viernes, 28 de enero de 2011

Escuchemos al Rector José Narro

Los mexicanos nos deberíamos preguntar muchas cosas sobre lo que sucede en torno a la famosa “guerra contra el narcotráfico,” decretada por Calderón y que ha cobrado la vida de cerca de 35 mil mexicanos, no todos, sin duda, son parte de los “daños colaterales” ni son narcotraficantes, miles, seguramente, son inocentes que han caído víctimas de las balas asesinas de los delincuentes o de las autoridades, como ha sido el caso, que hemos visto con horror, en lo sucedido a la escolta del presidente Municipal de Ciudad Juárez, Héctor Murguía, quién fuera asesinado por un policía Federal al llegar al sitio donde se encontraba el escolta protegiendo la integridad del presidente y, al identificarse y bajar su arma, el policía, enmascarado, porque ahora es común que los delincuentes anden sin máscara y los policías tengan cubierto el rostro como cualquier delincuente, sin mediar palabras, sacó su arma y le disparó en la cabeza, matándole. Al acudir, Héctor Munguía al sitio donde se hospedan los policías federales, fue recibido con siete de sus escoltas con insultos y amenazas de muerte por parte de los demás “agentes del orden” y faltó poco para que fuera acribillados, como normalmente acontece con cualquier ciudadano común y corriente, sin embargo, “Teto”, mantuvo la calma y al llegar el comisionado de la PFP, se calmaron y se llegó al acuerdo de investigar, como siempre, investigar para no encontrar culpables reales o eludir la verdadera culpa de un policía asesino… en fin, si esto sucede con las escoltas de los funcionarios, ya nos podremos imaginar las historias de horror y de terror que constantemente nos comentan muchos afectados por la prepotencia, abusos e impunidad y violencia que ejercen los policías en contra de los ciudadanos, violando todos sus derechos y garantías con el pretexto de que están en “guerra contra los narcos”, cuando son parte del mismo esquema… pero en fin… tendríamos que reflexionar y demandar justicia y poner en orden a las policías que hoy controlan la agenda política presidencial y que seguramente, no dejarán el “hueso”, porque se están enriqueciendo con los presupuestos y claro, con los regalos de los malos…

Por esta razón, tendríamos que reflexionar también en lo declarado por el Rector de la UNAM, José Narro Robles, cuando asegura que se equivocan (más bien, debería referirse al presidente, que se equivocó) , aquellos “que ven la lucha contra el crimen organizado como una guerra. Las únicas guerras validas, agregó, son contra la ignorancia, la injusticia y la enfermedad”.

Al hacer un balance de sus primeros tres años en el cargo, subrayó que: “las más de 34 mil víctimas que ha dejado la estrategia del gobierno contra la delincuencia organizada, no deben ser minimizadas con el argumento de que la mayoría de los asesinados son criminales”…

“Nos equivocamos cuando pensamos en esta lucha contra el crimen organizado como una guerra. Las únicas guerras que se valen son contra la injusticia, la ignorancia y la enfermedad. Nos equivocamos cuando creemos que las vidas de estas casi 34 mil 500 víctimas, muchas de ellas jóvenes, no son tan importantes porque forman parte del crimen organizado. Nos equivocamos, es un fracaso de la sociedad, porque esas personas en un altísimo porcentaje, quiero pensar en su totalidad, no deberían haber caído ni estado en condición de permanencia a las bandas delictivas”…”Tenemos que replantearnos temas y que los jóvenes tengan ocupación, educación, empleo y una forma digna de transitar por su juventud. Que tengan la esperanza y expectativa de vivir en un México mejor y con mejores mexicanos. La educación, la formación a nivel superior y la cultura dan un sentido más ético, no sólo en la transmisión de mensajes, sino en la condición de la gente.”.

En cambio, con una política de terror, represiva, de violencia institucional, violando los derechos y las garantías de los mexicanos, poniendo a los ciudadanos en un plan de indefensión ya que cualquier delincuente con protección o no, puede hacer las famosas “denuncia anónimas” y, por este simple hecho, algunas de ellas inventadas por los propios policías y sus mandos para golpear a sus enemigos políticos o destruir a personas o grupos, pueden violar la seguridad de los hogares, detener con impunidad y violencia, inventar delitos, poner “pruebas” que ellos colocan para inculpar a los ciudadanos y matar o asesinar con total impunidad, escondidos tras una máscara que dicen, es para proteger a su sicarios oficiales y no les reconozcan los ciudadanos ni los criminales. Esto que ha sucedido al presidente de Ciudad Juárez, debe hacerle pensar que los funcionarios no están exentos de ser asesinados o inculpados por cuestiones políticas y por no plegarse a las instrucciones de las policías… cuidado, estamos ante una real dictadura. ac en el país.

No hay comentarios: