viernes, 25 de abril de 2014

Doce puertas (segunda parte)

EN SU LIBRO: “LAS DOCE PUERTAS”, Dan Millman, nos brinda las reflexiones para que todos podamos obtener la nueva definición del éxito y del equilibrio por las cuales podremos obtener autonomía y autocontrol para conseguir la iluminación en el camino a la felicidad. El día de ayer transcribimos seis, hoy, las otras seis.
         Al leer el libro, nos dicen, que se obtiene un paso a paso para ir abordando cada una de las puertas que nos deben conducir con serenidad y confianza a una mejor vida y a una mayor abundancia en las cosas materiales y espirituales. Lo importante es que no lleguemos a sabotearnos a nosotros mismos en las relaciones, en las prácticas espirituales, en las cuestiones financieras y en nuestra salud física. La inmensa mayoría de las veces nos saboteamos en la vida porque, en algún nivel, consciente o inconsciente, no nos sentimos merecedores de lo que tenemos o de lo que podremos alcanzar. Por esa razón, hay muchas gentes que de pronto triunfan, pero no saben qué hacer con ese triunfo y cambio de vida, y vuelven a caer en la mediocridad y en la desesperación. Si queremos un verdadero crecimiento personal o espiritual o en el propio desarrollo humano, no debemos variar las tendencias que nos lleven al triunfo y la razón, a la autoestima y la serenidad y valorar de  que  lo tenemos, porque lo merecemos. Si torcemos el camino por las emociones y los miedos estamos perdidos. Las emociones no pueden gobernar nuestro comportamiento en la vida, deben ser parte de la vida, pero no la guía de la vida. No tenemos que estar complaciendo a los demás y negarnos a nosotros mismos, tenemos que ser nosotros mismos y actuar pensando en lo que queremos, tenemos o alcanzaremos. No podemos negar o evitar las soluciones a los problemas, debemos dejar el egocentrismo, la actitud egoísta y defensiva y olvidar el resentimiento y los agravios. Buscar en la oración y la meditación la energía espiritual y la atención para ver la realidad y lo que debemos hacer con toda conciencia. Saber lo que debemos hacer y hacerlo…
7.-ACEPTAR NUESTRAS EMOCIONES: Aceptar completamente nuestras emociones, sin apegarnos a ellas. No somos nuestras emociones si nuestros pensamientos. Hay que reconocerlos, hacer las paces con ellos y soltarlos completamente para no identificarse con ellos.
8.- ENFRENTAR NUESTROS MIEDOS: “El valor no está en la ausencia de miedo, sino en su conquista”. El coraje diario no es un sentimiento sino una acción. Usted puede dirigir su atención hacia lo positivo y tratar de fijar su mente, dirigiéndola, y así al afirmar su poder, sin emociones. Visualizando los resultados positivos conseguirá superar sus miedos.
9.- ILUMINAR NUESTRA SOMBRA: debemos ser capaces de bajar a las profundidades de nuestra sombra y ser capaces de iluminarla. Esto libera una gran cantidad de energía, que de otro modo perderíamos en tonterías y que ahora recuperamos para ser más eficaces. El conocimiento de sí mismo genera la autenticidad, alegría y compasión.
10.- ABRAZAR NUESTRA SEXUALIDAD: La negación de las energías de la vida como la energía sexual no es una práctica recomendable. Debemos observarnos, aceptarnos y con prudencia respetar al otro. Hacer el amor puede ser una práctica espiritual y una celebración de la vida.
11.-   DESPERTAR NUESTRO CORAZÓN: En esta puerta se nos despierta un nuevo estado en nuestro corazón. Fluye y rebosa amor, amor que perdura, que une y no separa, que no son sólo palabras o sentimientos, que no seduce o controla, que sólo es y por ser ilumina. El amor nos abre las puertas a la iluminación diaria.
 12.- SERVIR A NUESTROS SEMEJANTES: El servicio es a la vez un medio y un fin. Al dar a los demás, viene a nosotros la abundancia y la paz interior. La última puerta da sentido a la vida.
         Recordemos que son puertas y no simples consejos. Seguirlos es una formación y un compromiso con uno y con los que amamos; dar no para recibir sino por un acto de amor, de dar para ser, y poder lograr construir un mundo mejor, más humano, amoroso, solidario, tranquilo, afectuoso, sensible, cariñoso, alegre, fácil, donde todos podamos sentirnos unidos en este universo, donde solamente somos una parte insignificante, pero muy valiosa; somos parte de la vida y vamos por la vida, seguir andando con confianza y dando sin pensar en recibir, sino, como un simple acto de amor a los demás.

No hay comentarios: