miércoles, 25 de abril de 2012

Tamaño pistolón


Lo que es la hipocresía, dice, Vicente Fox, que no tiene “pelos en la lengua” que: “… hasta dos presidentes de EU consumieron drogas en algún momento y se lamentó de que hay mucho hipocresía en la regulación de sustancias ilícitas”
         “Hasta dos presidentes, presidente Clinton y el presidente Obama se echaron algún día su “carrujo” y no fueron a la cárcel, hay mucha tolerancia, hipocresía, sostuvo Fox en una entrevista radiofónica con Pedro Ferriz de Con para el grupo Imagen”… y bueno, tal vez, no tuvo tiempo o no quiso confrontarse diciendo nombres de muchos otros políticos, periodistas y hombres de empresa o banqueros que también, en sus años mozos, le dieron “vuelo a la hilacha” y se fumaron uno o dos toques o fueron a visitar a María Sabina para “probar, y que no les contaran” sobre los hongos alucinógenos o le dieron a la coca para bajarse el pedo y, en esto, se habla en los anecdotarios de que hasta algunos presidentes le daban dura a la coca para no dormirse con los discursos de otros políticos… ya saben como son de aburridos…
         Y para que no queden dudas, Vicente Fox, señala algo que no queremos ver o no quieren ver los actuales políticos en el poder que prefieren matar “delincuentes” en este país que cazar elefantes como lo hace el Rey de España, claro que, no con rifles, sino con los alucines de los hongos o de la motita…y, por esa razón señala: “insistió en que México es un lugar de “paso” entre los que “producen las drogas en el Sur y los que la consumen en el Norte” y sobre este punto resaltó que, “México, paga los muertos, mientras ellos consumen muy tranquilos”
         Y la verdad es que los políticos perdieron el toque folclórico que les distinguía, antes, los políticos se destacaban por cargar pistolas, tomar coñac o tequila a pico de botella, portar sobrero texano de varias estrellas y cargar pistolas y presumir la “charola”, en fin, se veían desde lejos y se les respetaba por bravos y bravucones. Cuentan que, con este “poder” ,llegaban muchos a la Cámara de Diputados armados con tamaño pistolón y no como ahora que traen “ayudantes” para que les carguen el portafolio, les pasen las llamadas de los celulares, les pasen el Aipad con las notas del momento y, en vez de pistolas, cargan celulares, no portan sombreros sino que se engominan los cabellos o portan diademas y, en vez de “charolas”, muchos ,son los que traen polveras, por aquello de las entrevistas de banqueta y para la televisión…
         Así que se cuenta en el anecdotario político que durante “la sesión ordinaria de la legislatura XLVIII al Congreso de la Unión (1970-1973) siendo presidente Luís Echeverría Álvarez, se encontraba el joven Diego Fernández de Cevallos (el Jefe Diego), echando de su ronco pecho y al verlo el diputado líder de los cañeros mexicanos, José María “Chema” Martínez, al protagonista se le hizo fácil enviarle una expresiva mentada de madre con la tradicional señal del brazo”.
         “¿A mi?, le pregunta “Chema” Martínez al joven Digo con otra seña tradicional. ¿A mí?, volvió a insistir sumamente molesto el señor diputado y al encontrar respuesta afirmativa, el diputado se levantó de su curul y fue directo al lugar del protagonista. Y al grito de: “¡A mi ningún pendejo me mienta la madre” , desenfundó TAMAÑO PISTOLÓN, por lo que el diputado priista por el estado de Morelos, Marcos Manuel Suárez Ruíz, entró a meter la paz y detuvo a su compañero al tiempo que otros diputado del PAN llegaron para calmar los ánimos, las acciones agresivas, entre ellos Alejandro Landereche Obregón, Hiram Escudero y un diputado de apellido Peniche del Estado de Yucatán”.
         “Una vez controlado el conflicto, el diputado “Chema” Martínez regresó a su lugar y con el apoyo de sus compañeros de partido empezó  “a hacer caminar la pistola” de mano en mano para desaparecerla del recinto parlamentario, lo que desde luego se logró sin problema alguno en tanto en la tribuna se armaba una arenga de “padre y señor mío” en la que participaban los diputados de uno y de otro bando”.
         “Rafael Rodríguez Barrera, legislador por el Estado de Campeche y Rodolfo Sánchez Cruz, diputado por el Estado de Puebla, testigos de los hechos como muchos de los que se encontraban en el recinto, hicieron uso de la tribuna para decir en sus participaciones, entre otras cosas: “¿Cuál pistola?”.
         Se les olvidó que en la Cámara, siempre, hay fotógrafos y periodistas y que el fotógrafo de la Prensa captó el momento de la trifulca y la publicaron en la edición matutina, con una fotografía a primera plana diciendo que, los diputados “Octavio Sentiés Gómez, Rodolfo Sánchez Cruz y Rafael Rodríguez Barrera, padecían de alguna enfermedad de la vista porque subieron a la tribuna para negar que hubiera “aparecido” una pistola en el recito parlamentario de Donceles y Allende, convertida hoy en la Asamblea Legislativa del Distrito Federal”.
Y SI LOS DIPUTADOS DE ANTES PODÍAN “DESAPARECER UNA SIMPLE PISTOLA O PISTOLÓN de acuerdo a cómo lo vieran los demás, hoy, nos asombramos, porque desaparecen fortunas y recursos, desaparecen hasta ellos, porque, normalmente, no asisten a las seciones de Congreso y eso sí, cuando que no desaparecen es en los cobros de las dietas, sueldos, productos, aprovechamientos y demás, así como en los negocios, las transas, las comidas y las corruptelas, porque ahí, como por arte de magia, aparecen todos los diputados, porque, “gavilán que suelta, no es gavilán” y, de aquellos tiempos de bravucones, no queda ya nada, ahora, se mientan la madre por medio de mensajes de celular o de Twitter, se dicen de cosas por teléfono, pero no se afrentan ni se enfrentan, son de los mismos y, como dicen los “informantes del Tío Lolo,” pues no pasan de arañarse y, eso, por celos o por negocios, no por convicciones o por ideas, por diferencias políticas aún en la forma en que el Jefe Diego enfrentaba a los que le caían mal, a pesar de que, con tamaño pistolón, pues se tuvo que quedar callado en ese momento…
         Hoy, ya no preguntan de qué marca es el tequila que toman o de que calibre es la pistola, hablan de modas para los guaruras y, muchos, superan el nivel del guarura por el de “CHOGUMA”, que es el que le hace las funciones de chofer, guarura y mayate… así están los tiempos de cambiados en la actualidad. Pero ni modo, tal vez, se extrañan los viejos tiempos y, no aceptamos ni las diademas, ni las polveras…Por eso, en vez de pelear, hoy, se ponen a transar, recibiendo sobornos de Wal-Mart o de Repsol. Total no hay tanta gente que cargue pistolón… lleve sobrero y “charola”, como antes.

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