Cuando hablamos de la violencia en las escuelas nos
referimos al “Bullying” y hace apenas unos días hablamos de la muerte de un
pequeño de siete años que era lastimado y acosado por un muchacho de doce años
quién le metía la cabeza en el escusado para que le diera el dinero que le
daban para gastar; el pequeño enfermó con una infección en los pulmones y a los
días murió, en el Estado de Jalisco. El día 11 de marzo detienen a una maestra
de secundaria de 43 años, en el estado de Puebla, acusada de pervertir y acosar
a una pequeña de 13 a la cual venía seduciendo sexualmente desde hacía dos años,
cuando le daba clases en la escuela secundaria, así, podemos ver que la
violencia no solamente se muestra desde la casa, sino también existe una
violencia y represión sistemática provocada por las deficiencias, traumas o
complejos de los propios maestros que no quieren ver el problema e involucrarse
para tratarlo, alegando que, para eso, no les pagan.
El aumento
de los suicidios entre los adolecentes mexicanos a aumentado hasta convertirse
en la tercera causa de muerte entre los jóvenes, solamente superado por los
accidentes automovilísticos y el cáncer y, de acuerdo a los estudios, entre
1990 y 2000, se incrementó en un 150% el número de suicidios entre mexicanos de
cinco a 14 años y en 74% para los de 15 a 24 años. En el año 2010, se
registraron en el país 5 mil 12 suicidios y se piensa que las causas no
solamente son la depresión, sino el consumo de alcohol y las drogas o la
violencia que sufren, que les genera desesperanza y la pérdida de la autoestima
y, en este mecanismo, se habla no solamente de la violencia intrafamiliar sino
la provocada por la violencia en las escuelas que hace que muchos abandonen la
educación, y otros, sufran hasta la depresión, el suicidio… y a pesar del
número de muertes ya sea provocadas por la violencia en las escuelas o en la
sociedad, en los hogares, nadie hace nada, ni investiga, alegando que no es
parte de su responsabilidad, cuando todos sabemos de la violencia y las
diferentes formas que adopta en muchas escuelas públicas o privadas.
“Una
maldad, un apodo, un golpe, más la débil actuación de los maestros; la falta de
comunicación entre padres e hijos y la gran penetración que tienen las redes
sociales en la actualidad y que dominan la vida de los niños y adolecentes, son
el ambiente propicio para que se presenten y se multipliquen los casos de Bullying”,
por ejemplo, en una de las escuelas privadas de Coahuila, se comenta el caso
subido a las redes sociales, donde a una niña le sacaron de su mochila unas
toallas sanitarias con la que le hacían burla y, a pesar de que ella se quejó
con la maestra, esta no hizo nada, porque no se quería comprometer con las familias
de los otros chicos que, por su “nivel social”, son parte importante de la
escuela, y así, continuaron insultándola porque “era pobre” o porque era “prieta”,
las escusas no importan, en este nivel hay muchas que son las que lastiman la autoestima y la tranquilidad de los niños y
jóvenes que son víctimas de este daño y donde los maestros o los mismos padres
de familia, no saben o no quieren enfrentar el problema por no tener conflictos con otras familias y así, va creciendo
este fenómeno de tal suerte que hoy en día lo vemos como una cosa “común” y
propia de la edad, cuando generan traumas terribles y carreras truncadas por
este fenómeno que nadie quiere atender con seriedad. Así, con el uso de la
redes sociales, el acoso y las burlas son brutales, de tal forma que esa
violencia continúa después de los horarios escolares, generando una
problemática social mucho más complicada donde hay grupos inmiscuidos en forma
de pandillas, lastimando a los que no tienen una red de amigos que les puedan
defender… y así, hasta la muerte o la depresión…
UNO de
los acosadores y violentos decía: “Si yo
como alumno veo que mi maestro no interviene cuando molesto a alguien, puedo
seguir haciéndolo, pero si me pone un límite, hay una sanción o busca a mis
papás, pues no lo hago. Esto es un problema porque los alumnos van caldeando a
los adultos. Hay casos documentados de agresiones en transportes escolares, donde
hay un chofer, pero los adolecentes han entendido que no se meten”. De esta
forma los propios niños o adolecentes piensan o creen que el agresor es “popular”
y respetado, siendo que en la realidad no lo es, pero nadie dice nada, hay un
silencio cómplice que también mata… y no se debe confundir una pela entre
jóvenes con un Bullying, esto puede ser
producto del pandillerismo o del comportamiento en la solución de diferencias
entre ellos, todos sabemos que existen pandillas y que éstas operan dentro de
las escuelas o de las zonas de habitación, pero se tienen que atender de
diferente forma por las autoridades. En el caso del bullying, explican los
especialistas, los agresores tratan de lastimar a como dé lugar a su víctima, ya
sea con golpes o verbalmente, solitario
o en grupo, el asunto es que el agresor quiere mantener un poder “represor”,
establecer que él es el fuerte y el otro el débil, así, las víctimas, sufren de
agresiones físicas o psicológicas, hasta llevarla a un nivel de pérdida de
autoestima y se busca lastimarle por medio de apodos, insultos, groserías,
albures, bromas y afectarle en su relación con sus amistades para que todos la
marginen o la desprecien, la discriminen.
Hoy en
día, el manejo de la internet, el Facebook y el twitter, permite la invasión de
la privacidad de las víctimas de tal forma que por este medio se difunden las
agresiones de las que son objeto o se hacen las difamaciones que les alejan de
sus amistades y familiares, ya que no establecen candados en sus redes sociales
y utilizan los mismos materiales que
ellos suben en su contra. Los niños y los jóvenes quieren ser reconocidos,
amados, atendidos, populares, conocidos y ellos mismos colocan las fotos,
pensamientos, diversiones o viajes, con lo que los acosadores y violentos
utilizan ese material para denostarles, acosarles, burlarse y propiciar el
descrédito y la burla de los demás, hasta emplear el “sexting” que son las
fotografías de corte sexual que se difunden para fastidiar a las víctimas. En tales
condiciones se aumenta el abandono escolar y se aumenta el suicidio o los males
graves como en el que muere aquel pequeño al que le atormentaban metiéndole su
cabeza en el escusado de la escuela, donde se infecta en los pulmones, y muere…
Los propios
agresores que aparentemente mantienen el “liderazgo” al tiempo, sufren de otra forma,
ya que se convierten en delincuentes, acosadores sexuales, utilizan drogas o
forman parte de los grupos de la delincuencia organizada al adoptar las
conductas ilegales que lo colocan en un alto nivel de riesgo al romper los
límites y no entender los valores ni el respeto. Así agresor y víctima sufren
serias consecuencias; maestros, padres
de familia, ni autoridades, estamos preparados para enfrentar este conflicto que
toma niveles alarmantes, la sociedad no tiene conciencia porque se le hace algo
“normal” y no existe agrupaciones que hagan conciencia sobre el problema que mueva
la intervención de la sociedad por el
conflicto cultural, violencia intrafamiliar y social que estamos sufriendo en
el país… o actuamos o sufrimos consecuencias…
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