miércoles, 27 de marzo de 2013

Empieza el tuteo


En México somos muy “faltosos”, igualados, dicharacheros, burlones, albureros, en fin, hay muchas cosas por las que deberíamos pedir perdón o  pedir permiso, sobre todo cuando entablamos algunas relaciones con los recién conocidos; deberíamos decirles cual es nuestra forma de comportarnos para hacernos sentir iguales o estar a la altura de las “circunstancias”, ya ven cómo, de inmediato, tratamos de romper el hielo y queremos hablarle de Tú, de ti y de mí, a cualquier recién conocido. Por esa razón: CUANDO EMPIEZA EL TUTEO, EMPIEZA EL JODEO, Y NO HAY MÁS QUE AGUANTAR. Ya saben ustedes que de inmediato todos queremos picarnos el ombligo, hacernos compadres, decirnos hermanos, tratarnos de cuates, así de faltosos somos en las relaciones y, por eso mismo, no llegamos, jamás,  hacer huesos viejos en las mismas.
         Ya nos podemos imaginar a los políticos y funcionarios que van a tratar con el Santo Padre al Vaticano, cuando comienzan a tomar confianza y para presumir nos cuentan: “pues me trató muy bien Pancho, ya sabes, es cuate, desde que le mandé una botella de vino en la churrasquería cuando visité Argentina y me codeaba con la presidenta”, bueno, no es que queramos decir que somos muy amigos, pero le solicité que debería ser mi compadre cuando llegar a México y que lo invitaba a “su casa” que es mi casa, para que no tuviera que andar aguantando a las monjitas esas que están atentas a los reclamos de los curas en la Nunciatura, ahí, se come y se bebe bien, ya sabes cómo nos trata Norberto y cómo nos reciben los sacerdotes a los que hacemos de inmediato compadres o cuates, esos sí que saben del buen vivir y de la buena mesa, no como este “curita de rancho argentino” que llega con las ínfulas de servir a los pobres, con el chinguero que hay en el mundo, no sé donde va a sacar fuerzas, talento y paciencia para tratar a tanto miembro del infeliciaje mundial, ya no nacional.
         Por esa razón, ahora que, Quique, lo ha invitado a visitar el país debemos recibirle con mariachis, carnitas y barbacoa, darle a probar el chinguere o los curados de pulque de fresa, piñón o almendra, el buen tequila o el mezcal y darle a beber algunos buenos vinos que se hacen en Baja California , Zacatecas, Aguascalientes o Querétaro, para que no nos ande presumiendo la vieja esa de la presidenta Argentina, ya saben como son de pesados los chés, nomás salen de las pampas y se llegan a codear con los balones, aunque no sean suyos, total, la “mano de dios”, dicen ellos, les protege y, por eso, a lo mejor ,son tan pesados y boludos como el Maradona ese. En fin, no sé como debemos tratar al Santo Padre ahora que llegue al país: Decirle Santo Pancho, me parece muy fuerte, ya saben que en México decirle Papa Pancho a uno, es el equivalente de Francisco, pero ahí está Pancho Madero que se la va a creer o Pancho Vila que se la va a mentar… tampoco debemos decirle Papa Paco, ya ven lo que le sucedió a Paco Stanley, por andar de faltoso con sus compromisos y ligado a la mafia, en fin, si convencemos a los mexicanos que no sean faltosos ni igualados, tal vez, podamos llevar una buena visita y tener la oportunidad de que nos bendigan las botellas de vino o las medallitas de la Virgen y recuperar el Pedimento en Oaxaca, que deja tantos millones a los fieles políticos que se roban las  limosnas… en fin, creo que lo mejor será convencer a todos que hay que decirle: Papa Francisco y no entrar en lo igualado y conchudo, no se le podrá decir: Papa Pancho, ni Papa Paco, Francisco a secas que así es como se debe llamar…
         YA VEN COMO EN México de inmediato les hablamos de tú a los gobernantes, por ejemplo, a Don Enrique ,le decimos Quique; a Andrés Manuel, el Peje; a Pancho Labastida pues Pancholin; a Mercedes, pues meche; a algún rijoso de los de Morena le decimos “Hijitos de la tiznada”, así les dice el Chucho mayor, a esos que le increparon en plena fiesta petrolera; ya ni vergüenza tienen ni respetan a los políticos de alcurnia ni  a los viejos carcamanes que hablan de libertad y de independencia… así de faltosos somos, de igualados, de irrespetuosos, por eso hay temor en la visita del Papa Francisco, con tales igualados y faltosos… no vaya a ser que le falten el respeto, que sería muy grave, porque este es un pueblo “católico”, dicen unos y, mariano, dicen otros. La verdad es que les tenemos una especial devoción a los Santos Padres, a los Papas, no a los curas de este pueblo miserable que viven como Carlos Slim o como Carlos Salinas, a esos no. La verdad es que de venir el Papa Francisco a México se daría cuenta de que aquí si hay abundancia de pobres también hay abundancia de curas multimillonarios o de curas que aparentan vivir en la humildad y la pobreza, cuando explotan las arcas de la Iglesia o se embolsan, al igual que los políticos, funcionarios y banqueros, lo que no es suyo, lo que debería pertenecer a todos y que ellos se guardan y roban en sus casas y en las casas de sus cuates o de sus familiares…
         Y bueno, eso sí, estamos seguros que veremos a muchos políticos, policías, funcionarios, banqueros, empresarios que explotan y roban al por mayor y que todo el día tragan santos para defecar diablos por las noches, haciendo cola para besar la mano del Santo Padre, para que les bendiga y les perdone los pecados que todos los días cometen sin pensar en el daño que hacen a los demás. Para eso tienen a sus cuates y compinches en muchos curas y obispos que no salen de sus casas, de los que jamás van a atender a los pobres ni a los desesperados, de los que no se juntan con la chusma porque apesta o porque no dan bien de comer, de los que sirven para las peregrinaciones y para hacer el bulto en las misas. Esos curas que solamente van a las escuelas de ricos a bendecir los finales de las clases o van a dar misas especiales cuando las pagan bien y dan bien de comer en las casas de esos que no se apiadan de los demás, ahí están los ejemplos, los vemos todos los días y en forma especial en las misas dominicales cuando vemos a los riquillos bien vestidos haciendo cola para comulgar, pero no para pedir perdón ni perdonar… a esos son a los que se ha dirigido el Papa Francisco, al decir que quiere una Iglesia de Pobres y para los pobres, no porque desprecie a los ricos, sino para ver si les tienta en el corazón y dejan de ser tan payasos y nariz para arriba, como lo vemos en muchos sitios. Ojalá que los curas lo vean como es, no como quieren que sea, con sus lujos y riquezas en una iglesia que en vez de acercar, aleja; la iglesia de los pobres es la de Jesús, no la de chucho, esta es así, de buena, de valiosa, de sana, de humilde y discreta. Ya no queremos a esos que tragan santos para jodernos diariamente, ya no queremos a esos que van a comulgar sin ver la realidad o aquellos que no quieren ser solidarios con los que menos tienen, con los que todo necesitan y con esos son con las que va ir Francisco, el nuevo Papa. Y si hay algunos que no creen que así será, pues allá ellos que, cuando menos, la fe, no se ha perdido en este mundo tan lleno de materialismo y desconfianza… ojala no sea una ilusión y se haga realidad esta sana intención de Francisco, el Papa de Pobres, dice él…

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