Cada generación se va haciendo con sus viejos, con sus
compañeros de escuela, con los amigos, con los conocidos, con los maestros, en
el caso de mi generación siempre se ha mantenido alguna relación cercana con
algunos de ellos y, por esa razón, cuando uno muere, los sentimientos se agolpan
y nos vemos en el espejo con la muerte cercana por el tiempo. La nuestra anda
entre los sesenta y ocho años y los recuerdos se desatan. El día
domingo mi amigo César Martínez Salazar, me informaba desde San Cristóbal, en
Chiapas, que :“el compadre Ernesto Garibay murió”.
Efectivamente el
“compadre” Ernesto Garibay era para nosotros todo un referente de alegría, de
buen humor, bueno para la pachanga, para el estudio, para los negocios, para las
muchachas, enamorado y bailador, era todo un personaje que nos unía con el
afecto de los amigos de siempre, buen tomador y bueno para la cantada, tal vez,
al igual que yo, desafinado y sin voz, pero con “mucho sentimiento”. Es una gran
perdida y los extrañaremos como extrañamos a los que emprenden un largo viaje y
no volvemos a saber de ellos más que por los recuerdos.
Por ello, al estar
escribiendo, recuerdo la Plegaria Indígena que dice:
“No te acerques a
mi tumba sollozando.
No estoy allí. No
duermo ahí.
Soy como mil
vientos soplando.
Soy como un
diamante en la nieve, brillando.
Soy la luz del sol
sobre el grano dorado.
Soy la lluvia
gentil del otoño esperado, cuando despiertas en la tranquila
mañana.
Soy la bandada de
pájaros que trina.
Soy también las
estrellas que titilan, mientras cae la noche en tu ventana.
Por eso, no te
acerques a mi tumba sollozando.
No estoy allí, yo
no morí”
Y así se han ido
muchos de los amigos, algunos se van antes y otros iremos después, como en el
grupo, cuando entrábamos a la escuela, como seguimos en la vida, no hay plazo
que no llegue y menos el que nos hacer terminar el ciclo de la vida. ¡Descansa
en paz compadre Ernesto Garibay!, finalmente, todos te recordamos con tu humor y
la alegría, con tus pachangas, con tus tragos, cantadas y bailes… se terminó un
ciclo y nosotros quedamos para dar testimonio de tu recuerdo.
Regina Bretrt,
escribía a los noventa años en el diario “The Plain Dealer, en Cleveland, Ohio,
una columna que dentro otras muchas recomendaciones decía: “1.- La vida no es
justa, pero aún así es buena. 2.- Cuando tengas duda, sólo avanza un paso
pequeño. 3.- La vida es demasiada corta para perder el tiempo odiando a alguien.
4.- Tu trabajo no te cuidará cuando estés enfermo, tus amigos y familia sí.
Mantente en contacto. 5.- Liquida tus tarjetas de crédito cada mes. 6.- No
tienes que ganar cada discusión. Debes estar de acuerdo en no estar de acuerdo.
7.- Llora con alguien, alivia más que llorar solo.- 8.- Está bien si te enojas
con Dios. Él lo puede soportar. 9.- Ahorra para el retiro comenzando con tu
primer cheque de nómina. 10.- Cuando se trata de chocolate, la resistencia es
inútil. 11.- Haz las paces con tu pasado para que no arruine el presente. 12.-
Está bien permitir que tus hijos te vean llorar. 13.- No compares tu vida con
otros. No tienes ni idea de lo que se trata tu travesía. 14.- Si una relación
tiene que ser secreta, no debes estar en ella. 15.- Todo puede cambiar en un
parpadear de ojos. Pero no te preocupes, Dios nunca parpadea. 16.- Respira
profundamente. Esto calma la mente. 17.- Elimina lo que no sea útil, hermoso,
gozoso. 18.- Si algo no te mata, en realidad te hace más fuerte. 19.- Nunca es
demasiado tarde para tener una niñez feliz. Pero la segunda depende de ti y de
nadie más. 20.- Cuando se trata de perseguir aquello que amas en la vida, no
aceptes un “no” por respuesta. 21.- Enciende velitas, utiliza las sábanas
bonitas, ponte lencería cara. No la guardes para una ocasión especial. Hoy es un
día especial. 22.- Prepárate de más, y después sigue la corriente. 23.- Sé
excéntrico ahora. No te esperes a ser viejo para usar el morado. 24.- El órgano
más importante es el cerebro. 25.- Nadie más está a cargo de tu felicidad, solo
tú. 26.- Enmarca todo supuesto “desastre” con estas palabras: “En cinco años,
¿esto importará?” 27.- siempre elige vida. 28.- perdónales todo a todos. 29 Lo
que las otras personas piensen de ti, no te incumbe. 30.- El tiempo lo sana
todo. Dale tiempo al tiempo. 31.- Por más buena o mala que sea una situación,
algún día cambiará. 32.- No te tomes tan en serio. Nadie más lo hace. 33.- Cree
en los milagros. 34.- Dios te ama por lo que Dios es, no por lo que hayas hecho
o dejado de hacer. 35.- No audites la vida. Sólo llega y aprovéchala al máximo
hoy. 36.- Llegar a viejo es mejor que la alternativa …morir joven. 37.- Tus
hijos sólo tienen una niñez. 38.- Todo lo que verdaderamente importa al final es
que hayas amado. 39.- Sal todos los días. Los milagros están esperando en todas
partes. 40.- Si todos apiláramos nuestros problemas y viéramos los montones de
los demás, rápido arrebataríamos de regreso los nuestros.41.- La envidia es una
pérdida de tiempo. Tú ya tienes todo lo que necesitas. 42.- Lo mejor está aún
por llegar. 43.- No importa cómo te sientas… párate, arréglate y preséntate.
44.- Cede. 45.- La vida no está envuelta con un moño, pero sigue siendo un
regalo”.
Y cuando
reflexionamos sobre la experiencia de vida de Regina Bretrt que a los noventa
años hacía una profunda autocrítica de lo que pasaba y lo daba a conocer, nos
tenemos que preguntar sobre lo que hacemos de la nuestra en cuanto nos quedamos
a lamentar por las pérdidas y las tragedias, cuando nuestra obligación solamente
es el amar mucho a nosotros mismos y a los que se cruzan en nuestro andar. Así
lo hizo con toda seguridad, sin llegar a los noventa años, nuestro “compadre
Ernesto Garibay” y es así que hoy, desde éstas líneas le recordamos y nos
lamentamos el de no haberle hablado todos los días para contarnos un chiste o
platicarnos alguna babosada, ya no lo podremos hacer porque no hay que llorar
bajo su tumba, porque ahí, no recibe a los que sollozamos sino a los que reímos
y, para reír ,solamente hay que recordarle en sus puntadas y en sus chistes, en
sus platicas y en sus especial filosofía de la vida. Esperemos que algún día,
cuando nos llegue la hora, alguno de los nuestros todavía tenga la fuerza para
recordarnos y hablar de nosotros… para darnos la
vida…socrates_campos8@yahoo.com.mx
No hay comentarios:
Publicar un comentario