miércoles, 4 de febrero de 2009

Destapes y pandillas

No hay mal que por bien no venga, esta parece ser una de las verdades en la ruleta de la vida. Seguro que estamos convencidos de que muchos males los padecemos por la falta de valores, por dejar a esos valores a un lado y perdernos en el consumismo, en el materialismo, en el egocentrismo. Las cosas materiales nos invaden de cosas inútiles como inútiles son los esfuerzos que realizamos por conseguir esas propiedades y cosas que no sirven para nada y que solo muestran una parte de lo que pretenderíamos ser. Paulo Coelho dice que a pesar de que la situación económica sea tan dolorosa, también trae algo de positivo, pues “regresa a la humanidad a los valores con los que habíamos perdido contacto como son el amor o la belleza de la vida, que “no cuestan nada”. Así, cuando se le cuestiona sobre el posible miedo que pueda sentir por el aumento de la crisis, sostiene que no tiene miedo porque el sistema se corrige a sí mismo y supone que, siendo más “realista” que optimista, las “épocas de crisis suponen para algunas personas, si son inteligentes, una nueva oportunidad para definir su vida de nuevo y reflexionar sobre ella”.

Para Paulo Coehlo, como para otros muchos, confían en esa capacidad de adaptación del hombre que le permite superar cualquier trágico momento. La sociedad también tiene este sentido de sobre vivencia y de adaptación a los nuevos tiempos y es por ello que tenemos que estar en el realismo y no tener demasiadas expectativas, por ejemplo, ante la presidencia de Barak Obama, porque a pesar de que nos agrade lo que es y lo que piensa, sin duda, al igual que Coelho, podemos decir: “Me gusta Obama, pero no es un Mesías”.

Y mientras, en las grillas estatales, se habla de destapes, de pugnas, de intrigas, se hacen apuestas, se esparcen chismes y malas intenciones, se hacen los complots y se destruyen amigos y enemigos al mismo tiempo, sin duda, los tiempos de la política, realizan su destrucción en muchos lados y por esa razón vemos a los operadores andar dando dinero o bien buscando la forma en que los amigos de los candidatos saquen los fondos de campaña para que éstos se puedan operar en la compra de conciencias y de espacios, para ahorrar los valores, las convicciones, la ideología y la honestidad en los principios. Sin duda alguna, muchos candidatos, inmersos en la política, solo saben eso de comprar y de vender como en las plazas las prostitutas, pero no de crear conciencia, de agrupar convicciones y principios para el bien de todos. No, la política actual es para el beneficio de los cuates, de los que aportan los fondos para las campañas, para los que están dispuestos a perder dinero y convicciones, moral y principios en este perverso juego que es el juego de la grilla, más no de la política.

En los tiempos de crisis se buscan los distractores sociales para todo, el caso es que la gente no logre estar atenta a los reclamos de la realidad, no importa que exista la crisis y el desempleo sea una realidad, ya vienen las campañas políticas y, con ellas, las esperanzas para que miles de desocupados piensen que tienen una oportunidad por tres o por seis años estando al lado de uno de los equipos, porque son amigos del amigo del conocido del cuate del candidato y, con ello, se abre la esperanza de que se pueda tener una chambita de lo que sea, pero que caiga algo, además, si están con los buenos, con los posibles ganadores, es posible que puedan colocar a todos, cuates o familiares, en otros puestos y con ellos completar el chivo para el gasto de la casa o cuando menos, que no nos den, sino que nos pongan donde hay, y en este sentido, al igual que se han visto crecer las fortunas de muchos grillos que de la nada y de las no convicciones ni conciencia han logrado escalar puestos políticos y hacerse ricos, como las comaladas de ricachones que salen cada seis años de los gobiernos. Total, no hay que bramar, hay que mamar de las chiches inagotables del presupuesto.

