábamos de lo que veíamos y leíamos, haciendo ejercicio con el trabajo, no con el ocio…

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