La oración y la meditación

Hace algún tiempo que acostumbro meditar y orar, algunos me preguntan las razones por las que lo hago y contesto que es bueno ir al fondo de tu ser para sentir lo que realmente puede ser y ver lo que es en la realidad. La vida pasa rápidamente y los conflictos y problemas agobian al ser, lo estresan, lo inquietan, lo angustian., lo molestan, lo enojan y así perdemos la verdadera dimensión al ver y atender las cosas adecuadas de la vida y decimos cosas que no queríamos porque nos ganó la tentación, hacemos cosas que no queremos porque no supimos decir no o aceptar el si; odiamos inútilmente pensando en que nuestro odio destruirá al que odiamos sin pensar que solamente nos odiamos más nosotros y nos destruimos más internamente, nadie lo toma a uno en serio si no es uno mismo y por ello, no hay que tomar todo con tanta solemnidad ni con tanto encono, con tanto odio o resentimiento, mejor dejar pasar las famosas “ofensas” y hacer lo que en verdad quiere uno hacer por su vida y por la vida.


Trato de caminar y sonreír cuando menos un poco de tiempo cada día, hay días en que me gana la flojera pero cuando menos trato de hacerlo, es bueno para la salud y para la sinceridad. Trato de que cuando hablo o recuerdo a los amigos y seres queridos, contarles algo gracioso que les haga sonreír para que olviden lo amargoso de la vida y para que dejen la cara pomposa de seriedad que todos tenemos por costumbre poner ante los demás. Trato de estudiar diariamente, es bueno para el alma, para la inteligencia, para la conversación, para irla pasando, para ser algo mejor, para estar al día, para poder conversar y educar cuando tenemos que hacerlo, para estar con uno mismo en la reflexión, trato pues de conocer la realidad y estar al día con lo nuevo publicado, no hay nada peor que anclarse en el pasado, dejo de ver lo que me ha molestado el día de ayer y pienso en lo que tengo que ver todo el día de hoy, el presente es lo que va formando la vida y, no hay duda de que las experiencias no lo deben limitar, al contrario, lo deben impulsar a buscar nuevas experiencias, nadie hace lo perfecto, siempre hay errores y brutalidades, así es como se aprende, cayendo y parándose e intentándolo todo nuevamente, sin dejar de pensar en que todo es perfectible, pero no hay casi nada perfecto.

Todos sabemos que pasamos por la vida y que tenemos que procurar que la vida sepa que pasamos por ella, hay que dejar huella no tragedia. Por esa razón, en mis oraciones, normalmente me digo que tengo que recordarle a Dios que me brinde fe para continuar adelante, que me permita ser humilde y grande de espíritu para poder perdonar las ofensas y solicitar que me perdonen por las que haya cometido; le solicito paciencia para poder comprender y para poder esperar, no todo en la vida se logra de inmediato, no es sencillo esperar porque las necesidades son vitales y nos hacen peligrar en la paciencia; quiero que me permita tener voluntad para que no decaiga, para que no enferme, para que no me destruya, para que no desespere, para que no me irrite, no es sencillo tener todo el día una buena razón para vivir, cuando no sabemos que la mejor razón es que vivimos… le solicito al creador que me brinde fuerza para levantarme si estoy caído o por caer; que me permita amar para poder dar con mucho amor a los que quiero y a los que lo necesitan, que me permita dejar de depender y dejar de ser egoísta, permitirme que pueda soltar lo que tenemos de bienes para servir a los demás, que me de por favor, lo que necesito y no lo que quiero…

Le pido que me permita ser mejor con mi compañera y que me permita auxiliarla en su necesidades y amarla en lo que hace, agradecerle su compañía y poder estar al lado uno del otro con paciencia y con sinceridad; le pido a Dios que me permita ser un poco mejor con mis hijos cada día y ser un buen ejemplo, decirles cosas agradables, tiernas, hermosas, bonitas, complacer sus intenciones y sus emociones, ayudarles a crecer y permitirles ser con alas largas de libertad y raíces profundas en el amor y la familia; que pueda ser mejor amigo de mis amigos y que tenga fuerza para soportar los golpes de la vida que de vez en cuando se reciben y, sobre todo, que pueda gozar de la paz y de que la misma pueda ser compartida con los demás, que la tranquilidad y la seguridad sean para todos y que todos podamos tener un trabajo con el que crecer y creer, con el que gozar y gustar, con el que mantenernos con alegría y con honestidad…y bueno, entenderme a mí mismo y poder estar en paz y en silencio cuando sea necesario para poder sentir la alegría de vivir y de convivir…Así, cada día, le doy gracias a la vida por todas las bendiciones que diariamente nos permite tener, por todo lo que tenemos y que nos ha sido dado. Le doy gracias por iluminarme y por permitir que pueda continuar entendiendo la vida y su proceso, que me siga admirando de la grandiosidad que tenemos en el mundo y en el Universo, en todo lo simple y pequeño y en todo lo grandioso y majestuoso, la admiración es parte de la vida y por lo que hay que vivir… gracias por las sonrisas y por las lágrimas, por las alegrías y los placeres, por las emociones y por todo lo que vamos pasando, porque así es como en verdad entendemos la razón por la que estamos en el mundo, para crecer y trascender, para alegrarnos de estar y de vivir y, claro, para entender que todo termina y tenemos que saber el bien morir…

Hay días de frustración y de fracasos, hay días en que no entendemos lo que sucede porque no pensamos en que son las lecciones que requerimos para entender mejor lo que sucederá. Hay días en que se pierden a los seres queridos o a los amigos tan queridos, porque se termina su tiempo y hay que entender que el tiempo es limitado para que podamos ser y dejar ser a los demás. Por supuesto que todos queremos que no suceda la pérdida, ni la muerte o se produzca la separación o se dejen las cosas en el olvido, así hay cosas y hechos que no se pueden cambiar y tenemos que tener resignación, no todo es permanente, todo cambia…así que la ansiedad es vital para algunos y no saben vivir en la alegría y en la luz que deja la vida, la oscuridad es odio y frialdad, por esas razones, dejemos de lamentarnos para ocuparnos, para dar y no esperar que todo lo debemos de recibir, hay que construir para tener y poder brindar a los demás algo que sea el producto de nuestro esfuerzo y de nuestra intención, no es obligación, es la buena intención lo que cuenta, porque es lo que deja un sentido de alegría y de bienestar…o cuando menos, gozar de la resignación, porque no hay de otra…la realidad no es terrible, es la forma en que la observamos y atendemos lo que la hace terrible y dura, difícil, trágica, pero hay formas en que podemos confrontarla con mejor óptica y poder sobrevivir para vivir mejor. Por ello, pedimos que tomemos conciencia y veamos la realidad con la visión de cambio y con la misión del cambio, para crecer y creer…para fortalecernos interiormente y en el cuerpo y el alma, en un espíritu justiciero y bueno…