Así, en las crisis, los políticos no hacen caso para atender el problema de la explotación infantil, cuando tres millones 600 mil menores de 18 años trabajan en alguna actividad económica en el país y de esa cantidad, la mayormente explotada, es el sector de las niñas. Así la Secretaría del Trabajo que no tiene ni idea de lo que sucede en el país, quieren tipificar como delito el que se contrate a un menor de 14 años para trabajar y digo que son ignorantes, porque miles de madres solteras o abandonadas, solo tienen un ingreso superior a los pocos que logran con los recursos que muchos de sus hijos logran aportar al gasto familiar, por medio de algunas chambitas. La realidad es que los jóvenes de más de 18 años son los que estando en el paro laboral o en el desempleo, pueden generar conflictos políticos y violencia social, así que por esa razón, las autoridades, están esperando que los niños menores de 18 años dejen de trabajar para poder dar ocupación a los de 18 o más, que son los que sirven para fines estadísticos de la desocupación o porque son los grupos de mayor peligro social y que, agrupados, pueden generar conflictos políticos y provocar la violencia social en muchos lados, pero además, son los que votan, los menores no sirven para ese acarreo de votos que es el que les preocupa a los políticos, no resolver el problema de la explotación de menores o el de la desocupación de los mayores de edad pero con capacidad de voto.

En este sentido, las autoridades de muchos municipios, de algunos estados y seguramente algunas del nivel federal, también están alarmadas, porque en esa desocupación de los jóvenes se generan las agrupaciones en las pandillas que son una verdadera amenaza para muchos sitios y para muchas comunidades. Recordemos que, en gran parte, los movimientos políticos de alta violencia en Centro América, lo hicieron los grupos de jóvenes en las pandillas que se han degenerado hasta los grupos internacionales de los Maras Salvatruchas que son el terror y el ejemplo de muchos jóvenes a nivel latinoamericano.
Por ejemplo, en los Estados Unidos, existen, aproximadamente ,unas 20 mil pandillas y, el FBI, alerta que cuentan con más de un millón de integrantes y se expanden a los suburbios y las zonas rurales con una actividad criminal en aumento, donde sostienen, las pandillas hispanas mantienen vínculos con los cárteles de narcotraficantes mexicanos y mantienen una organización regional como las de la Eme, la mafia mexicana, centrada en los penales de California donde cuenta con entre 50 mil y 75 mil miembros. Igual papel juegan Florencia 13, Fresno Bulldogs, Tango Blast y United Blood y se supone que el 80% de los crímenes se cometen, en algunas comunidades, por esas pandillas, donde sus tentáculos llegan incluso a las fuerzas armadas con un gran entrenamiento militar como los Latin Kings y los Vagos que han recibido entrenamiento especial en los estados sureños de Estados Unidos, por ello, utilizan las páginas de Internet como Facebook y YouTube.
Con el retorno masivo de muchos grupos de indocumentados a las diferentes regiones del país, se ven los incrementos en el número de pandillas y de pintas que se realizan en comunidades, anteriormente tranquilas, donde no se notaban la acción de esos grupos y donde se empiezan a dar los robos, los delitos de secuestro, violaciones, asaltos a mano armada, robo de casas habitación, tráfico de drogas, tocadas y venta y control de bebidas embriagantes, ligadas a la prostitución, con la amenaza en contra de otros niños y jóvenes de la zona o bien, con los cobros de protección, en las zonas conflictivas… mientras tanto, los políticos se la llevan grillando y viendo a ver a quién joden, a quién le sacan dinero o con quién se acomodan, para continuar en la grilla, para servirse, no para servir, sino servirse de la sociedad… pero así es la grilla y ni modo, la política, se convirtió en un gran negocio y, en los negocios, solamente triunfan los pillos, los especuladores y acaparadores, los que joden a los demás y no se dejan joder. Mientras tanto, esperamos la tortilla a más de doce pesos el kilogramo, olvidando que, la tortilla, es plato, cuchara, alimento y paz social…

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