lunes, 10 de septiembre de 2012

Un libro de guerra

“… Y DURANTE SEIS AÑOS, LA GUERRA DE CALDERÓN HA ARROJADO EL SIGUIENTE SALDO ROJO: UNA MUERTE VIOLENTA POR HORA”
         “SEGÚN SEÑALA MAURICIO FERNÁNDEZ GARZA, ES MUY POSIBLE QUE EL NÚMERO DE MUERTOS EN EL SEXENIO AUMENTE A MEDIDA QUE SE DESCUBRAN MÁS NARCOFOSAS Y SE CONFIRME EL DECESO DE DESAPARECIDOS. TODO PARECE INDICAR QUE EL LEGADO DEL PRESIDENTE DE LA SANGRE REBASARÁ LOS CIEN MIL MUERTOS”
         Diego Enrique Osorno: La guerra de los Zetas. Viaje por la frontera de la necropolítica” Ed. Grijalbo.
         No hay duda de que cuando leemos a los escritores que en verdad andan en el fuego, en la realidad, los que quieren y aman a su profesión como es el caso de Diego Enrique Osorno, nos tenemos que conmover. Tal vez los datos crudos de una realidad trágica que comenzó como comedia al inicio del sexenio nos hace insensibles. Nadie quiere ver la cantidad de sangre y dolor, de angustia, de terror, de ineficiencia, de complicidades, de corruptelas, de intereses que se operan en esta tragedia que diariamente sufrimos los mexicanos en cualquier  parte del país. Tal vez los datos del diario acontecer que menciona el número de muertos, secuestrados, desaparecidos, desplazados, asesinados, robados, violados, de tan comunes y numerosos nos hacen insensibles al todo el dolor que encierran esas tragedias diarias y es por ello que cuando vemos esa recopilación realizada con visión y valentía por Diego Enrique Osorno, tenemos que aceptar que las cosas en este país están manchadas por la sangre de miles y miles de inocentes, por el dolor y el grito de la inseguridad y de la inseguridad social que les es negada a millones de mexicanos que viven en las zonas de conflicto y en las zonas marginadas donde el desempleo, la miseria, la tragedia, la inseguridad pública y social no existen, donde la vida no vale nada como diría la canción, más que unas cuántas balas, una cuchillada, un golpe o una violación… total, los pobres se pelean contra los pobres y los ricos son vigilados y protegidos por los cuerpos de seguridad que todos pagamos… una vez más: la deuda es pública y los negocios son privados.
         No se pude negar que la violencia tienen un sentido comercial, económico, donde el tráfico de drogas se combina con otras muchas actividades, tal como lo va desmenuzando y denunciado Diego Enrique Osorno a lo largo de este libro sobre la “Guerra de los Zetas”. No se habla solamente de la zona fronteriza del norte, es la realidad en todo el país, son los mismos actores con diferentes siglas y, finalmente ,es la misma corrupción la que ampara la impunidad y propicia la violencia en todos esos sitios donde la pobreza no solamente existe sino que es la que manda, la que ordena el desamparo y la muerte…
         Explica Osorno: “Lo que sí empezó a notarse con algo más de claridad por esos días fue que el escrutinio minucioso del ejercicio cotidiano del gobierno pasó, ante la “guerra”, a un segundo plano en los medios de comunicación. Si usted es mexicano, ¿recuerda algún caso de corrupción gubernamental documentado a fondo en algún diario mediante una investigación periodística propia en los años recientes? Hay unos cuantos, pero sobran dedos de una mano para enumerarlos.”
         “De contar hasta la cantidad y el precio de las toallas compradas en la residencia presidencial de Los Pinos, se pasó a cuantificar el número de cadáveres que entraban diariamente a la morgue más cercana a tu redacción”. Efectivamente la mejor forma de distraer la atención sobre las complicidades, ineficiencias y corruptelas de un gobierno y de sus funcionarios es crear elementos claves en la distracción y eso y para eso es que se genera la “guerra”, para imponer y “legalizar” a un gobierno y ocultar los males y daños del sistema en contra de los ciudadanos… ¿acaso oculta, como sostienen algunos investigadores, el objetivo de lograr un “limpieza social” utilizando el pretexto de la guerra contra el crimen organizado para imponer política de represión que liquiden a muchos posibles dirigentes de la protesta social que no se puede detener ante las condiciones de marginación, de pobreza y de explotación?….”sacarte de la monotonía del miedo para provocarte terror”..
         En este libro de Osorno se descubre que las colonias marginadas dejan de ser un problema social para convertirse en un problema de seguridad. Son miles las colonias marginadas donde aumentan cada día los grupos y las pandillas que ante el no poder hacer nada ni tener que hacer nada, mejor se enrolan en las filas de la delincuencia y dan rienda suelta a su frustración, su enojo, su resentimiento social, su ira, su maldición contenida. Aquí, al entrar en la guerra y en ser parte de ella portando un arma o siendo unido a un grupo o estando al amparo de un jefe que al parecer todo lo logra y lo puede, porque controla a la policía y tiene dinero y poder, se sienten que son algo o son alguien y mejor morir así jóvenes que vivir muchos años en la pobreza, en la desesperación, en la miseria, como han visto vivir a sus padres y a los padres de sus padres, a sus hermanos, a sus amigos, mientras, en otros lugares ven la abundancia lograda, también, por medio de actos criminales que no tienen control ni son perseguidos como el enriquecimiento que tienen los políticos y funcionarios, los policías, los banqueros, los empresarios, cuando les niega la seguridad al trabajo, a la atención médica, a la educación, a la alimentación, a una vivienda digna, la seguridad pues, hasta pública, que no dan en ninguna zona donde operan las fuerzas del poder económico y político en el país. Al ver esa impunidad, no les extraña la impunidad de la fuerza y del crimen, por eso, mejor morir joven siendo alguien que quedar en la miseria y en el olvido por años, como lo están sus padres y los padres de sus padres…
         Diego Enrique Osorno, no solamente mantiene la atención y la conciencia de cada hecho y acto por medio de su libro, además de extraordinario escritor es un hombre de valor y de postura que le permite atender cada uno de los momentos importantes y plasmarlos para que todos tomemos conciencia de lo que sucede en este país, donde los políticos y funcionarios dicen que no sucede nada… que no pasa nada, cuando todo pasa con una violencia que llega al horror y se queda en el terror… sin duda, al igual que otros escritores y periodistas, Diego, no es una gente que gozará del apoyo y de la protección de los poderosos, total, los desnuda y los encuera en su verdadera dimensión y esto no les gusta a ningún funcionario, político, policía, empresario, banquero cuando ellos gozan de la vida y del poder y cuentan con la seguridad, de la seguridad que pagamos todos. Lo mismo: las deudas son públicas y los negocios privados… véanos en Canal 95 de cable, los días lunes y viernes. socrates_campos8@yahoo.com.mx

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