A lo largo de varias
entregas hemos comentado las relaciones de la Mafia y el Poder, este análisis se
ha realizado por medio de la lectura del libro de un ex mafioso de la “familia”
Gambino, Louis Ferrante, el libro se llama: “Aprenda de la Mafia para alcanzar
el éxito en su empresa (legal)”. Y bueno, en ese pasar revista de sus actos,
visiones, técnicas y métodos, vamos descubriendo que el poder se asemeja mucho
en todo y que, por esa razón, cuando observamos el actuar de políticos,
policías, empresarios, banqueros, especuladores financieros, miembros del clero,
vamos descubriendo que casi son iguales, unos dentro de lo que se llama acción
legal y los otros en la ilegal, la zona de separación es mínima y, por alguna
razón, también, vemos que el actuar de los caciques y de los “eternizados
dirigentes sindicales” tienen ese toque mafioso que les da tan singular aspecto
en la vida política nacional.
Las traiciones o los desacatos en política, en
la banca, en el mundo empresarial, en la policía, en el clero, se pagan con la
expulsión y, en algunos casos, con la cárcel o la muerte y, en la Mafia, también
existe ese mecanismo, claro que en uno y en otro bando, siempre se castiga con
el acuerdo del “DON”, del Jefe, del cacique, del gobernante, del mando en la
policía, del dueño de la banca, en la Mafia, también se realiza así el castigo
decretado. Por esa misma razón, ahora, cuando vemos la reelección de Elba Esther
Gordillo en el SNTE y de Carlos Romero Deschamps, entendemos que, solamente,
desde el poder priísta se ha logrado “castigar” o expulsar o
“matar civilmente” a los mafiosos que se encargan de los sindicatos, así, se
logró en los tiempos de Carlos Salinas, cuando se mostraron contrarios a su
candidatura y apoyaron (traicionando al PRI) a Cárdenas, que se les acabara el
poder a Joaquín Hernández Galicia y a Carlos Jonguitud Barrios y, tal vez, por
esa razón, la disciplina en un bando o en el otro, muestra la “lealtad” y el
amor y apego a la mafia o al grupo en el poder, cuando se pierde la confianza
pues se expulsan, se mandan a la cárcel o “sufren accidentes” que les llevan a
la muerte…. Tal vez, por esa razón, antes de que asuma el poder Enrique Peña
Nieto, esos caciques sindicales prefieren mostrar su fuerza y declarar su
disciplina ante el mandato del “jefe”, no sea que les suceda como a “La Quina” o
que, tengan que irse al destierro, al encierro o al entierro.
Hoy en día la guerra política que llega a los
balazos, chingadazos, traiciones, destierros, encierros y entierros, se da por
el control del movimiento sindical en el país. Sabemos que un bando lo controla
el PRI y el otro, encabezado por esa “izquierda” domesticada, oportunista y
lambiscona, trata de controlar al sindicalismo de “oposición” que, en métodos y
controles mafiosos, no se distinguen de los priístas y, la lucha por ese control
es que es la fuerza de movilización y de presión en el poder, así que la famosa
“reforma” laboral no es tal cosa, sino una “reforma política de control mafioso
de los grupos sindicales”. Cada vez que comparamos uno y otro sistema de control
del poder, el mafioso y el “legal” encabezado por políticos, policías,
banqueros, empresarios, clero, vemos que son iguales, tal vez, por aquello de
que ,“su sangre, aunque plebeya ,también tiñe de rojo…”
Louis Ferrante, explica en su libro: “La Mafia
controla los sindicatos, los proyectos de construcción, la recogida de basura,
el distrito Garment de Manhattan, y están metidos en todos los más importantes y
beneficiosos negocios. Cuando trataba de ascender, tuve que coger una pistola y
secuestrar un camión en la calle. Al igual que casi todos los mafiosos, incluido
John Gotti, empecé de esa forma, como secuestrador. La razón de eso es que en la
Mafia nadie te da limosna, sino que tienes que abrirte camino consiguiendo lo
que quieres” y, las organizaciones sindicales y organizaciones políticas se
controlan con agresividad, con grupos incondicionales, con mandos extremos,
donde nadie hace nada si no es con la autorización del “de arriba”, del jefe,
del gobernante, del líder moral, de mero mero…
La Mafia es un gobierno como el poder que se
ejerce en varios niveles también constituyen gobiernos y en ambos se siguen el
control de protocolos cuando se trata de imponer el orden y decretar los
castigos, por ejemplo, cuenta en este libro Louis Ferrante: “Al día siguiente,
la decisión final apareció en los titulares: “Truman mata a Mac
Arthur”.
“El General Douglas Mac Arthur tenía un ego
mayúsculo. Su victoriosa campaña de isla en isla contra los japoneses durante la
Segunda Guerra Mundial se la había subido a la cabeza más de la cuenta. Durante
la guerra de Corea que tuvo lugar después, el general Mac Arthur, seguro de su
genio militar, empezó a ignorar las órdenes de su comandante en jefe, el
presidente Harry Truman. Mac Arthur, un militar, ignoró los factores políticos
que Truman tenía que sopesar diariamente. Truman, un producto político de la
maquinaria política de su jefe policial Tom Pendergast, conectada con la Mafia,
supo qué es lo que debía hacer con él”, así que le dieron una patada y lo
mandaron a su casa, al destierro del poder, al entierro civil. Como vemos, los
casos no varían mucho y las experiencias se toman de uno y del otro lado. Así,
en México, cuando un gobernante deja de atender las instrucciones del jefe, es
cambiado, expulsado o “enterrado”, es por esa razón que seguido vemos que muchos
funcionarios y políticos, “renuncian por razones de salud” o bien
se desaparecen del escenario político, comercial, financiero o policial en el
que se desempeñaban, esto mismo sucede en el Clero, donde la política se maneja
con igual fuerza y control, como en la Mafia, no hay “errores” que se dejen a un
lado sin que tengan consecuencias.
Hoy en día, cuando las relaciones comerciales y
de intereses se ligan con la Mafia y el poder político, religioso, policiaco,
financiero, las formas se muestran con mayor claridad, es por esa razón que se
puede decir que existe una clara mezcla de intereses,
complicidades y corruptelas que ligan las dos zonas, la legal y la ilegal, por
ello no se debe dejar de ver la dependencia que tienen los funcionarios,
políticos, policías, empresarios, clérigos, banqueros con los jefes y miembros
de la Mafia, ya que, en su camino, siempre se encuentra el factor poder y el
factor dinero. Hoy, esto es mucho más claro y el tejido económico y político es
de tal fuerza que todo se mezcla en el poder financiero que es el único capaz de
ocultar los manejos de los recursos financieros que llegan a esos grupos de
poder desde los fondos de la Mafia que son, los que hoy en día, alimentan ese
mecanismo de control político, económico, cultural, social y
paramilitar…¿cuántos gobernadores, presidentes, diputados, senadores, jefes de
policía, empresarios, banqueros, no están ligados a ese oscuro poder mafioso que
es una realidad y que se muestra en todo su esplendor “legal” y es capaz de
mantener el control de todos por medio del terror y del temor… como cualquier
otro poder, que al final, son iguales?…”Las paredes oyen; nunca hable mal de su
jefe” si no quiere ir al encierro, al destierro o al entierro… por eso tienen la
“ley del silencio”…
No hay comentarios:
Publicar un comentario