sábado, 15 de mayo de 2010

Maestros dignos y leales con su patria

Doña Clementina Lemus Ruíz y don Homero Campos Beltrán fueron mis padres y ellos estaban orgullosos de ser maestros; se iniciaron en el magisterio en los tiempos del General Lázaro Cárdenas y fueron el pilar para establecer un México Nuevo, donde la justicia social comenzaba a rendir frutos y a hacerse los repartos agrarios que, con todas sus equivocaciones, no se podrá negar que generó el resorte del desarrollo comercial e industrial del país. En aquellos tiempos, cuando se obliga a la expropiación petrolera, donde independientemente que esta solamente benefició a los norteamericanos, porque les despeja el territorio de ingleses y de holandeses que eran los que explotaban los mantos más productivos del país, obligaba a que los propios mexicanos entendiéramos el verdadero significado del nacionalismo y de la soberanía, pero sobre todo, de que éramos capaces de generar y sostener nuestras fuentes de empleo y explotar, para nuestro beneficio, los recursos naturales que hoy se les dan a explotar a las empresas extranjeras y a los grandes capitalistas que solamente saquean los recursos y se enriquecen sin dejar parte de esa riqueza en beneficio de las mayorías.
 
Los maestros fueron, sin duda alguna, la fuerza popular que, al lado del ejército mexicano, con un espíritu nacionalista y de servicio social, emprendieron la gran tarea de la alfabetización ya que para el desarrollo y la estabilidad de un país se requiere un pueblo educado, sano, unido, con criterios adecuados y  que entienda que, la justicia social, es un derecho y no una dávida, como lo han querido mostrar los políticos en el país. El derecho a la educación, a la libertad de expresión, manifestación, salud, diversiones, vivienda, son básicos para que cualquier país pueda desarrollarse en forma adecuada y para que sostenga los pilares de la organización social y partidista y no se dejen manipular por los arribistas políticos o por los “zopilotes pelones” que, ensotanados, buscan por medio de sus “sicarios del silencio”, reprimir la comunicación y el conocimiento de la realidad en nuestro país.
 
Los maestros, tenemos que reconocerlo, han sido un sector social de gran importancia para que tengamos el México que hoy podemos tener, independientemente de los graves problemas que confrontamos y de las enormes carencias que sufren más de la mitad de los mexicanos sumidos en la extrema pobreza, la explotación, marginación y violencia. Por desgracia, las organizaciones sindicales se fueron deformando y pervirtiendo, gracias a la manipulación de los políticos y funcionarios que, por este medio, controlaron y controlan a grandes sectores del magisterio a los que someten a una explotación terrible y a una represión increíble, porque tenemos que entender que la libre organización es vital para generar las organizaciones sindicales con fuerza y visión, de otra forma, cuando un grupito de “dirigentes” es el que manipula y usufructúa los grandes recursos financieros del sindicalismo y, por medio de fuerza, impone a directores, personal administrativo, establece los lugares donde se abren nuevas plazas, determina por medio de la manipulación, el compadrazgo y la corrupción, a quién se les basifica o quién se manda o cambia de lugar, se pervierten las bases y los fines de la dirigencia sindical y, esto, es lo que ha sucedido en la organización sindical del magisterio y, tanto el charrismo sufre esos males, como en muchos lugares del llamado sindicalismo “independiente”, porque les ha sucedido lo que a los panistas, comenzaron su lucha gremial denunciando los fraudes y represión del charrismo y, al paso del tiempo, en muchos lugares, imponen los mismo métodos represivos, corruptos y de manipulación en contra de sus afiliados…
 
Si bien dicen que los extremos se juntan y esto lo vemos hoy por hoy con los llamados grupos de “alianzas” que, solamente, tienen como finalidad el poder, para las transas. No es posible que nos digan que los conceptos y la ideología de la “izquierda”, aclarando que sería una izquierda digna y no la oportunista y arribista que hoy vemos en el poder, tienen la misma forma de pensar que la ultraderecha “yunquista” que se manifiesta con César, “el pequeño, Nava o que, los “convergentes”, que salen de las filas del priísmo, tienen objetivos iguales a los “izquierdistas” o a los yunquistas del panismo. La realidad es que todo se reduce al poder, al oportunismo y al arribismo para continuar con los saqueos, la explotación, la manipulación y el robo de los fondos públicos, al hacer transas y negocios al amparo del “poder,” no para servir, sino, para joder…
 
Que no se confundan, no hablamos de los maestros y del magisterio con la oscura finalidad de desprestigiar a sus dirigentes, sino para que los que nos lean conozcan nuestra forma de pensar y, tal vez, para aclarar algo sus propias ideas sobre el tema. Esta es una de las grandes lecciones que nos dejaron en la vida dos grandes maestros, que fueron nuestros padres, su conducta digna, leal y honesta, con ese amplio espíritu de servicio y vocación para educar y dar algo de lo mucho que recibieron en la escuela financiada y apoyada por el pueblo mexicano. Por esa razón estamos del lado del magisterio revolucionario, del magisterio en lucha y que tiene como objetivo luchar por la justicia social y el nacionalismo mexicano. Que tengan un gran día con el agradecimiento de sus alumnos y padres de familia. México, les debe mucho…

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