martes, 11 de noviembre de 2008

Duelos en silencio y con humildad

NO HAY DUDA DE QUE Vicente Fox y doña Marta, tienen la sensibilidad de un elefante en faenas campestres, ni siquiera tienen la gracia de uno de circo, mientras el presidente, Felipe Calderón, rinde los lutos y homenajes a su amigo Juan Camilo Mouriño, casi al nivel de héroe nacional, hombre desacreditado y calumniado, sostiene el presidente, debe ser enterrado con honores y, por supuesto, limpio de toda duda y mancha como si fuera el símbolo de los nuevos políticos del país y, mientras ese dolor y sentimientos de furia y de frustración de dan en la casa presidencial, los Fox, siempre “oportunos” para las tarugadas, realizan su junta con los hombres de la derecha y hablan de que tienen que hacer los cambios por el humanismo y en ello, claro está, como llegan los Democristianos invitados con todos los gastos pagados, solamente esperan que esta farsa termine en le rancho de San Cristóbal, para poder ir a playar a los lugares turísticos y a los centros históricos para que puedan contar sobre las bellezas del país y las postura que nos muestran como un país que no deja el surrealismo, ni en la política, ni en la visión del mundo y de la vida.
En lo particular me emociono ante la demostración de lealtad y cariño del presidente a su amigo que le brindó, sostiene uno de los genios de Televisa, no solo el apoyo y la confianza, sino que era “su inspiración”, pero un presidente debe demostrar la entereza y no solo la frustración y el coraje de una muerte violenta en el sentido más claro del dolor. Todas las muertes son trágicas y no hay duda de que la vida termina en esa tragedia, unas veces esperada y otras de pronto, sin pensar, inexplicables. Esto es en el plano personal, pero en el político, todo tiene una forma y un fondo y no hay duda de que todos podemos entender que la muerte de Juan Camilo, tal como demostraba el Senador por Durango, Dorador, con las lágrimas en los ojos ante la pérdida de su entrañable amigo, también, se pierde la posibilidad de que este fuera, en verdad, el candidato a la presidencia que estaba formando Felipe Calderón y por ello, el hombre que despertó las pasiones y las envidias de los panistas y grupos que sostienen que, eso, no puede ser, porque el partido, es el que debe de imponer y proponer, no el presidente en turno, así que las famosas calumnias y difamaciones llegaron desde el “fuego amigo”, de los mismos panistas que filtraron mucha información a la oposición para que esta se encargara de darle, al presidente y a su delfín, una maltratada que en política, por supuesto, que duele.
Así que mejor, tomamos el tiempo para reflexionar y por ello, agradezco mucho a un buen amigo, hermano querido, que me recuerda el valor de la amistad, Rolando Álvarez, que me enviara, en éstas horas, una reflexión sobre las visiones de un abuelo. Más o menos se puede reproducir así.
El viejo abuelo estaba mirando fijamente sus manos y no de distraía para nada. Su nieto, un joven que le amaba mucho, se quedó a su lado y al ver que no volteaba le preguntó si se sentía bien. El viejo abuelo le agradeció la pregunta y su preocupación por él, pero de inmediato le preguntaba al nieto si él se había observado sus manos. El nieto veía sus manos de un lado y de otro y buscaba el significado de la pregunta. Al ver esto, el viejo abuelo le dijo:
“Puedes ver éstas manos viejas, casi transparentes por la edad, llenas de pecas y es así, cuando las veo, que doy gracias a Dios por esta maravilla que me acompaña hasta mis últimos momentos. Con mis manos arranqué las sonrisas de mis padres cuando sin poder hablar hacía gestos. Con mis manos acaricie y reconocí los rostros de mis padres y hermanos, de mis tíos y parientes, de los amigos de siempre. Con mis manos acaricie los pechos que me alimentaban y me sostenía pegado al cuerpo caliente y amoroso de mi madre o de mi padre, cuando cantaban para hacerme dormir. Con mis manos probé mis alimentos y dibujé las primeras letras o hacía los gestos para arrancar sonrisas y explicar lo que sucedía con grandes muestras de mis emociones. Con mis manos, me reconocí cada parte de mi cuerpo y por ellas aprendí a acariciar a la mujer que amé, tomar al primer hijo y a los demás hijos con gran pasión y amor, con mis manos sostuve a mi familia y a pude expresar la razón de mi ser. Con mis manos logré entender la postura para dar gracias y orar a Dios, por esta bendición y ahora, al final de mis días, también las veo con este agradecimiento… así que cada parte de nuestro ser, que es el gran templo de Dios y donde nos mostramos a su imagen y semejanza, debe ser respetado y debemos agradecerle por todo lo que nos han servido y por todo lo que nos han permitido ser, crecer y sostener en la vida”.
Y es verdad, hace algunas semanas, por un problema de salud, no podía caminar adecuadamente y no tenía fuerza y estaba torpe en el movimiento de mis manos. Claro que me aterroricé, me dio miedo, ahí entendí que el valor de cada parte de mi ser era inmenso y que por estar tan pegado a uno y ser tan constante en sus funciones, no lo valoramos, cuando son verdaderos tesoros que nos ha dado Dios y por ello, cuando he logrado recuperarme, valoro lo que se debe valorar. Ya no es el poder, la popularidad, la lucha sin sentido, las batallas interminables, los egos y las presunciones, no, el verdadero valor está en uno mismo y en toda la capacidad que podamos generar para dar amor sin mayor compromiso, por el simple hecho de amar la vida y a los seres queridos. Lo demás, es falsedad y no deja de tener el toque del egoísmo guardado por el gran Ego que nos mata a todos.
Los simples actos, los de la observación de manos, los del agradecimiento, los del valorar las cosas que tenemos olvidando lo que carecemos o no tenemos. Dando gracias por lo que somos y por los seres que están a nuestro lado, son los que dan el verdadero valor a la vida. La riqueza, el poder, la popularidad, son máscaras que no dicen lo que realmente somos, lo hemos visto ahora, ante los desplantes y las declaraciones de unidad y afectos que no son reales ni verdaderos de los políticos que se enfilan a estar cerca de los afectos del hombre del poder, como si el afecto y el cariño que este ha manifestado por el amigo muerto, por el compañero perdido, por la esperanza truncada, se pudiera suplir de un momento al otro, con esos desplantes y esas falsas emociones que ojala, el presidente, pueda entender y, no se suma en la desesperación y el llanto ante el dolor de ésta pérdida tan significativa como ha mostrado públicamente. Hay tiempo para la risa, para la reflexión, para el llanto pero, todo el tiempo, es para la vida, para rendirle culto a esa inmensa magia y esa enorme bendición de la creación, por ello, el duelo debe ser sencillo y en silencio, sin desplates que quieran ocultar el dolor, porque ese no es duelo, es sed de venganza y esto, no es bueno… por ello, juntemos las manos y oremos para pedir que se nos ilumine y podamos serenarnos con afecto y amor…ojala el presidente en vez de encabezar cruzadas en luchas contra molinos de viento, reflexioné y pueda ver el camino como debe ser, dejando el cerco que lo tiene engañado y limitado para crecer… necesitamos un líder y un estadista no un simple político enamorado del poder…

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