miércoles, 4 de marzo de 2009

Las pandillas urbanas

EN LA FRONTERA TAMAULIPECA, circula un chiste de niños en las escuelas: “Una maestra les dice a sus niños de cuarto año que los alumnos que empiecen sus apellidos con las letras de la a A la M se deben sentar en las filas del lado derecho, los niños cuyos apellidos empiecen de la letra N a la Y se deben sentar del lado izquierdo. De pronto, una manita de un niño se levanta y le pregunta a la maestra: y los que tenemos el apellido que empieza con la letra Z, en ¿qué fila nos sentamos?. Inmediatamente, la maestra, le contesta: “los ZETAS, se pueden sentar en donde les venga su chingada gana, no les repliquen ni les digan que no”. Hoy, las cosas se complicarán políticamente, sobre todo, cuando en las rifas del IFE para integrar las casillas electorales, ha salido premiada la letra Z y esto querrá decir que: pueden hacer lo que les venga su chingada gana y ni quién se les ponga al tiro o a los tiros…

En la sección Sociedad, Cultura y Tecnología, editada por el diario El Universal, del día 2 de marzo, aparece un extraordinario reportaje firmado por Salvador Frausto Crotte, sobre LAS PANDILLAS DE NUEVO LEÓN. “En el área metropolitana de Monterrey hay unas mil 600 bandas urbanas, veinte de las cuales están involucradas en el narcomenudeo. La policía local. En vez de combatir a los grupos ligados a “Los Zetas”, extorsionan a los jóvenes, los golpean e incluso les venden armas”.

“El cácher acaba de salir del hospital, donde pasó un mes de infierno luego de que durante una pelea con unja banda rival, le perforaron varias veces el abdomen con un picahielos. “Me ha llovido. Estoy sin dientes, todo cicatrizado, de puras broncas. Lo de los dientes fue de una pedrada en seco, y no supe ni quién. Nomás por andar tirando piedras, por sentirme el mero”, dice.

“Su pandilla, LOS CHIFLADOS de la Gloria Mendiola, una colonia del norte de Monterrey, es considerada por la policía local como una de las más peligrosas de la región, y él, hasta hace poco, era uno de los muchachos más bravos del grupo que se reúne en las calles de este paupérrimo barrio tapizado de graffitis, donde además destaca, a la sombra de un árbol, la foto de “EL MECHAS”, UN JÓVEN DE 24 AÑOS QUE FUE ASESINADO HACE ALGUNAS SEMANAS, LUEGO DE UNA RIÑA EN LA QUE “El Emilio” le pegó un tiro.”

“La acción de este chavo, quien ahora está en la cárcel, es todo un tema por estos días: unos dicen que los familiares de EL MECHAS ESPERARÁN A QUE EL INTEGRANTE DE LA BANDA DE los chiflados salga de prisión para aplicar la ley del ojo por ojo, diente por diente; otros aseguran que los que no pueden dormir son los policías que capturaron al muchacho que se hizo querer de muchos porque, afirman, era un “gran camarada” y un “estupendo fotógrafo”.

“La muerte del amigo y las heridas en carne propia parecen haber provocado una reacción en EL CÁCHER, de 25 años, quien ingresó a LOS CHIUFLADOS a los 12. “Ahora traigo un rollo más calmado porque ya viví, ya sé cómo está el rollo. Varias veces me corrieron de mi cantón. Tuve bastantes problemas con mi familia. Para qué te digo que no, todavía me junto con la banda, les sigo hablando, pero si ya viene una pelea mejor me orillo. Estoy con la banda pero puro convivio, puro blanco, nada de negro”…
-¿Ahora qué haces? ¿Estudias, trabajas?
- Pues ahorita tengo una lesión y no puedo trabajar, pero trabajé y estudié hasta la primaria nada más”.

“UN MUCHACHO DE 18 AÑOS QUE ESTÁ JUNTO A El Cácher INTERVIENE EN LA CONVERSACIÓN: “Yo estudié hasta la secundaria”.
-¿A qué te dedicas’.
-A ROBAR Y TRABAJAR, PARA CONSEGUIR PARA LA DROGA Y PARA COMER TAMBIÉN” En realidad, es uno de los mejores trabajos que he leído sobre un tema tan difícil de tratar como es este conflicto social que se genera en miles de calles y en cientos de colonias populares, las inmensas mayorías que abandonadas, silenciosas en un tiempo, domesticadas por muchos organismos políticos y sociales, de pronto, despiertan y, en la frustración y el resentimiento, se convierten en bandas que luchan primero entre sí, después establecen las relaciones en zonas distintas porque la miseria y el desempleo los obliga a emigrar y, posteriormente, como son de ley y valientes en las broncas, pues caen en manos de la delincuencia organizada de tal forma que se convierten en fenómenos como los grupos de las MARAS SALVATRUCHAS que siendo primero emigrados en las zonas empobrecidas del extranjero, posteriormente, se convierten en los grupos de las bases guerrilleras.
Si recorremos las calles de esas colonias, de esas zonas de desastre, de miseria, de marginación, de frustración y resentimiento social tenemos que reflexionar que falta poco para que, desde esas zonas, se inicien las guerrillas urbanas y dentro de este contexto se generalicen las confrontaciones armadas en muchas zonas de las ciudades. Si vamos por las calles de las colonias populares no solamente veremos la inactividad del gobierno y de los políticos donde no hacen jamás una obra pública ni brindan atención social que se merecen esas familias o aseguran los niveles de seguridad que se requieren en las zonas que son gobernadas realmente por las mafias y las bandas. Hoy, también podemos ver en muchas zonas del Sur, Centro o Norte del país los graffitis de las Maras en el M13 o las consignas donde copian las frases de Guatemala, El Salvador, Honduras, Nicaragua o Venezuela hablando de la revolución social y de que el gobierno es un gobierno represor y corrupto, sin credibilidad y que engaña a los ciudadanos, hablan de que es mejor actuar que participar en los procesos electorales y por este camino estamos viendo que se desarrollan las acciones de miles de jóvenes que ya no creen en nada y buscan soluciones a cualquier nivel, incluso, al costo de su vida o de la violencia que todos los días la viven de gratis, sin objetivos, sin razones y sin esperanzas.

Ya vemos cómo se empiezan a robar los alimentos y se llevan a la venta a los mercados del infeliciaje y, para ser claros, ahora, también vemos el robo de medicamentos en las farmacias o en los transportes que llevan esos productos, los golpes que se dan a los almacenes del ISSSTE o del Seguro Social son grandes robos de medicamentos, tanto los controlados como los normales, total, como podemos ver y leer en muchos reportajes, las clases medias son las que compran esos productos porque ya ni a ese nivel se cuentan con recursos para comprar los medicamentos que ordenan los médicos, por eso recordarán que hace unos días, en esta columna, platicábamos de que unos compadres hablaban de que uno de ellos había establecido contacto con una gente que le vende los medicamentos a menor precio que en las farmacias y uno de ellos le preguntaba si este señor, era farmacéutico, a lo que le respondía el otro: “No, es ratero, pero es el que me los consigue a menor precio que en las farmacias”. Así que las clases medias consumen productos piratas y de los mercados sobre ruedas, aunque sean chafas o tengan las etiquetas de que son de marca, total, todos lo hacen y con eso están a la moda o bien, compran los medicamentos robados, a menor precio, pero las películas se ven ya en todas las casas aunque sean piratas, total, es mejor que no comer palomitas… en el infeliciaje le vamos a todas, piratas o no piratas, pero que cuesten menos.

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