lunes, 26 de noviembre de 2012

Violencia en las escuelas


Mucho es lo que se habla y discute por la educación en México, los maestros dicen algo y los padres los contradicen, las autoridades se quedan en babia y el sindicato o los sindicatos le hacen más a la demagogia y a cuidar sus intereses económicos que ha brindar una educación de calidad. Pocos son los que quieren tratar los temas que afectan a los estudiantes en la primaria, secundaria, bachillerato o profesional, sobre todo, cuando en el país todo lo que se habla y se escucha es sobre la violencia, el desenfreno, la impunidad, la maldad, los golpes, robos, asesinatos, desapariciones, con este ejemplo, los estudiantes, en vez de buscar nuevas rutas para su formación, se desquitan en la escuela o con sus compañeros lo que ven o sufren en sus casas o lo que ven que hacen sus maestros o los dirigentes sindicales, políticos, empresarios, policías, funcionarios, donde solamente el más fuerte, el que se impone por la brutalidad y la fuerza es el que “triunfa y sobrevive”. Así se ha generalizado el Bullying, es decir la violencia ejercida por estudiantes o maestros e ncontra de otros estudiantes o maestros. Esta es una realidad que alcanza en muchas regiones hasta el cincuenta por ciento de alumnos afectados por la violencia y saben que, por medio de la impunidad y el silencio, no sucede nada, total, nadie investiga ni nadie pone un freno a este tipo de violencia criminal.
         No hay duda que es la primera fase para la violencia generalizada que vemos todos los días, gracias a la política inadecuada, criminal e irresponsable aplicada por Felipe Calderón, donde los resultados diarios en los medios de comunicación nos indican que nada sucede con la violencia y que nada les sucede a los violentos, a los delincuentes o a los policías y funcionarios que violan los derechos y garantías de los mexicanos. Así, los ejemplos a los demás son esos, la impunidad y la violencia como mecanismo de control ya sea a nivel particular o a nivel institucional.
 Miles y miles de niños y niñas son víctimas de la violencia de sus propios compañeros en las escuelas, se presume que llegan a afectar a un promedio de seis de cada diez niños en la primaria y de cinco de cada diez en la secundaria, igual sucede en el bachillerato y en la profesional. Los violentos saben que no se les castiga porque las autoridades educativas no quieren mostrar la realidad y aceptar las consecuencias políticas de las expulsiones de los violentos o bien, los mimos alumnos afectados saben que de nada sirve quejarse y denunciar, porque al igual que sucede en la sociedad, no pasa nada, no hay investigaciones, ni hay responsables que se lleven ante la ley porque existe ineficiencia, tolerancia, complicidad o corruptelas en las escuelas que no son más que el reflejo de lo que sucede en la sociedad en general. La impunidad es lo que funciona y sabemos que los violentos tienen el “poder” porque tienen la fuerza y la autoridad en realidad no actúa para nada…solapa o es cómplice de los grupos violentos y criminales.
LO TERRIBLE DEL ASUNTO ES QUE LAS INVESTIGACIONES DEMUESTRAN QUE LA VIOLENCIA O BULLIYING, ejercida en contra de los alumnos en la primaria, se provoca y se genera dentro de la escuela, donde se supone existe una atención de los maestros y encargados de la misma, pero no se dan cuenta o bien la dejan pasar para no tener que enfrentar problemas y conflictos con los padres de familia y con las autoridades que deberían de estar atentas a este asunto. En las escuelas secundarias el Bullying se realiza fuera de los planteles, donde se supone también que existe cuando menos una vigilancia de los maestro y una atención de las autoridades pero que brillan por su ausencia. No hay duda de que aumentan los delitos generados por esa violencia y provocados por los grupos de jóvenes que gozan de esa impunidad y falta de atención tanto en sus hogares como en las escuelas, de tal suerte que día a día, vemos en las noticias de nota roja, cómo se realizan asaltos para robar un teléfono o los tenis de otros por medio de la violencia que generan las pandillas, este mismo fenómeno obliga a los jóvenes a que se agrupen en pandillas y de ahí crecen en sus acciones punitivas y violentas, porque nadie se atreve a atender el problema.
Las escuelas ni las familias tienen conciencia del problema y no saben como actuar, en los tiempos muertos de las escuelas, los maestros no vigilan, finalmente porque no tienen por qué hacerlo y porque no les interesa la salud mental y bienestar de sus alumnos, son como robots que van y cumplen con sus horas, pero no se involucran en las tareas de la educación. Los padres de familia están en iguales condiciones y no tienen ni el tiempo ni los conocimientos para hacerlo y no saben cómo hacer frente a este conflicto sin generar mayores problemas entre adultos o bien, tienen la conciencia de que de nada sirve hacer las denuncias a las autoridades porque estas no van a hacer nada y la impunidad continuará, de tal suerte que se ejercerá mayor presión y violencia contra los jóvenes cuyos padres se han atrevido a denunciar o a solicitar alguna investigación sobre la violencia en las escuelas.
Si los maestro no tienen conciencia de que deben apoyar en la vigilancia, alientan a que los violentos e impunes aumenten esa acción ya que saben que no pasa nada; si los padres de familia no conocen el asunto ya sea por un hijo violento o por una víctima de la violencia, poco es lo que podrán aportar en la solución del problema. Tenemos que tener conciencia de lo que sucede, conocer la realidad para solucionarla o para actuar en la misma. Finalmente, como el gobierno lanza las culpas a padres de familia o a los maestros, ellos, tampoco hacen nada y cuando tratan de hacer algo se reduce a publicación de normas y leyes que en la práctica de nada sirven ni funcionan. Si los alumnos no pueden acudir ante los directores o ante las autoridades saben que están indefensos y que, por tanto, los violentos, continuarán ejerciendo su poder y, tienen como meta el afiliarse a esa violencia con el grupo o bien, salir de la escuela o, en casos extremos, como lo hemos visto, al suicidio…el asunto no es simple y tiene que contar con la atención de todos los sectores involucrados porque hay casos en donde los propios maestros se burlan de los alumnos que se quejan o bien, solapan a los violentos porque no quiere confrontarse ni ejercer su responsabilidad y tarea en la educación…como vemos, la situación es grave ya que, por cada tres victimas atendidas, hay que atender a cuando menos nueve abusadores y esto nos está mostrando la realidad en la sociedad, no solamente en las escuelas y casas de los mexicanos. La violencia como fuente de poder y de impunidad, total de uno y otro lado, es lo mismo y no sucede nada…véanos lunes y viernes a las 7pm en e canal 95 de cable en el programa Voces.

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