martes, 6 de noviembre de 2012

El cáncer


Hay millones de tragedias en el transcurso de la vida, los hombres y las mujeres, los niños y los ancianos tenemos que confrontarlas, es parte de la experiencia y del crecimiento humanos, algunos dicen que es terrible el que alcance a los niños que apenas empiezan, otros, que no hay duda de que es el final de los viejos o la tragedia de los que están en la flor de la vida, pero no hay nada que lo evite, sino que podemos imponernos para superar cualquier tragedia, aunque, a veces, no hay forma de hacerlo y, liquida toda esperanza.
         En el diario Zócalo de Saltillo, leía un reportaje de Fabiola Ferrer, fechado en Sabinas, Coahuila donde platica cómo el cáncer se lleva la esperanza y hablaba de una joven madre; “Rocío Rodríguez Rocha quien apenas a los 30 años de edad, es madre y único sustento del pequeño Emilio, de apenas seis años”.
         “Es huérfana de padres, su única hermana radica en los Estados Unidos, pero su situación económica y su status migratorio no le permiten apoyar a Rocío de ninguna forma”
         Rocío ha tenido que enfrentar en silencio y en la soledad un cáncer cervicouterino que poco a poco le roba el aliento que le quedaba”.
         “Su precaria situación económica la orillaron a tener que depender del IMSS para atenderse un cáncer que le fue diagnosticado en julio de 2011”.
         Por desgracia, su atención llegó tarde y explica: “El médico que me estaba atendiendo realizó los trámites para mandarme a Monterrey, pero fue hasta octubre cuando me atendió el oncólogo”…”Para ese entonces, el cáncer ya había invadido su cuerpo, desde entonces cada vez me debilito más, me siento más enferma”, y así, el tiempo y la miseria, la burocracia y la insensibilidad de muchos y de muchas hacen mayor la tragedia, tal vez, si, tal vez se pudo evitar que el cáncer avanzara para destruir esta vida que está ligada a su pequeño Emilio, su hijito de seis años y que es su “motor y su esperanza”, pequeña esperanza que, tal vez se vaya apagando como se apaga la vida de esa pobre mujer.
         Por todo ello es indignante escuchar a los burócratas y funcionarios del sector salud que estamos avanzando; es indignante escuchar al “presidente del desempleo y del baño de sangre”, Felipe Calderón, decir que en materia de salud ya no hay crisis ni hay preocupación y es claro que un político como él que vive del cinismo y de la despreocupación, que solamente está atento en sus negocios, jugosos negocios que, como señalan algunas crónicas, le darán la oportunidad, al terminar su mandato, de “comprar una casita en Lomas de Chapultepec, cuyo costo está en cinco millones, pocos son cinco, pero son millones de dólares”, mientras, en la resignación y en el silencio de muchos y de muchas, la vida de una joven madre se va y con ella, la vida y todas las esperanzas de su hijo único. Eso sí, mientras muchos políticos ligados a empresarios y médicos burócratas se enriquecen como vemos en muchos lados haciendo negocios con los medicamentos, con las obras y construcciones que deberían servir para atender a las gentes del pueblo, de nuestro pueblo, como esta madre que pierde ya la lucha por la vida…y callados y sin protestar, nos resignamos…
         Seguramente cuando hablamos de “tiempos difíciles” nos referimos a que no hay empleo, no contamos con dinero, salud, estamos solos y carecemos de esperanza. La realidad es que el ser humano es increíble, cada día es capaz de hacer milagros, de convertir los escenarios adversos en buenos caminos y calientes hogares,  los rostros tristes en rostros alegres y contentos, la lágrima de pesar en lágrimas de alegría, en fin, cuando menos, muchos, creemos en milagros, tal vez porque a lo largo de nuestra vida hemos llegado al fondo, adoloridos, sin esperanza, sin presente ni futuro y cuando hemos logrado salir de ese pozo creemos y pensamos que es un verdadero milagro y que la vida se  hacen de milagros y de determinaciones donde no dejamos que la desesperanza no hunda. Y todo esto lo podemos entender porque es lógico que cuando la vida está en peligro se olvida uno del futuro, todos los esfuerzos deben estar concentrados en el momento y en la sobrevivencia y esto es lo que ahora pasa esta mujer al lado de su pequeño hijo.
         Hay que dar paso por paso, enfrentar la muerte con la esperanza de vida,  es lógico que en los extremos no se pude tener paciencia para pensar en el futuro, es lógico que cuando la situación es extrema no se pude pensar en lo que debemos hacer para salir adelante. Cuando estamos en el extremo y pasamos por lo peor no puede uno “pensar en preocuparte por el resto de la vida”, ni siquiera puede uno pensar en el mes o en la semana siguiente, solamente, podemos pensar en el hoy, en las horas, en los minutos y segundos, pero tenemos que afrontar el problema y, paso a paso, tal vez, descubrimos que lo peor pasa o que esta pasando y esto vuelve a mostrar el milagro que esperamos y brinda la esperanza de vida que necesitamos… todo puede suceder, nada está escrito sin que sea por alguna razón y, la razón es que, en ocasiones, tenemos que pasar por lo peor para crecer con más fuerza, para crecer las raíces que nutren la vida en el pozo profundo y, esto, solamente se hace con esfuerzo y con voluntad de vida, mucha voluntad de vida… en la lucha contra la muerte no se puede uno derrotar, bueno, ni siquiera darse tiempos y descansos, hay que luchar palmo a palmo y minuto a minuto para alcanzar el milagro… y bueno, cuando la prueba es enorme no solamente donde se involucra nuestra vida sino la de otro ser humano, de un hijo, como es el caso de esta mujer, la determinación y la lucha deben ser enormes…. Finalmente, lo podemos hacer si pensamos en que hemos sido diseñados para vivir cada momento, cada minuto, no estamos diseñados para vivir por cientos de años o decenas de años, tenemos que pensar en el futuro pero no sabemos si se dará, por ello ,lo único real es el presente, el momento y es ahí donde se tiene uno que concentrar para alcanzar los milagros de vida…en la vida, no importa la cantidad, sino la calidad y es, por esa razón ,que no existe ningún secreto para ser felices, sino que es la decisión para ser feliz lo que cuenta al igual que cuenta el querer vivir o dejarse morir… por ello, cuando las cosas se ponen terribles, feas, es cuando realmente aprendemos las lecciones.
         Del éxito, poco se aprende, sino que se goza y, en ocasiones se pierde en el ego, en la solemnidad y pomposidad, en la intolerancia, en la soberbia; en el fracaso, algo dejan las lecciones y ,en el peligro de muerte, se pueden esperar los milagros, siempre y cuando, uno ponga el espíritu de vida y la voluntad de lucha…por eso no hay que estar pensando en que si la vida es justa o no, hay que concentrarse en lo que tiene de bueno… y luchar, no hay más razón para derrotar la muerte.

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