miércoles, 26 de noviembre de 2008

Cuando el destino nos alcance

No existen plazos que no se cumplan. Hace algunos años, por los setentas, asistía a una première de una película que me impactó mucho: “Cuando el destino nos alcance”. No recuerdo los actores, pero la historia era de una comunidad enclaustrada, porque una guerra atómica había dejado al mundo con un alto grado de contaminación. Las ciudades estaban enterradas y no veían el Sol ni el día ni la noche. Los alimentos consistían en una galletas verdes que se fabricaban de los restos de los humanos que morían o que conscientemente aceptaban la muerte, cuando llegaban a la vejez, después de que les pasaban películas de la naturaleza que se habían grabado tiempo atrás y se les daba, como último alimento, unos platillos de verduras , frutas y pescados.

El joven y el viejo que habían construido una gran amistad, no sabían de donde venían las galletas que diariamente les repartía el gobierno después de cumplir con sus labores y es, en este lapso, cuando en las dudas existenciales, el joven de la película, comienza a investigar cuando descubre a unos vehículos que cargaban los restos mortales de muchas gentes y partían con rumbo desconocido, es ahí donde se da cuenta de que pueden ya salir al exterior, pero los políticos y funcionarios de ese gobierno dictatorial, les impedían hacerlo porque vivían de los impuestos y riquezas generados por la enorme masa de gentes que trabajaban para ellos ante el miedo que les habían generado. El viejo, cansado de esa vida, decide aceptar morir con tal de probar, por última vez, alimentos naturales y ver esas películas que le recordaban los hermosos paisajes que tenemos en el mundo para el goce y disfrute de todos. Así lo hace y es llevado a esa fábrica de galletas verdes, con las cuales, alimentaban a los demás para continuarles explotando.

Hoy, esa película se vuelve realidad y una realidad que nos debe espantar y que nos debe hacer reflexionar, sobre lo que somos, lo que vivimos y lo que queremos. Veamos el por qué: “La empresa holandesa Irfak RECICLA LA GRASA HUMANA SOBRANTE DE LAS LIPOSUCCIONES PARA ELABORAR GALLETAS Y OTROS PRODUCTOS ALIMENTICIOS PARA ENVIAR A PAÍSES EN VÍAS DE DESARROLLO, SEGÚN RECONOCE LA PROPIA EMPRESA.”

“El programa de actualidad de la televisión holandesa “NETWERK” ofrecerá hoy un reportaje especial sobre la actividad de esa empresa”, según nos relata en un artículo al Agencia EFE de noticias y publicada en Yahoo Internet.

“En su página de Internet, la fundadora de Irfak, Mieke Smits, explica que su empresa “recicla grasa humana y la trasforma en alimentos que se exportan para países del Tercer Mundo” o a regiones con problemas de alimentación a causa de situaciones de guerra”.

“Smits explica que, por ejemplo, uno de sus productos cerrado herméticamente para poder ser distribuido incluso en las situaciones màs adversas, está compuesto de “un 50 por ciento grasa humana, otros 50 por ciento azúcar y una enorme cantidad de vitaminas añadidas””.

Así, continúa este aterrador relato, al señalar que se ha exhibido la bolsa de galletas de un supuesto donante que ganó una liposucción ya que, esa empresa, trabaja en colaboración, desde hace dos años, con la clínica de cirujanos cosméticos “Van Germen & Van Lersel”, que son las que realizan las liposucciones sorteadas. “La gente puede inscribirse a través de nuestra página de Internet y ganar una liposucción”, que se sortea una vez cada medio año, según la web de la empresa”.

Este sentido canibalésco que vemos y sobre todo la frialdad de los empresarios que ganan dinero a causa del enorme sufrimiento humano ocasionado por las guerras, las hambrunas y demás tragedias que los pueblos no generan, sino, los enormes intereses y la voracidad de los poderosos, es lo que nos ha llevado a este escenario donde se cumplen las profecías de los novelistas.

La actual crisis mundial que genera desempleo, miseria, hambre, es generada por esas razones y es curioso que, los poderosos, que son los que normalmente controlan los medios de comunicación y los manipulan, sean los que señalen que los estragos del calentamiento global son causados por el uso “irresponsable” de los ciudadanos, al no controlar el manejo y atender las buenas condiciones de los vehículos, así, con cosas como esas, es que ellos, los poderosos, los que se han beneficiado de todo eso que nos causan los males, lanzan las culpas a los que no las tienen, hoy, después de que ellos fueron los que alentaron el consumo de los alimentos chatarra y los dulces, alimentos que no alimentaban pero que si engordaban, son los que reciclan el uso de las grasas humanas para dar de comer a los pobres y hambrientos de los países, no en desarrollo como escriben, sino jodidos y explotados, en muchos de los continentes.
Tal parece que los comerciantes, los industriales y los financieros, con tal de ganar más dinero, nos manipulan de tal forma que ahora, también, no solo somos consumidores compulsivos sino que somos “marranitos en engorda” para que, engordados, nos realicen las liposucciones y con esa grasa procesen alimentos y “galletitas” que mandan para que los jodidos, los hambrientos, los que sufren de los estragos de la guerra o por falta de alimentos ante las condiciones climáticas, se alimenten y no solo hacen esto, también cobran a sus ciudadanos para brindar “esas ayudas humanitarias” para alimentar a los hambrientos y miserables del tercer mundo o de los continentes súper miserables que viven en condiciones de pobreza extrema.

Al igual que en los países inmensamente ricos, en los nuestros, los poderosos y los políticos, se esfuerzan por hacerse de más dinero gracias al esfuerzo de todos y robándonos a todos, así, en México, un país dónde el 50 por ciento de la población vive en condiciones de pobreza y millones de miserables y marginados no reciben ayuda alguna, tenemos, gracias a los grandes negocios que le han proporcionado los gobernantes y al uso obligatorio de teléfonos celulares para poder estar comunicados, al hombre más rico del mundo: Carlos Slim, que ahora, no conforme con esa enorme riqueza que ha logrado gracias a la política y a la especulación, se lanza por el mundo, en medio de la crisis, donde se venden las acciones o las empresas a precios de remate, a comprar más de todas para que, en los momentos de recuperación, donde el esfuerzo de todos es el que saca de la crisis a los países, pueda alcanzar grandes utilidades. Así también lo vemos con “mecenas” que nos hacen la “caridad” de adquirir casas y terrenos baratos en poblaciones como Oaxaca, que vive una profunda crisis política, social y económica, para que, en ese momento, puedan comprar a precios de remate y, los gobiernos, realicen obras de relumbrón y espectaculares que en nada benefician a los ciudadanos, para que este señor, el ricachón del pueblo, ligado en negocios con los políticos, puedan alcanzar grandes utilidades ante la especulación que realizan y gracias a los conflictos sociales que, los políticos, le han hecho el favor de generar para que a todos los ciudadanos nos lleve el tren y tengamos que rematar las propiedades, en tiempos de crisis. Así es la sociedad que vivimos y no son pocos los que aplauden y se tiran a besarle los pies, solo, porque les regala algunos pesos y unas pelotitas para “taparle el ojo al macho” y seguir ganando, a costillas de la miseria de las mayorías… pero no entendemos, así que a tragar galletitas de grasa humana para calmar la pinche hambre… no es cuando el destino nos alcance, ya nos alcanzó.

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