martes, 4 de enero de 2011

La ardiente frontera sur

EL DÍA 31 DE DICIEMBRE, en le diario La Jornada, JORGE CARRILLO OLEA, escribe un interesante artículo: “LA ARDIENTE FRONTERA SUR”. Si alguien en este país conoce las entrañas del narcotráfico y de las acciones de las policías políticas en el campo y marco de la política, es, sin duda, el general Carrillo Olea, que formado desde los tiempos de Don Luis Echeverría, estuvo en puestos de inteligencia y análisis político y nos comenta: “Hay cosas que verdaderamente no se entienden. Gobiernos van y gobiernos vienen, y las voces de alerta, y ahora de socorro de la frontera sur se oyen desde siempre. El deterioro ha sido acelerado en esta década, cuando el crimen organizado y la corrupción oficial así lo dispusieron. Arde la frontera sur: Quintana Roo, Campeche, Tabasco y Chiapas con Belice y Guatemala; más allá están por arder Honduras, El Salvador y Nicaragua, y de otra forma –más sofisticada- Costa Rica y Panamá.”

“Arde básicamente como responsabilidad de los gobiernos federales mexicanos, por su problema interno y -¡oh pecado!- por olvidarse de los países tan entrañables que no pueden sustraerse de nuestro dolores. Hemos contaminado a Centroamérica que, de plácido y bucólico paisaje, se ha convertido en una extensión del campo de batalla mexicano; de sus instituciones, mucho más débiles que las nuestras, están de antemano derrotadas”.

“El dolorosísimo drama que se les echa encima corresponde a una lógica de expansión de mercados; los del crimen, cuestión a la que nosotros no escapamos por más que las autoridades no lo acepten. La demanda de drogas tipo mariguana, cocaína y opiáceos en Estados Unidos está estabilizada; van ahora por drogas de diseño, de las preparadas ilegalmente en laboratorios en su territorio, aunque en algunos casos con insumos extranjeros. En esta lógica, México es aún un mercado apetitoso y Centroamérica, casi virgen”… así ,con gobierno débiles, policías corruptas, instituciones oportunistas y sin sentido, con una burguesía y clase política voraz y vacilantes, las condiciones se van a agravar de tal forma que México, está, en un sentido bloqueada, por un lado los gringos, con su política de venta de armas y control económico y político a los funcionarios mexicanos, expandiendo su esfera de influencia para tener mayores recursos económicos que están salvado a su deteriorada economía en todo el Sur de los Estados Unidos, al emigrar capitales y profesionistas en forma masiva para entrar a un nuevo mercado laboral y desarrollar un nuevo sistema de inversiones gracias al gran numero de capitales que se van a refugiar a la seguridad que les brindan en los Estados Unidos, después de que, este país, vende masivamente armas y consume drogas que son las que han generado el problema que sufrimos en la actualidad. Y por si esto no les fuera suficientes a las mafias y mafiosos norteamericanos que son los que controlan la narco economía y narco política en México, las que tienen bajo su mando a los cuerpos de seguridad nacional para su beneficio, propiciando una política de entreguismo desde Los Pinos, hoy, esos grupos criminales trasnacionales van por los mercados de Centro y Sur América, donde pueden expandir sin problema alguno sus fuentes financieras y desarrollar sus laboratorios y traficar con la siembra de drogas, con el tráfico de gentes, capitales, mercancías, armas, vehículos, productos piratas y en gran parte, con un inmenso mercado obtenido por el tráfico de combustibles en todo el país.

Y si este escenario no bastara para generar la mayor preocupación tenemos que decir que, en los estados del sur, gobernados en su mayoría por grupos de caciques, independientemente de los partidos o alianzas a las que pertenezcan, tenemos gobiernos penetrados totalmente por el crimen organizado de tal suerte que existen relaciones con los grupos mafiosos y con los grupos guerrilleros, sobre todo, con los que controlan las zonas y regiones de tráfico y siembra de drogas, en el caso especial en el Istmo de Tehuantepec, que en el corredor pasa a Veracruz y de ahí parte en sus dos vertientes al Pacífico y al Golfo, de tal manera que la corriente del tráfico de drogas se unifica con la de gentes, migrantes, mercancías, armas, combustibles y productos piratas, que ingresan, fundamentalmente, por el lado de Guatemala y Belice, claro, contando con la complicidad de empresarios, banqueros, políticos, policías, funcionarios e incluso con grupos clericales de todas las tendencias… pero en fin, en el sur, dicen, no pasa nada desde que todo sucede y, los grupos del narco y las guerrillas, controlan la región…claro, con los políticos que les hacen la “fiesta grande”…y gozan del poder y presupuestos.

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