martes, 10 de febrero de 2009

Cosas que no se entienden

Hay muchas cosas que no se entienden, por ejemplo, las denuncias de los propios “millonarios de cristo” en el sentido de que su fundador, el padre Marcial Maciel, no solo tuvo amoríos y un hijo con una señora, también dejan ver, un poco, que en verdad existían conductas de este que no eran propias de un sacerdote y tal vez se refieren a las acusaciones de violación de varios jóvenes que en la década del 40 y 50, declararon que habían sido violados por este sujeto o bien, las declaraciones de un ex tesorero de la orden que señalaba que, aunque se demandaba el voto de pobreza, cuando llegaba Maciel, solicitaba, en efectivo, cantidades de diez mil dólares que no tenían comprobación, en fin, debe ser un golpe brutal y violento estas declaraciones para los más de 800 sacerdotes de la orden y los 70 mil seguidores de la misma, sin embargo, recuerdo que uno de mis amigos, un hombre sereno y honesto en sus convicciones, nos decía que en la orden de los Legionarios de Cristo, se habían enrolado sus dos hijos mayores como sacerdotes y que él respetaba la determinación de ellos a pesar de que les extrañaba mucho y no entendía las razones de su vida, ya que su trabajo, exitoso, le había logrado forjar una buena posición y una fortuna decente para heredar a ellos y que ahora, todo este esfuerzo se perdería, como se perderían, las esperanzas de tener nietos de sus dos amores… pero así es la vida y no hay más. No se puede tener todo al mismo tiempo, lo demuestra la historia, cruel, de Marcial Maciel.

Y en este forjar la destrucción de valores y de convicciones, no podemos entender la deformación que ha sufrido las fiestas del Carnaval y por ello, cuando vemos que las propias autoridades del Puerto de Veracruz hablan de que repartirán más de un millón cien mil condones en esas fiestas y que tendrán 600 trabajadores del sector salud para supervisar los puestos de comidas y brindar auxilio en las borracheras, crudas y acostones de los paseantes, pensamos que no es justo que esto suceda, cuando miles de enfermos no tienen para comprar sus medicamentos que todos los días suben de precio y que dejan a la gente en la inseguridad. Por ello, vemos que, en verdad, la política, no solamente es un enorme negocio que deja a muchos fortunas en esa tragedia y comicidad del poder, pero lo grave, lo verdaderamente grave es que por la demagogia y por las pretensiones de los funcionarios y políticos al no ejercer el poder y se comparta y divida para que otros cómplices y socios sean partícipes de los grandes negocios de la política nos indignamos y aterrorizamos.

Así como los funcionarios del Vaticano tardaron muchos años para dar a conocer la inadecuada conducta de Marcial Maciel que dejó en esos años a muchos hombres sumidos en la desesperación y en la tragedia al no ser atendidos en sus denuncias, valientes denuncias, sobre las violaciones a las que fueron sometidos por este “sacerdote”, así como seguramente sufren su mujer y su hija por el tema al descubrirse el engaño y la doble vida de este señor, así como deben sufrir horriblemente muchos de los sacerdotes de este grupo cuando ponen en duda su vocación y su porvenir ante el descubrimiento de esos acontecimientos, así, miles de hombres y mujeres sufren, diariamente, porque los políticos, los funcionarios, los empresarios, los financieros, los especuladores, los policías, los sacerdotes, los guías, fallan en sus hechos y, éstos, no corresponden jamás a sus dichos porque en esa mentira, a veces pretendiendo ser piadosa, están encubiertos muchos engaños y tragedias de las que no podemos salir y que nos sumen en la desesperación, en la desconfianza y en la inseguridad, por ello, cuando vemos las declaraciones de los políticos en el sentido de que mejor se arrojan al “fuego eterno” antes de claudicar sobre sus pretensiones de alcanzar las candidaturas y, dicen, estar dispuestos a llegar hasta las últimas consecuencias y los vemos transar para que se de paso a la paz y la tranquilidad electoral y ellos llegan a controlar un nuevo puesto y un hueso en la política que les permite su sobre vivencia y su enriquecimiento, no podemos menos que pensar que todo es una gran farsa y que es lo que debemos cambiar los ciudadanos al exigir la respuesta y el cumplimiento de los compromisos a todos aquellos que lo prometen para alcanzar los puestos públicos y que deben servir a los ciudadanos y no servirse de ellos.

