sábado, 22 de enero de 2011

No siempre conseguimos lo que queremos

EN tiempos donde nos vemos obligados a esperar pacientemente a que los tiempos y las circunstancias sean favorables o permitan hacer lo que buscamos o pretendemos, lo mejor que he encontrado para “perder el tiempo” que, en realidad, es ganar tiempo y conocimientos, es tener un libro a la mano y sobre todo, poder leerlo con paciencia e interés. Así, hoy que me encuentro en Torreón, Coahuila, esperando algunas reuniones de trabajo y donde tengo que ajustarme a los tiempos y circunstancias de las personas que me hacen el favor de recibirme para continuar con mis actividades, me dedico a leer y estoy leyendo un libro de Robin Sharma: “El líder que no era licenciado”, publicado por la editorial Grijalbo y en él, como si me indicara cómo debo comportarme, utilizando la paciencia y aceptando lo que se puede y se debe, después de hacer el mejor esfuerzo, leía: “NO SIEMPRE CONSEGUIMOS LO QUE QUEREMOS, PERO HAY QUE CONSEGUIR LO QUE NECESITAMOS”.

Así es como podemos entender algunas cosas importantes. No tengo duda sobre el poder de las buenas ideas. “una sola idea tiene capacidad para proporcionar la fuerza para el cambio”. Este es, sin duda, un libro para darnos idea de lo que debemos cambiar para enfrentar los tiempos turbulentos en los que vivimos. Ya las cosas no son como eran, cambian y están en constante movimiento, existe una enorme confusión y grandes crisis y tragedias que obligan a ver los cambios en la forma de entender las cosas. En esta obra, se nos indica que, “las épocas turbulentas generan grandes cambios y grande hombres… cuando las cosas se ponen difíciles, hay que entrar en acción..”.

Es lógico que en tiempos malos o turbulentos, se generen miedos porque no entendemos lo que sucede y cuando no entendemos la realidad crecen los miedos, sobre todo, cuando no se entiende que para vencer los miedos hay que enfrentarlos. Para “avanzar, hay que enfrentar los miedos”. “Lo que no nos mata nos hace más fuertes”… siempre y cuando logremos superar el miedo y el resentimiento. Jamás sabremos hasta dónde podemos llegar si ni siquiera lo intentamos. Por ello, Séneca, decía: “No es que nos acobardemos porque las cosas sean difíciles, es que las cosas son difíciles porque nos acobardamos”. En realidad, “los tiempos difíciles solo parecen difíciles”. Nos hacen un favor, nos templan y hacen duros y valientes.

En este libro de Sharma, podemos comprender que: “de la confusión siempre surge la claridad. Del caos siempre surge el orden. No rehúyas a la incomodidad, corre cada vez más riesgos inteligentes y tus miedos comenzarán a desvanecerse. Haz todos los días aquello que te asusta o (molesta), y transformarás el miedo en fuerza”. “LA VIDA ES DEMACIADO GRANDE PARA CONFORMARSE CON POCO”. EL miedo no te lleva a ninguna parte mejor y, por ello, no te debes sentir víctima, porque entonces solamente reflejas miedo, temor, resentimiento. Escondes y limitas la capacidad de valor y escondes y matas la valentía. En la realidad, los “problemas solamente son problemas cuando los convertimos en problemas”, así que hay que convertirse en la parte de la solución, no ser parte del problema.

En este medio y en esta ciudad, tan llena de esfuerzo y talento, de valor y prosperidad, también escuchamos a muchos políticos quejarse de los tiempos y no pueden entender que: “Este tiempo, como todos los tiempos, es un buen momento si sabemos qué hacer con él”, así lo definió Ralph Waldo Emerson y no pierde valor en la actualidad, lo que sucede es que los políticos, como muchos otros más, no saben qué hacer con él y, por ello, prometen y no cumplen, frustran todas las esperanzas y se limitan a esconder su miedo y mediocridad culpando a los tiempo y no a su miedo, ignorancia y mediocridad. No ven la realidad ni la realidad de sus limitaciones y mediocridades… y es lógico que no puedan, ni siquiera, comunicar adecuadamente sus pensamientos, porque no son sinceros. Ignoran que en tiempos turbulentos las gentes “prefieren rodearse de personas que digan las cosas como son, gente sincera, directa y absolutamente honesta. Decir la verdad y nada más que la verdad genera confianza y respeto” y, para ser mejor, debemos respetarnos, ser confiables y honestos. ¿lo entenderán los políticos de este y otros rumbos?. Uno, puede decir lo que quiera, siempre que lo digamos con respeto y demos respeto y valor a las palabras. Nuestro leguaje está íntimamente ligado a las creencias. Por ello, nuestras creencias, deben ser sinceras y honestas. Mejores día a día.

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