“A UNOS LOS AMARRAN POR BRAVOS Y A OTROS POR MAÑOSOS”. Dicho popular.
También, dice otro dicho popular que: “Aconseja al ignorante y te tomará por un enemigo”, así, estoy convencido de que a Mario Marin, cuando era gobernador en el estado de Puebla, algunos fieles amigos le dijeron algo sobre esas “relaciones peligrosas y de borrachines” que le hacían la barba en todo momento como era el caso de Kamel Nacif, que en una conversación grabada que se presentó a los medios de comunicación le decía: “Mi gober precioso” y le recordaba las botellas de coñac que tanto gustaban al gobernador y que seguramente, en algunas borracheras, se prometieron enviar. El caso es que la influencia de este borrachín y corrupto empresario poblano logro, en su momento, lastimar a la periodista Lydia Cacho que acababa de publicar su libro “Los Demonios del Edén” donde denunciaba la trata de menores y los abusos habían cometido Jean Succar Kuri y otro grupo de políticos y empresarios a los que gustan los niños y las niñas, para hacer “el amor”.
NO SON POCOS LOS POLÍTICOS, EMPRESARIOS, POLICÍAS O FUNCIONARIOS QUE NOS COMENTAN QUE ESTE SISTEMA DE “INTERVENIR Y GRABAR LAS CONVERSACIONES PARA HACERLAS PÚBLICAS,” no es una forma “decente” de hacer las cosas. Lo que ignoran es que esta capacidad para grabar y filtrar las conversaciones y los datos de una investigación, la tienen los policías y los organismos políticos que sirven al gobierno y al presidente, para tener las investigaciones sobre los “grupos o políticos que pueden poner en riesgo la seguridad nacional o que realizan labores propias de mafiosos o de terroristas” y claro, con este pretexto, todo se vale y hacen del espionaje una labor cotidiana que lesiona a muchos, claro que, cuando se tienen datos como los que se filtraron en las conversaciones del “gober precioso con Kamel Nacif”, se podía tener la seguridad de que se hacia un acto de justicia sobre una injusticia que se cometía contra una valiente escritora y periodista que había descubierto y dado a conocer la red de prostitución y de trata de niños que encabezaba Succar Kuri, en Can Cún, y donde se tenía la seguridad de que muchos políticos, empresarios, policías y banqueros, eran constantes visitantes de este pervertido señor… no para hacerle visitas de cortesía, sino para estar en el mismo nivel de perversidad y de amoralidad que mostró siempre. Claro que dicen que las complicidades y las perversidades hermanan a muchos y esto, sigue por ahí, con esa trata de niños y pederastia que vemos denunciar, todos los días, en muchas partes del país.
Pero tal parece que a los políticos les importa un carajo las denuncias ciudadanas, bueno, ni siquiera les importan lo que se diga en los medios de comunicación o por parte de los partidos o declaraciones de los dirigentes de otros partidos distintos de los suyos. La política es no contestar, no aclarar, no permitir que sus políticos involucrados en los temas denunciados o en la peticiones ciudadanas, contesten o digan algo, para esto han creado la figura del vocero, para eludir responsabilidades directas y no tener ninguna clase de compromiso. La idea en la comunicación es saturar los temas, dejar que existan muchos niveles de denuncia, que llegue el momento en que a nadie interesen o bien en que puedan desarrollar la convicción de que de nada sirve denunciar, protestar o demandar, todo seguirá igual y todos creemos, erróneamente, que no se pude hacer nada en contra del gobierno y que se puede estar en peligro, perder más o tener represalias por parte del poder, así que hemos llegado a la conclusión de que: “EL TELÉFONO, ES PARA NO HABLAR, SOLO PARA HACER CITAS O MANDAR MENSAJES A LOS QUE QUIEREN IMPACTAR”. Esto es mucho más claro cuando, con las filtraciones de WikiLeakes, donde se dan a conocer, por ejemplo, los permisos otorgados por los funcionarios mexicanos, violando la soberanía y violando la Constitución, para que agentes de Estados Unidos pudieran interrogar en cárceles mexicanas a migrantes extranjeros detenidos en nuestro país… y luego, nos quejamos de lo que nos hacen los gringos en su país… y claro, a nadie de los políticos en el poder le importa investigar sobre el tema y corregir estas violaciones a la soberanía nacional, no, hay que estar bien con las autoridades gringas, esas son las que mandan en la realidad, los “pinches mexicanos” se quedan callados y no tienen el valor de protestar ni siquiera por los aumentos o las violaciones a sus propios derechos y garantías que, constantemente, nos hacen los sicarios del poder, sus policías políticas que están para jodernos a todos, no para brindarnos ninguna seguridad… y si los mexicanos no protestamos por la violación a nuestros derechos y garantías por parte del poder y las policías, pues es seguro que, nos quedaremos callados ante violaciones de policías y políticos o gobierno extranjeros. Total, los políticos mexicanos se encuentran igual que la Diana Cazadora: “Encuerados, luciendo las nalgas que apuntan al Norte y no sabiendo a que le tiran…”. Así, no entendemos si a Mario Marín lo “amarraron por bravo o por mañoso”… el caso es que seguirá como “el gober precioso”, tomando coñac o tequila que, para empedarse, es igual uno que otro… el caso es perder la razón para no ver la realidad…
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