Grave es el que, por ejemplo, el presidente Calderón haga reclamos al congreso y en especial a los diputados y senadores del PRI y del PRD porque dice no le aprobaron la reforma energética, por lo cual no podrá construir más refinerías y esto es indignante, porque todavía recordamos cuando él, con toda la libertad que le brinda su investidura, declaraba su felicitación al gran esfuerzo que realizaron los diputados y senadores de todos los partidos y solamente condenaba a los pejistas que habían sido intransigentes en sus declaraciones, más no en sus votos y apoyos, total, muchos, daban por “muerto”, efectivamente, al Peje, y ahora, ante la crisis, la realidad y las declaraciones y posturas, lo reviven para que en política siga su marcha y cuando menos sea un factor de preocupación para muchos políticos en el poder. Así que no entendemos al presidente Calderón, cuando por un lado felicita y por el otros ataca de acuerdo a las reacciones inmediatistas de la política electoral. La verdad es que en esto tampoco podemos entender que no se construyeran las refinerías cuando existían más de cuarenta mil millones de dólares de excedentes petroleros que de pronto se esfumaron, ante las cuentas alegres del señor Cartens, el rico y feliz secretario de Hacienda que, seguramente, no pasa ni hambres ni angustias, como los mexicanos, comunes y corrientes.

Y ya que hablamos de Hacienda y de las famosas reformas que se prometen en el control de las fronteras, nadie nos ha logrado explicar la razón por la que ningún policía ni agente de hacienda o de aduanas supervisan las cargas en los aviones que llegan del extranjero, llenas de pistaches, porque según me informan, nadie a logrado hasta ahora, tener en sus manos algún permiso o documento que permita la importación de este producto que tiene tan buen precio y debe dejar tan buenas utilidades que llega en avión a la capital del país, cuando los policías le hacen al Tío Lolo, pentontos solos, buscando drogas, cuando la realidad es que en esos productos se gana mucho más que en las propias drogas, armas o indocumentados, además de que no son cargas peligrosas, nos dicen, porque son parte de los grandes negocios de los funcionarios hacendarios ligados a comerciantes, banqueros, financieros y policías. La PGR o la PFP o el Ejército, jamás lo consigna a uno por andar comiendo pistaches o transportando los mismos por toneladas y menos, sospecha que, por este medio, se realiza un gran tráfico de dinero y se reciben muchas ganancias que dejan ricos, muy ricos, a muchos funcionarios, políticos, policías y agentes de aduanas. En fin, no se pude culpar a nadie de que le encanten los helados de pistache, aunque engorden o enriquezcan.

Lo mismo sucede con las nueces que solamente pasan a las empacadoras de la frontera para ser embolsadas, aunque no se produzcan en el país, o con las borregas que se consumen como cabritos o como barbacoa en todos los centros de la botana mexicana y en los días de la cruda infame que invade y destroza los nervios de los hombres y la tranquilidad de la familia si no se consigue para curar la cruda del patrón… y, mientas esto sucede, la crisis económica es una realidad, las mentiras y los teatros políticos son la única verdad, el secretario de Hacienda se la pasa de primera, comiendo bien, se ve, se nota, se pude comprobar porque ni el trabajo duro de éstos días le ha hecho adelgazar algunos gramos que se notarían en los talles del pantalón o en los cuellos de la camisa, al contrario, se le ve gozoso, alegremente alimentado, bien comido, mejor bebido y, tal vez, mejor dormido… como con la conciencia tranquila. Así son los políticos, mientras nosotros, dormimos como niños de pecho: nos acostamos llorando y cada tres horas, despertamos llorando… por falta de chiche o por exceso de deudas. Esta es la real política nacional, lo demás, son cuentos.

No hay comentarios: