AL FESTEJAR LA “INDEPENDENCIA DE México” sería bueno que
los políticos y los funcionaros tuvieran presente las palabras de José de San
Martín: “LA SOBERBIA ES UNA DISCAPACIDAD QUE SUELE AFECTAR A POBRES INFELICES
MORTALES, QUE SE ENCUENTRAN DE GOLPE CON UNA MISERABLE CUOTA DE PODER”. O como
señala la conseja popular: “Cuando Dios te quiere destruir, te llena de
soberbia”. Lo trágico es que los políticos, los “empresarios políticos”,
los funcionarios, los policías y los demás miembros de las cortes o de
las mafias del poder no entienden esto y, por esa razón, cuando llegan al poder
se enferman y, tal como diría aquel viejo militar: “EL PODER MAREA A LOS
INTELIGENTES, PERO A LOS PENDEJOS LOS ENLOQUECE” y por esa razón tenemos a
tantos locos y enfermos en el poder.
Y, por tal razón,
cuando soñamos o queremos divertirnos, releemos a Eduardo Galeano que, en uno de
sus textos dice: “ Vaya uno a saber cómo será el mundo más allá del año 2000.
Tenemos una única certeza: si todavía estamos ahí, para entonces ya seremos
gente del siglo pasado y, peor todavía, seremos gente del pasado milenio. Sin
embargo, aunque no podamos adivinar el mundo que será, bien podemos imaginar el
que queremos que sea. El derecho de soñar no figura en los treinta derechos
humanos que las Naciones Unidas proclamaron en 1948. Pero si no fuera por él, y
por las aguas que da de beber, los demás derechos se morirían de
sed.
“Deliremos, pues,
por un ratito. El mundo, que está patas arriba, se pondrá sobre sus pies. En las
calles los automóviles serán pisoteados por los perros. Los cocineros no creerán
que las langostas les encanta que las hiervan vivas. La policía no será la
maldición de quienes no puedan comprarla. El aire estará limpio de los venenos
de las máquinas, y no tendrá más contaminación que la que emane de los medios
humanos y de las humanas pasiones. Los historiadores no creerán que a los países
les encanta ser invadidos. Los políticos no creerán que a los pobres les encanta
comer promesas. La justicia y la libertad, hermanas siamesas condenadas a vivir
separadas volverán a juntarse bien pegaditas, espalda contra espalda. La gente
no será manejada por el automóvil, ni será programada por la computadora, ni
será comprada por el supermercado, ni será mirada por el televisor. El mundo ya
no estará en guerra con los pobres, sino contra la pobreza, y la industria
militar no tendrá más remedio que declararse en quiebra por siempre jamás. Una
mujer negra, será presidente en Brasil y otra mujer, negra, será presidente de
los Estados Unidos de América. Una mujer india gobernará Guatemala
y otra, Perú. El televisor morirá de hambre, porque nadie morirá de indigestión.
En Argentina, las locas de la Plaza de Mayo serán un ejemplo de salud mental,
porque ellas se negaron a olvidar en los tiempos de la amnesia obligatoria. La
gente trabajará para vivir, en lugar de vivir para trabajar. Los niños de la
calle no serán tratados como si fueran basura porque no habrá niños de la calle.
La Santa Madre Iglesia corregirá algunas erratas de las piedras de Moisés. El
sexto mandamiento ordenará “festejarás el cuerpo”. El noveno que desconfía del
deseo lo declarará sagrado. En ningún país irán presos los muchachos que se
nieguen a hacer el servicio militar, sino los que quieran hacerlo. Los niños
ricos no serán tratados como si fueran dinero, porque no habrá niños ricos. La
Iglesia también dictará un undécimo mandamiento, que se le había olvidado al
señor: “Amarás a la naturaleza de la que formas parte”. Los economistas no
llamarán nivel de vida al nivel de consumo, ni llamarán calidad de vida a la
cantidad de cosas. La educación no será el privilegio de quienes puedan pagarla.
Todos los penitentes serán celebrantes, y no habrá noche que no sea vivida como
si fuera la última, ni día que no sea vivido como si fuera el primero”… y bueno,
tal vez, no sería tan malo que el mundo al revés se pusiera de pie para poder
caminar algo en la ruta de la felicidad…aunque de repente hay algunos amargosos
que al no entender lo que se dice o porque están obtusos o dogmáticos, pues
dicen que así, “mejor no te leo” ,tal vez quieran que se les explique como a los
niños, despacito para que le entiendan o bien se ciegan de tal forma que
solamente pueden ver el negro y el blanco y no ven la gama de colores que se
pueden hacer con el arcoíris, pero bueno, tenemos que entender que hay un mundo
al revés y que no tiene para cuando ponerse de pie y firme para caminar, los que
dominan quieren que no pensemos y no tengamos imaginación para no ver la
realidad… Recordemos que la paz, también la pregonaba Hitler antes de iniciar
las matanzas y no es malo que busquemos la paz, solamente hay que saber con
quién la vamos a firmar o con quién la vamos a tener. No hay paz entre la manada
de borregos al cuidado de los lobos por muy domesticados que se encuentren esos
lobos sanguinarios y carniceros. Así sostiene Galeano: “Los violadores que más
ferozmente violan la naturaleza y los derechos humanos, jamás van presos. Ellos
tienen las llaves de las cárceles”.
Y no se nos debe
olvidar: “En muchos países del mundo, la justicia social ha sido reducida a
justicia penal. El estado vela por la seguridad pública; de los otros servicios,
ya se encargará el mercado; y de la pobreza, gente pobre, regiones pobres, ya se
ocupará Dios, si la policía no alcanza.”
“La pobreza mata
cada año, en el mundo, más gente que toda la segunda guerra mundial, que a
muchos mató”… pero la carnicería sigue igual, así, la famosa “guerra contra el
narcotráfico” se convierte en una guerra entre pobres; los pobres se matan con
los pobres y los ricos se cuidan en los negocios que tanto dinero les brinda
envenenando a la gente pobre… y, algunos ricos, que se quedan al poco tiempo
como pairas de la sociedad al perder las fortunas y los
privilegios.
“El poder, que
practica injusticia y vive de ella, transpira violencia por todos los poros.
Sociedades divididas en buenos y malos: en los infiernos suburbanos acechan los
condenados de piel oscura, culpables de su pobreza y con tendencia hereditaria
al crimen; la publicidad les hace agua la boca y la policía los echa de la
mesa.”
“Hasta hace veinte
o treinta años, la pobreza era fruto de la injusticia. La denunciaba la
izquierda, lo admitía el centro, rara vez lo negaba la derecha. Mucho han
cambiado los tiempos, en tan poco tiempo: ahora la pobreza es el justo castigo
que la ineficiencia merece… El código moral del fin del milenio no condena la
injusticia, sino el fracaso” y, no hay forma de triunfar porque todos los
caminos están cerrados y ocupados por los que todo lo tienen y todo lo gozan,
por esa razón, nadie quiere hablar más de la lucha de clases, porque se agita la
gallera y se enfurecen las masas. Ahora, la “izquierda es tolerante,” es decir,
está domesticada, está en el camino del poder y del negocio de la política, por
esa razón los pobres se encuentran desamparados y a la deriva, buscan la
justicia social y encuentran el palo de la represión… así vamos mal, muy mal.
Esperen el libro: “Diálogos de vida. ¡ES UNA PROVOCACIÓN!: una visión del 68 a
los 68”, ya casi lo terminamos.
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