viernes, 6 de abril de 2012

Los tres filtros

EN MI PUEBLO DICEN QUE NO HAY QUINTO MALO, NI SIETE PEOR… los dos, son de buena suerte y, es verdad…

Cada día recibo como una bendición las reflexiones que me hacen llegar de Renuevo de Plenitud, sin duda, esto, me permite reflexionar sobre muchas cosas de la vida y aquí les reproduzco la del día de ayer:

“Cuando obtienes lo que deseas en tu lucha por se alguien, y el mundo te convierte en Rey por un día, sólo acércate a un espejo a mirarte, y fíjate en lo que esa imagen te dice.

Porque no es el juicio que de ti hagan tu padre, tu madre o tu esposa lo que debe resaltar.

Lo que más importa en la vida es el veredicto del que está al otro lado del espejo.

Algunos pueden pensar que eres un compadre en quien se puede confiar, y llegar a decirte que eres maravilloso, pero el que está en el espejo dirá que solo eres un fanfarrón si no puedes mirarlo directamente a los ojos.

A él debes agradar, no tengas en cuenta al resto, porque él es claro contigo hasta el final, y habrás aprobado tu evaluación más difícil y peligrosa si el que está en el espejo es tu amigo.

Podrás engañar durante años a todo el mundo en tu paso por la vida y obtener palmadas en la espalda en señal de aprobación, mas la recompensa final será angustia del alma y lágrimas si has engañado al hombre del espejo”

“EL QUE DOMINA A OTROS ES FUERTE, EL QUE SE DOMINA A SÍ MISMO ES PODEROSO”.

Y, me pregunto si los políticos, los policías, los banqueros, los empresarios, los especuladores financieros, se pueden ver o se ven en el espejo de vez en cuando, la realidad es que, tal parece, que todos nos quieren presentar la imagen de otro que, en realidad, no son ellos.

Hace algunos días hemos tenido la oportunidad de ver a los candidatos de los distintos partidos en acción, todos, pretenden salir en las fotos con grandes sonrisas, alardeando de su “buena salud” a pesar de sus desmayos y malestares, todos, quisieran parecer súper poderosos, inteligentes, atentos, amables, sonrientes, alegres, exitosos, nadie, busca, humildemente, dejar ver su verdadero yo y sus emociones, lo que siente, lo que son sus sueños, sus virtudes y sus debilidades; al contrario, quieren salir como les recomiendan sus “asesores de imagen” y decir lo que señalan sus publicistas, por esa razón los vemos tan distantes, opacos, mediocres, mentirosos, desangelados, con poco carisma, sin aliento, agachones y cobardes en la gran mayoría de los casos. Están distantes hasta en su cercanía al saludar y solamente se dejan ver con sonrisas hipócritas y saludos lejanos… no tienen cercanía con el pueblo al que se supone servirán y, no se servirán de él, como lo han venido haciendo desde hace muchos años.

Rodeados de achichincles y cortesanos no ven la realidad o simplemente no la quieren ver, se escudan en supuestas acciones “populares” que hicieron en puestos anteriores, cuando ellos saben que, esas acciones y obras, las realizaron gracias a los recursos que todos los mexicanos aportamos para que se manejaran en los presupuestos y, no son parte de su visión el manejo de las obras y acciones porque es una iniciativa de ellos, simplemente, respondieron a una necesidad de las gentes y, no dudamos que en las mismas obras que “realizaron” ,se llevaron tajadas del presupuesto a sus bolsillos y a los de sus compinches en el poder, esta es la realidad y que no nos vengan a dar “atole con el dedo”, porque estamos bastante grandecitos y desapendejados…

Muchos deberían seguir las enseñanzas de Sócrates, quién naciera en Atenas en el año 470 antes de Cristo y que llamó siempre la atención por su lucidez, su pensamiento claro y la precisión de sus razonamientos.

Aquí, les reproducimos el triple filtro que establecía Sócrates a sus amigos, cuando le querían contar algo sobre alguien:

“Un día, un conocido de Sócrates, le dijo a éste: “—Sabes lo que escuché acerca de tu amigo?”.

Este es el diálogo que surgió: “—Espera un minuto, replicó Sócrates. Antes de decirme nada, quisiera que pasaras un pequeño examen. Yo lo llamo el examen del triple filtro”

“—¿Triple filtro?, preguntó el otro.

“—Correcto, continuó Sócrates. Antes de que me hables sobre mi amigo, puede ser una buena idea filtrar tres veces lo que vas a decir. Es por eso que lo llamo “examen del Triple filtro”. El primer filtro es la VERDAD. ¿Estás absolutamente seguro de qué lo que vas a decirme es cierto?

“—No, dijo el hombre, realmente sólo escuche sobre eso y…”

“—Bien, dijo Sócrates, entonces realmente no sabes si es cierto o no. Ahora permíteme explicar el segundo filtro, el filtro de la BONDAD. ¿Es algo bueno lo que vas a decirme de mi amigo?”

“—No, por lo contrario…”

“Entonces, deseas decirme algo malo de él, pero no estás seguro de que sea cierto. Pero aún podría querer escucharlo porque queda un filtro, el filtro de la UTLIDAD. ¿Me serviría lo que vas a decirme de mi amigo?”

“—No, la verdad que no”

“—Bien, concluyó Sócrates. Si lo que deseas decirme no es cierto, ni bueno e incluso no me es útil. ¿Para qué querría yo saberlo?”…

Y bueno, tal vez, los políticos y funcionarios, o cualquiera de nosotros, deberíamos establecer los famosos tres filtros, antes de hablar o antes de escuchar lo que nos vienen a decir o vamos a decir a los otros, sobre los demás; es bueno el ponernos a prueba y ver los cambios logrados en la vida y en las relaciones que debemos a los que nos rodean, sean parientes o amigos, seres queridos o no. Ojala, lo reflexionemos, en éstos días de reflexión…

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