miércoles, 12 de enero de 2011

No te quejes

Hoy son tiempos de radicalismo, no se puede confiar en lo tradicional, todo cambia para bien o para mal, en muchos casos los grupos sociales se unifican para forjar bases de resistencia o sobrevivencia y esto viene sucediendo en las zonas marginadas y por ello el crecimiento real y violento de los grupos y pandillas de jóvenes “NINI”, que se convierten en dolor de cabeza para el gobierno, funcionarios, banqueros y policías; los grupos radicales lanzan su ofensiva de tal forma que van arrasando sectores e incursionando en nichos comerciales, empresariales o propios de la delincuencia organizada, al igual que los funcionarios, políticos, empresarios, banqueros y funcionarios del verdadero grupo de “la delincuencia organizada desde el poder”…

Es bueno poder leer sobre las experiencias de vida y muerte de jóvenes que salen en la realidad violenta de las calles y logran escalar niveles sociales y económicos que les coloca en un nuevo nivel en la sociedad pero que no pierden el sentido de la realidad y por ello, es bueno entender sus métodos y sus vivencias, porque es lo que nos permite entender la sucia realidad callejera que se niegan a ver y atender los mafiosos del poder. En el libro “LA LEY 50” QUE TOMA LAS EXPERIENCIAS DE VIDA Y DE MUERTE DE Curtis James Jackson III ,50 CENT, escrito por Robert Greene, no dice: “Los nuevos valientes representados por Fithy siguen la dirección opuesta. Ven que el caos del día se ajusta a su temperamento. Crecieron sin miedo a experimentar, merodear por las calles y probar nuevas formas de operar. Aceptan los adelantos tecnológicos que, en secreto, ponen nervioso a otros. Se libran del pasado y crean su propio modelo de negocios. No ceden al espíritu conservador que ronda a las compañías estadunidenses en estos tiempos de radicalismo. Y en el centro de su éxito está una premisa, una ley de poder que todos los espíritus valientes del pasado han conocido y usado, fundamento de cualquier género de éxito en el mundo”.

“Vivimos momentos extraños, revolucionarios. El antiguo orden se desmorona ante nuestros ojos en muchos ámbitos. Pero pese a que esta etapa es tan turbulenta, los líderes de los negocios y la política se aferran al pasado y las viejas maneras de hacer las cosas. Temen al cambio y toda suerte de desorden”.

Es tan cierto que muchos dirigentes que pregonan los “cambios”, solo lo hacen en las palabras y, en sus actos, entran en la cotidianidad, en lo tradicional, en lo que les sostiene la esperanza de una “tranquilidad,” cuando los tiempos son turbulentos y de cambio, no lo entienden y, por esa razón, parecen que pregonan los “cambios” para estar en lo mismo.

“La realidad puede ser muy cruel. Tus días están contados. Hacerte y conservar un lugar en este mundo, despiadadamente competitivo, exige un esfuerzo constante. La gente puede ser traidora. Te involucra en infinidad de batallas. Tu labor debe ser resistir la tentación de querer que todo sea distinto y, en cambio, aceptar –y aun abrazar- valientemente las circunstancias. Al concentrarte en lo que ocurre a tu alrededor, obtendrás una percepción clara de lo que hace que algunas personas avancen y otras se rezaguen. Si entrevés las manipulaciones de los demás, podrás sortearlas. Mientras mejor comprendas la realidad, más podrás alterarla conforme a tus propósitos.”

Y esa cruel realidad de la calle, hace una nueva filosofía de la vida, una forma de verla y sortearla, así en los grupos de pasadores o narcomenudistas se gestan los nuevos “dirigentes” de esa mayoría que sortea las calles y su realidad, por ello, lo primero que sostienen es: “no te quejes ni des explicaciones”. Y esto es lo que sostiene uno de los narcotraficantes callejeros en este libro: “La difícil vida de las calles es en realidad una bendición si sabes lo que haces. Este mundo es tan peligroso que el conecte tiene que estar muy atento a lo que pasa. Debe agarrarle la onda a la calle: quién es un fastidio, dónde puede haber una oportunidad. Tiene que ver más allá de las tonterías que los demás le sueltan, sus trampas, su idioteces. Debe analizarse, ver sus propias limitaciones y su estupidez. Todo esto aguza su vista, lo vuelve un fino observador de todas las cosas. Ése es su poder”.

“Nuestro peor peligro- continuó Truth, no es la policía ni un rival feroz, sino la complacencia. Sé de muchos conectes que han caído en ella. Si las cosas van bien, creen que siempre serán así, y se desatienden de la calle. Si van mal, quieren que cambien y hacen planes para ganar dinero rápido y fácil. Como sea, caen pronto. Perder contacto con la realidad de la calle puede ser suicida.”… lo mismo sucede en la política. No ver la realidad, te pierde…

“El mundo ya es tan sucio y peligroso como las calles de Southside Queens: un entorno competitivo global en el que cada individuo es un “traficante” despiadado en pos de su beneficio personal”… también lo es en la política, la policía y las finanzas…

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