domingo, 7 de marzo de 2010

En vez de pan... Tanquetas

“Que afortunado para los líderes que los hombres no piensen”, Adolfo Hitler.

EL DÍA DE AYER EN NUESTRA DIARIA COLABORACIÓN HABLÁBAMOS DE LO PELIGROSO QUE RESULTA EL QUE LAS AUTORIDADES, POLÍTICOS Y FUNCIONARIOS NO TENGAN IDEA DE CÓMO ATENDER EL PROBLEMA DE LAS PANDILLAS Y LAS BANDAS DE JÓVENES EN LAS ENTIDADES Y QUE, ANTE CUALQUIER MANIFESTACIÓN DE INCONFORMIDAD EN VEZ DE PAN, LES CONTESTEN CON PALOS Y REPRESIÓN. Pues no tuvimos mucho tiempo para esperar ya que en León, Guanajuato, además de que las autoridades reconocen aumentan los delitos más del cien por ciento y las mismas demandan que no se hable en los medios de comunicación de la violencia y de la delincuencia como si no hablar quitara el problema y resolviera la violencia, los robos, atracos, asesinatos, secuestros, violaciones que se dan con facilidad gracias a las ineficiencias, complicidades y corruptelas que mantienen las autoridades, los políticos, los funcionarios y los policías con los delincuentes, esas autoridades represivas y tontas, insensibles y faltas de visión para resolver los problemas, solicitan recursos para comprar DOS TANQUETAS que se utilizarán en la represión en contra de los “pandilleros y bandas de jóvenes en el municipio”, porque aseguran que solamente con la violencia podrán enfrentar y frenar sus inconfrmidades.

Si reprimiendo o graffiteando los traseros de los muchachos se evitara que éstos pintaran las calles y las casas con sus especiales mensajes, como si graffiteando como lo ha hecho alguno de los funcionarios y jueces a un joven, los demás no graffitearan, tal vez, acertaríamos que se diera este ejemplo, pero no es así, al contrario, lo que se hace por medio de las pintas o griffitis es tratar de llamar la atención. Los jóvenes no tienen empleos, pero tampoco tienen forma y oportunidades de estudiar y es de tal suerte esa realidad que no cuentan con espacios deportivos y menos con lugares donde puedan intercambiar ideas o platicar sus problemas familiares, cuando todos sabemos que las condiciones de pobreza y de miseria, les provoca un gran resentimiento social y por ello sacan esa furia y frustración por medio de tales manifestaciones.

Hace algunos años explicaba a uno de los gobernadores que sufrían al ver en cada manifestación pintadas las fachadas de las casas por donde pasaban los manifestantes y las fachadas de las oficinas y palacio del Estado que, no tendría más remedio que establecer una brigada especial de borra pintas y para ello, debería tener el cuidado de no dar manchones como acostumbraban, poniendo pintura de otro color al de las fachadas para que la gente no pudiera leer las consignas que eran en su contra y, la gran mayoría de las veces, ciertas en sus reclamos y demandas. Si en verdad quería terminar con esa costumbre de los protestatarios y peticionarios de pintar sus consignas en las paredes, a falta de espacios en los diarios y en los noticieros, lo primero que debería de hacer era solucionar o dar respuesta a las demandas y reclamos que movían a las gentes en esos actos de protesta y manifestación y que, posteriormente, brindara los apoyos en pintura y mano de obra a los dueños de locales y casas para que éstos dieran vida a una nueva fachada que en vez de mostrar un deterioro a la imagen urbana, sirviera para que se mejorara y que, si se seguí este concepto, en vez de dar “regalitos y corromper a los líderes” o a los políticos que les manipulaban, se utilizara esos recursos para ayudar a la población damnificada por tales actos y, estos, a su vez , solicitarían a los manifestantes que no pintaran sus fachadas o les darían espacios a los muchachos para que ellos dieran rienda suelta a los espacios propios para sus graffitis, en vez de lastimar y dañar la imagen urbana. Ellos viven en condiciones de marginación y de pobreza y sabemos que en los barrios pobres no existe pavimento, agua potable, drenaje, luz, seguridad y si ellos viven en tales condiciones de marginación, de pobreza y de suciedad, no se les podía solicitar respeto, porque solamente estaban manifestando su inconformidad y resentimiento y que, si no queríamos que ellos destruyeran las fachadas lo primero que deberíamos hacer es solucionarles sus problemas de servicios y darles agua potable, drenajes, luz pública, seguridad, escuelas, hospitales, empleos y espacios dignos para que ellos desarrollaran las actividades deportivas y no se agruparan para protestar o para delinquir. Este fenómeno se ve ahora, con toda claridad en Ciudad Juárez y es por esa razón que las tácticas tienen que cambiar con las estrategias y por esa razón, si la autoridad quiere recuperar los espacios perdidos y volver a la seguridad, tiene que atender la seguridad y los servicios de las muchas colonias marginadas que, en Juárez, solamente son propicias para que en el abandono y destrucción, se cometan delitos de todo tipo y, los jóvenes sin trabajo y sin estudios, solamente tengan como opción de vida, la delincuencia o la drogadicción y por ello, la situación se agrava cada vez más.

La solución no es la represión sino la atención social y económica de los problemas que sufren millones de gentes que viven en esos espacios urbanos que no tienen servicios, ni cuentan con transportes, agua potable, drenaje, escuelas, centros de salud, espacios comunitarios de recreación y convivencia, en fin, si no resolvemos los problemas de empleo y de educación, no podemos resolver nada, esta, es la realidad. Si en vez de atender poco a poco y con ejemplos claros y honestos los problemas de la comunidad se utilizan los recursos públicos para comprar tanquetas y reprimir a los jóvenes, veremos los niveles de resistencia política y social que optarán, de tal suerte que, veremos muchos “territorios liberados por las bandas y pandillas de colonias, donde los policías ni las autoridades, podrán ingresar” y esto, sucede ya en muchas partes y podrá crecer de tal suerte que, al igual que se iniciara el fenómeno de las MARAS SALVATRUCHAS Y SE GLOBALIZARAN LAS BANDAS y se fortalecieran los lazos sociales, comunitarios y políticos con ellos en todos lados, veremos crecer el fenómeno que será totalmente incontrolable en muchas comunidades y que ya se manifiesta en muchas colonias del país. Si continuamos con la represión en vez del diálogo estaremos fomentando la violencia de miles de jóvenes que, entonces, gritarán y violentarán en todo el país… la solución, no es la represión, ni las tanquetas.

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