“… Y DURANTE SEIS AÑOS, LA GUERRA DE CALDERÓN HA ARROJADO EL SIGUIENTE SALDO ROJO: UNA MUERTE VIOLENTA POR HORA”
“SEGÚN
SEÑALA MAURICIO FERNÁNDEZ GARZA, ES MUY POSIBLE QUE EL NÚMERO DE
MUERTOS EN EL SEXENIO AUMENTE A MEDIDA QUE SE DESCUBRAN MÁS NARCOFOSAS Y
SE CONFIRME EL DECESO DE DESAPARECIDOS. TODO PARECE INDICAR QUE EL
LEGADO DEL PRESIDENTE DE LA SANGRE REBASARÁ LOS CIEN MIL MUERTOS”
Diego Enrique Osorno: La guerra de los Zetas. Viaje por la frontera de la necropolítica” Ed. Grijalbo.
No
hay duda de que cuando leemos a los escritores que en verdad andan en
el fuego, en la realidad, los que quieren y aman a su profesión como es
el caso de Diego Enrique Osorno, nos tenemos que conmover. Tal vez los
datos crudos de una realidad trágica que comenzó como comedia al inicio
del sexenio nos hace insensibles. Nadie quiere ver la cantidad de sangre
y dolor, de angustia, de terror, de ineficiencia, de complicidades, de
corruptelas, de intereses que se operan en esta tragedia que diariamente
sufrimos los mexicanos en cualquier parte del
país. Tal vez los datos del diario acontecer que menciona el número de
muertos, secuestrados, desaparecidos, desplazados, asesinados, robados,
violados, de tan comunes y numerosos nos hacen insensibles al todo el
dolor que encierran esas tragedias diarias y es por ello que cuando
vemos esa recopilación realizada con visión y valentía por Diego Enrique
Osorno, tenemos que aceptar que las cosas en este país están manchadas
por la sangre de miles y miles de inocentes, por el dolor y el grito de
la inseguridad y de la inseguridad social que les es negada a millones
de mexicanos que viven en las zonas de conflicto y en las zonas
marginadas donde el desempleo, la miseria, la tragedia, la inseguridad
pública y social no existen, donde la vida no vale nada como diría la
canción, más que unas cuántas balas, una cuchillada, un golpe o una
violación… total, los pobres se pelean contra los pobres y los ricos son
vigilados y protegidos por los cuerpos de seguridad que todos pagamos…
una vez más: la deuda es pública y los negocios son privados.
No
se pude negar que la violencia tienen un sentido comercial, económico,
donde el tráfico de drogas se combina con otras muchas actividades, tal
como lo va desmenuzando y denunciado Diego Enrique Osorno a lo largo de
este libro sobre la “Guerra de los Zetas”. No se habla solamente de la
zona fronteriza del norte, es la realidad en todo el país, son los
mismos actores con diferentes siglas y, finalmente ,es la misma
corrupción la que ampara la impunidad y propicia la violencia en todos
esos sitios donde la pobreza no solamente existe sino que es la que
manda, la que ordena el desamparo y la muerte…
Explica
Osorno: “Lo que sí empezó a notarse con algo más de claridad por esos
días fue que el escrutinio minucioso del ejercicio cotidiano del
gobierno pasó, ante la “guerra”, a un segundo plano en los medios de
comunicación. Si usted es mexicano, ¿recuerda algún caso de corrupción
gubernamental documentado a fondo en algún diario mediante una
investigación periodística propia en los años recientes? Hay unos
cuantos, pero sobran dedos de una mano para enumerarlos.”
“De
contar hasta la cantidad y el precio de las toallas compradas en la
residencia presidencial de Los Pinos, se pasó a cuantificar el número de
cadáveres que entraban diariamente a la morgue más cercana a tu
redacción”. Efectivamente la mejor forma de distraer la atención sobre
las complicidades, ineficiencias y corruptelas de un gobierno y de sus
funcionarios es crear elementos claves en la distracción y eso y para
eso es que se genera la “guerra”, para imponer y “legalizar” a un
gobierno y ocultar los males y daños del sistema en contra de los
ciudadanos… ¿acaso oculta, como sostienen algunos investigadores, el
objetivo de lograr un “limpieza social” utilizando el pretexto de la
guerra contra el crimen
organizado para imponer política de represión que liquiden a muchos
posibles dirigentes de la protesta social que no se puede detener ante
las condiciones de marginación, de pobreza y de explotación?….”sacarte
de la monotonía del miedo para provocarte terror”..
En
este libro de Osorno se descubre que las colonias marginadas dejan de
ser un problema social para convertirse en un problema de seguridad. Son
miles las colonias marginadas donde aumentan cada día los grupos y las
pandillas que ante el no poder hacer nada ni tener que hacer nada, mejor
se enrolan en las filas de la delincuencia y dan rienda suelta a su
frustración, su enojo, su resentimiento social, su ira, su maldición
contenida. Aquí, al entrar en la guerra y en ser parte de ella portando
un arma o siendo unido a un grupo o estando al amparo de un jefe que al
parecer todo lo logra y lo puede, porque controla a la policía y tiene
dinero y poder, se sienten que son algo o son alguien y mejor morir así
jóvenes que vivir muchos años en la pobreza, en la desesperación, en la
miseria, como han visto vivir a sus padres y a los padres de sus
padres, a sus hermanos, a sus amigos, mientras, en otros lugares ven la
abundancia lograda, también, por medio de actos criminales que no tienen
control ni son perseguidos como el enriquecimiento que tienen los
políticos y funcionarios, los policías, los banqueros, los empresarios,
cuando les niega la seguridad al trabajo, a la atención médica, a la
educación, a la alimentación, a una vivienda digna, la seguridad pues,
hasta pública, que no dan en ninguna zona donde operan las fuerzas del
poder económico y político en el país. Al ver esa impunidad, no les
extraña la impunidad de la fuerza y del crimen, por eso, mejor morir
joven siendo alguien que quedar en la miseria y en el olvido por años,
como lo están sus padres y los padres de sus padres…
Diego
Enrique Osorno, no solamente mantiene la atención y la conciencia de
cada hecho y acto por medio de su libro, además de extraordinario
escritor es un hombre de valor y de postura que le permite atender cada
uno de los momentos importantes y plasmarlos para que todos tomemos
conciencia de lo que sucede en este país, donde los políticos y
funcionarios dicen que no sucede nada… que no pasa nada, cuando todo
pasa con una violencia que llega al horror y se queda en el terror… sin
duda, al igual que otros escritores y periodistas, Diego, no es una
gente que gozará del apoyo y de la protección de los poderosos, total,
los desnuda y los encuera en su verdadera dimensión y esto no les gusta a
ningún funcionario, político,
policía, empresario, banquero cuando ellos gozan de la vida y del poder
y cuentan con la seguridad, de la seguridad que pagamos todos. Lo
mismo: las deudas son públicas y los negocios privados… véanos en Canal
95 de cable, los días lunes y viernes. socrates_campos8@yahoo.com.mx
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