Hay pequeñas historias que sin ser ciertas muestran
una trágica realidad, esta es una de ellas que muestra el deterioro de la
educación en el país. Cuentan que llega un inspector de la SEP a una de las
secundarias (puede ser pública o privada) no andan diferentes, donde les hace
saber que va a realizar una evaluación y
reporte sobre el conocimiento de los alumnos. Entra en el salón de clases y
pide la lista de los alumnos y elige a unos de ellos para iniciar la
evaluación:
“A ver
Luis, ¿me podrías decir el nombre de la persona que quemó la puerta de entrada
a la Alhóndiga de Granaditas, en Guanajuato? El joven se pone nervioso y
empieza a sudar y el inspector pregunta: “Bueno si no puedes darme el nombre,
dime al menos su apodo”
El chico
responde: “La verdad no lo sé señor inspector, pero le juro por mi santa madre
que yo no fui quién quemó la puerta”.
“Otro chico
toma la palabra para decirle al inspector que él conocía a Luis desde hacía
cinco años y que consideraba que era uno de los chicos más tranquilos de la
colonia y de la escuela y que podía asegurarle que él no había sido el causante
de ese incendio”
El
inspector controla el enojo y ordena a los dos chicos que abandonen el salón y
los espera en la Dirección. Ah,í los espera la Maestra Elba Esther y dice:
“Señor inspector, estoy segura de que ellos no fueron, ambos son tranquilos y
buenos chicos, si no conocen ni el nombre ni el apodo del que quemó la
Alhóndiga de Granaditas, es porque no se juntan con pandillas ni con
malvivientes. Seguramente fue alguien de otro turno o de otra escuela”. El Inspector,
sale hecho una furia y se dirige a la directora que es recomendada de la
maestra Elba Esther, para solicitar la remoción de la maestra y, la directora
dice: “Le pido que lo considere, figúrese usted que la maestra Elba Esther, es
líder, política, dirigente de un partido y cobra como maestra de Historia, Biología
y Civismo y tiene en proceso su jubilación. Falta de vez en cuando a clases
cuando anda en la grilla y sin duda tiene muchas influencias en el sindicato.
Así que considérela y perdónela”. Bajo tales condiciones se dirige al Sindicato
Nacional a Hablar con la maestra Elba Esther, quién ahí, en el trono de la
dirigencia, le dice al maestro inspector: “Mejor déjese de pendejadas, y dígame
qué tan dañada quedó la pinche puerta por el incendio, ya veremos si la podemos
reparar, y si no, pues nomás eso faltaba, ya verá que hacemos una cooperación
entre maestros y padres de familia, para comprar una nueva puerta para la
Alhóndiga de Granaditas o le pedimos a Fox o a Calderón que manden una nueva.
Total ¿Qué tan cara puede salir la chingadera esa?”.
Y bueno,
no es que pertenezcan a una sección del SNTE o la CNTE, el asunto es que hay
una gran similitud entre el cuento y la realidad, por ello, los maestros,
cansados de sus dirigentes, son los que deben hacer su propia limpia y evitar
que los políticos y funcionarios intervengan para continuar con la rapiña y sus
negocios… por el bien de todos y de los estudiantes. O cambian sus métodos de
lucha o garantizan una buena educación,
si no, le hacen el caldo gordo a la derecha y a la educación privada y
confesional…O A LAS PÉSIMAS DIRIGENCIAS SINDICALES…
HAY LA
CONCIENCIA DE QUE DEBEMOS LUCHAR POR LA LIBERTAD Y LA FELICIDAD y esto
significa nuestro derecho al conocimiento, la conciencia de que somos parte de
una sola familia, la de este país ligada a la humanidad. Lo único que nos hace
felices es el estar contentos con nosotros mismos y con lo que hacemos, por
ello, una sociedad de consumo solamente nos esclaviza para que paguemos por
todo y llevemos la vida ligada al consumismo de tal forma que perdemos años de
vida para poder pagar algo que ni siquiera nos pertenece, en forma de autos,
televisores, viajes, educación, casa habitación, relojes, ropa, en todo y por
todo nos endeudamos y, cuando vemos el despilfarro y la abundancia de recursos
que derrocha una “dirigente” magisterial llena de dudas con ella misma, negada
para el amor ya que lo compra o lo controla como lo ha declarado muchas veces,
cuando no tiene ni siquiera la seguridad de que cuenta con amigos y seres que
la quieran o amen por lo que es y no por lo que se supone representa y tiene,
sabemos que, a lo mejor, escaló muchos sitios en la “escala social y política”,
pero no ha sido capaz de ser feliz ni de ser libre, porque los verdaderamente
ricos son los que menos necesitan de cosas y pueden andar en la vida con un
equipaje ligero, cantando y haciendo lo que tienen que hacer con su tiempo y no
estar esclavizados a los pagos grandes o chiquitos de lo que les induce una
sociedad consumista y deshumanizada.
Lo más
seguro es que ahora, en la cárcel, que es un enorme “vestido de piedra”, dolores, pasiones,
soledades, tristezas, reflexiones, entenderá muchas cosas que jamás
ha entendido, ya que su propia vida nos muestra que presentaba una cara que ni
siquiera era la propia, remendada, restaurada al capricho del dinero o a la
capacidad de los estilistas y médicos, la seguían vistiendo con una “moda” que
ni siquiera lucia con honor y libertad, solo para apantallar a los demás, para
decirles que era una “triunfadora” cuando en la realidad solo es y ha sido una
gran manipuladora y oportunista en la vida y en su forma de vivirla. Por esa
perversión de valores y porque la política se convirtió en un negocio y el
servicio público se utilizó para servirse del público, es que se dan estos
fenómenos que nos escandalizan cuando los conocemos de cerca y los vivimos en
nuestro tiempo, pero la realidad es que estamos pervertidos desde la raíz, no
es solamente ella, ella, simplemente es un ejemplo de vida o del malvivir al
que nos lleva el engaño, las complicidades y las corruptelas del poder, por esa
razón, ahora que se toma como ejemplo para el cambio en la Reforma Educativa,
no tendremos una, real, si no tenemos una revisión de los valores y de lo que hacemos
y el por qué lo hacemos, si no sabemos qué país queremos y cómo lo podemos
lograr sin ambiciones y con honestidad y lealtad, poco podemos avanzar en este
campo, así que debemos meditar, tomar los tiempos, reflexionar sobre lo andado,
revisar la historia, revisar las experiencias y la escala y tabla de valores
que debemos mantener como seres humanos, como familia, como sociedad y como
país. Si queremos una sociedad libre, justa, feliz, debemos ser honestos y
serios en las propuestas y tener la conciencia de que, se es lo que se hace y,
para cambiar, es preciso ser con un buen hacer… si no de nada servirá la
experiencia y solamente será una nueva jugada de distracción para continuar
dándonos “atole con el dedo” y haciéndonos pentontos en todos lados…los cambios reales comienzan
desde dentro, con valores y conciencia plena de lo que queremos ser y de cómo
somos… para cambiar la realidad es necesario conocerla, decía, Don Gustavo Baz
Prada… y es verdad…y por ello, también, es necesario conocernos y saber qué
queremos.
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