miércoles, 27 de marzo de 2013

Nido de ratas


MI AMIGO FRANCISCO, el que vive en los Estados Unidos, no el nuevo Papa, no se vayan a confundir, me hizo el favor de enviarme esta pequeña historia que tal vez todos quisiéramos se pudiera convertir en realidad, nos quitaríamos muchos males y lograríamos un avance, porque no hay que perder de vista que, como dicen los brasileños: “El país crece, cuando sus políticos duermen” y no nos roban ni hacen tonterías, ni engañan más a la gente…:
         “Un paseante entró en la tienda de antigüedades. Después de mirar los artículos observó la figura de una rata, en bronce, muy realista. No tenía la etiqueta con el precio pero decidió que le gustaba y que la compraría.”
         “Llamó al dueño de la tienda y le preguntó: “Cuanto pide por esta rata de bronce?”
“El propietario le dijo: “ 12 euros por la estatua y 500 euros por la historia”.
“El cliente pagó 12 euros y le dijo al dueño: “me llevo sólo la rata, pero no me interesa la historia”.
“Salió de la tienda caminando calle abajo y observó que le empezaban a seguir una cierta cantidad de ratas reales, vivas, que salían de los escondrijos y las alcantarillas.”
         “El hombres se sintió desconcertado y empezó a caminar más rápido. Pero unas calles más adelante la cantidad de ratas vivas que le seguían se convirtió en una marea de animales chillando y con aspecto amenazador. Salió corriendo en dirección al mar y mirando hacia atrás vio que las ratas podían contarse ahora por millones y que corrían más y más rápido. El hombre presa del pánico se acercó al muelle y tiró al mar la figura de la rata. Asombrosamente los millones de ratas saltaron al agua y se ahogaron todas”.
“El hombre volvió a la tienda de antigüedades y el dueño, al verlo le dice: “Vaya vaya, creo que ha vuelto para saber la historia. ¿No?”
“NO”, le dijo el hombre, “lo que quiero saber es si tiene usted también figuras de políticos, banqueros, policías, sindicalistas, etc.”, con esto, a lo mejor le damos un respiro al mundo y lo hacemos algo mejor.
Y es que uno de los graves problemas está en la corrupción de los políticos y funcionarios, banqueros, empresarios, policías, sacerdotes, en fin, de aquellos que debiendo actuar para guiar, prefieren o hacerle al tonto y voltear a otro lado o ser parte de la complicidad por medio de su silencio que mata a los inocentes; la ineficiencia, es otro de los males, pero, sobre todo, la negligencia y la ambición de unos cuántos por robar lo que pertenece a todos y, este es parte del problema, tal como diría Francisco, el nuevo Papa, que desde la Argentina ha visto la ostentación, la ambición, el derroche de muchos curas que en vez de ser humildes y serenos son ambiciosos como los que llevaron a Jesús a la crucifixión… a ver si cambian en algo, para el bien de todos.
Y ES QUE TODOS ESTAREMOS DE ACUERDO EN QUE PASEANDO POR EL MUNDO, EN TALES CONDICIONES PODRÍAMOS HUNDIR A MILES DE RATAS DE DOS PATAS para que se ahogaran.
EL Rector de la UNAM, José Narro Robles, ha venido insistiendo en que se debe poner un alto a la inseguridad que se vive en el país, a la corrupción, a la impunidad y a la omisión de sus autoridades: “Yo estoy convencido –declaró- que  los mexicanos, todos, tenemos que decir ¡Ya basta! Ya basta a muchas cosas, a la inseguridad y a la violencia; a la falta en la cobertura de la educación, particularmente en educación media superior y superior, en particular a la calidad de la educación en todos los niveles…Hay efectivamente en muchas comunidades ya un cansancio porque han estado viendo cómo las estructuras fallan, cómo las estructuras políticas no responden, de cómo se ha permitido (que los problemas avancen), y lo que voy a decir con mucha contundencia y claridad, por parte de todos” y también, hablando de la comunicación y del valor de la misma, explicaba: LA LABOR DE LOS VERDADEROS PERIODISTAS “DEBE SER UN ANTÍDOTO CONTRA LOS CINISMOS”.
         Y cuando pensamos en que miles de gentes pierden la vida por falta de alimentos en el país, en que millones están en los límites de la pobreza extrema y de la pobreza real, que millones no cuentan con empleo, que los jóvenes no saben a dónde van porque o no tienen acceso a la educación de calidad o no tienen empleo y, cuando terminan de estudiar, no hay fuentes de trabajo para captarlos y garantizarles una vida mejor; cuando vemos que miles de niños y gentes pobres sin casa, viven en las calles o en chozas de varas y de láminas; cuando vemos la angustia de miles que no reciben atención médica o de millones de analfabetas que no tienen idea de las letras y del conocimiento, cuando vemos los muertos pobres, porque son pobres contra pobres los que se matan en esa guerra contra el narcotráfico encarada en una forma irracional, cuando continuamos viendo el tráfico de armas desde el Norte, al lado de dinero para comprar drogas o corromper funcionarios y policías y enriquecer más a banqueros y especuladores financieros; cuando vemos la violencia en las escuelas que llevan a la muerte o a la depresión o al abandono de la educación a cientos de niños y jóvenes, cuando observamos la violencia social y la intrafamiliar, cuando vemos, en fin, la desigualdad en el reparto de la riqueza social y contamos con los dedos a los multimillonarios que en este país de pobres y pobre acumulan la riqueza de los mexicanos; cuando tenemos en frente la impunidad para los funcionarios, políticos, banqueros, ricos, empresarios, policías, sacerdotes pederastas y no vemos una claro en la justicia y la legalidad, tenemos que desesperar y demandar que se deben hacer cambios urgentes en todo, por todo y para todos.
Y bueno, cuando algo se hace aunque no sea mucho, no faltan los que solamente critican y exigen que se haga todo, cuando no hay siquiera conciencia para hacerlo y convicción para servir a los demás, por ello, hay veces en que no sabemos si es peor el radicalismo y la intolerancia y el dogmatismo, que lo que hacen esos políticos corruptos o esos funcionarios insensibles y serviles y es que, los extremos se juntan, y no quieren soluciones, porque están en el todo o en el nada, sin ver que los cambios son necesarios y, para hacerlos, hay que conocer la realidad con conciencia y saber cómo y dónde se pueden iniciar y esto, no es, en la violencia “revolucionaria”, sino en la revolución que cambia, transforme, genere conciencia, voluntad de servicio y, sobre todo, organización social; solo con buenas intenciones no se llega a nada y se pierden en los vericuetos de los caminos que solamente conducen a los Infiernos y la desesperación. Auto llamarse “revolucionario” y declarar inconsecuencias, no es estar en un realismo político sino en la visceralidad… ojalá, no caigamos en ello…

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