Los buenos deseos

Cada uno, con fe, pide nuevas cosas y relaciones en los primeros días del año. Es como si quisiéramos dejar a un lado las penas, las miserias, los dolores, las tragedias, los miedos, los terrores, la violencia, la frialdad interna, la desesperanza, la inseguridad. La realidad es que este año no pinta mejor que en anterior, la violencia resurge no solamente en los comando enviados por la delincuencia organizada, también se ve el aliento que generan los ánimos guerreros de los hombres del poder, en esta lucha que más que guerra contra el narcotráfico, parece ser un ajuste de cuentas entre grupos del mismo origen, porque la delincuencia está íntimamente asociada a la protección, la complicidad y las corruptelas propiciadas por las autoridades que generan la impunidad y, mientras no queramos ver esto y tratemos a toda costa de ocultar el origen del problema con escándalos y movimientos de distracción, no podremos lograr la paz y la seguridad tan necesaria y reclamada por todos.

En fin, que este año nos sea mejor y tengamos un poco más de seguridad, de amor y de afecto, de cariño y de comprensión, tratemos todos de ser mejores para poder estar mejor. Bien dicen que no hay felicidad completa pero cuando menos, deseamos cosas buenas y pedimos que nuestros políticos dejen de ser como son, porque todos sabemos que solamente buscan, no el bienestar común sino su propio bienestar, buscan no la seguridad común, sino la seguridad económica y política para los suyos, sus cuates, sus cómplices. Pero en fin, creemos que podremos cambiar y es verdad, cuando tenemos conciencia de lo que sucede y nos unimos, no por medio de “dirigentes” que finalmente engordan las filas de diputados, senadores, funcionarios, policías, banqueros y políticos, la sociedad puede actuar con conciencia y unidos en torno a objetivos comunes para eliminar a las lacras del sistema, por esa razón el CISEN dice que, somos un peligro los que pensamos diferente a ellos, los que queremos justicia y pan para todos, habitaciones, educación y salud para todos, porque señalan que las organizaciones sociales y las organizaciones no gubernamentales, somos un verdadero peligro potencial y podemos desestabilizar su cómodo ejercicio del poder con el que joden a todos.

Y dentro de los buenos deseos creemos que, si bien, por ejemplo, Oaxaca, ha resistido y triunfado en superar la violencia constante, institucional a la que han sometido a sus habitantes, los más pobres del país, una entidad que superó conflictos terribles que propiciaron los grandes intereses y los grupos ligados a la explotación de los recursos y sus gentes, los que están íntimamente ligados en las estructuras de la narcopolítica que aún no quieren reconocer muchos hombres y mujeres de buena fe y de buena voluntad, existen, en el marco del juego perverso del poder que se genera en esta entidad, lo menos que se merece este estado, tan lleno de magia y de color, es que se dejen las viejas rencillas y se inicie la lucha para combatir los enormes rezagos económicos, culturales, sociales que tiene la entidad. Que se eliminen los cacicazgos locales que imperan en muchos municipios que son explotados por grupos de vivales, con el cuento de que se “gobiernan” por los usos y las costumbres , cuando nadie, salvo los caciques locales, son los beneficiados por los presupuestos y la explotación de gentes y recursos naturales.

Y los viejos caciques y ex gobernantes, los políticos de doble moral y de dobles costumbres, deben dejar que Gabino Cué cumpla con sus compromisos y no pretendan ser los “guías” y los que imponen a sus grupos y gentes para continuar medrando de los presupuestos y haciendo los negocios que tanto destruyeron a la entidad en los tiempos de muchos gobernantes del priismo que hoy, se dan golpes de pecho y alegan que jamás fueron ligados a los dos últimos gobiernos, cuando, finalmente, los priistas no debieron ser tan malos ya que pudieron exportar a muchos de sus “dirigentes” y políticos a otros partidos y organizaciones que se dan como la “nueva izquierda,” cuando su origen, en el huevo dinosaurio, es el mismo. Si algunos alegan que la hegemonía política del priismo ya terminó, pues lamentamos decirles que no, ahora está camuflageada en varias organizaciones y partidos políticos porque nadie ignora que muchos viejos priístas están militando en forma importante en el PAN, en el propio PRI, PRD, Convergencia, PT, en fin, simplemente, se diversificaron para controlar el poder, porque nadie podrá negar que todos visten diferente, pero caminan igual, … como los patitos en el agua. Y esto daña a la sociedad por la simulación política y el cinismo del poder. Oaxaca merece un nuevo destino y un nuevo principio, sin los de antes….