martes, 17 de marzo de 2009

Violaciones a derechos y garantías

Hace unos días escribí un artículo sobre el robo, el tráfico y la explotación de miles de niños en nuestro país. Varios lectores nos comentaban que en México hay miles de niños desaparecidos o que han sido robados a sus padres y a pesar de todas las denuncias y esfuerzos personales que realizan sus familiares no hay resultados en las investigaciones y solamente han recibido el trato burocrático, ineficiente, deshumanizado y frío que acostumbran los policías y los ministerios públicos que pretenden que les den recursos esas familias, dizque para continuar con las investigaciones ya que, de otra manera, alegan, que tienen muchas investigaciones y muchos casos que resolver, muchas órdenes de presentación o detención que deben cumplir y, en ese juego de ineficiencias y corruptelas, miles de familias viven con la angustia y el dolor de sus hijos e hijas desaparecidas, buscando en cada calle o en cada niño que ven en las mismas, ocurriendo a todas las llamadas que les hacen los ciudadanos que, por alguna razón, se han enterado del asunto, para investigar por su cuenta el paradero de sus hijos y, en este terror, también, se consumen las historias más negras y duras de una realidad cotidiana, donde se habla de niños que son deformados, enceguecidos, mutilados, robados sus órganos para los trafiques, explotados en la calle para que pidan limosna o para que sean utilizados y violados en la explotación sexual infantil.

Mientras todo esto sucede, las autoridades, insensibles, nos hablan de otros problemas y de otras cosas que solo persiguen los reflectores de la publicidad y no dudamos que, en el caso de los niños y niñas desaparecidas, robados y explotados, existe toda una red de corruptelas que llega a los niveles más altos de las autoridades de la “inseguridad pública”. Lo mismo sucede con los secuestros de los familiares y de los niños y jóvenes que se hacen cada vez más constantes ya que, desde las mismas escuelas, se tejen las redes para el secuestro que siempre se dan al tipo de secuestros exprés, es decir, se solicitan rescates menores en dinero, asegurándose que los familiares pueden cubrir, en poco tiempo, el mismo y ellos, no corran riesgos para que en la desesperación y el terror de los padres, se hagan las denuncias, así, ellos, garantizan las no denuncias y reciben pronto los rescates por esos niños. Es impresionante que las autoridades y los policías argumenten que no se hacen las denuncias de esos hechos criminales y dicen que, por esas razones, no se puede combatir al crimen, pero resulta que cuando se hacen las denuncias, en pocos minutos, los delincuentes conocen de la misma y ellos se encargan de avisar por teléfono a las víctimas de que conocen sobre la denuncia y amenazan con asesinar o mutilar a los rehenes o bien, aumentan el precio del rescate y, esto, solamente demuestra que esos delincuentes están en estrecha relación y complicidad con las policías y las autoridades de la “inseguridad” y es, por esa razón, por la que nadie se atreve a denunciar este tipo de actos.

Es impresionante que cuando los funcionarios y policías de la “inseguridad pública” se reúnen en sus costosas juntas de “trabajo”, solo quedan en discursos y en la publicidad política y las declaraciones sin sentido, es decir, sin pies ni cabeza, que hacen ante los medios de comunicación” y, para colmo de su tontería, también, en el afán de encontrar justificaciones a su ineficiencia, dicen, que los responsables de que el delito aumente, son los medios y los periodistas ya que no “colaboran” para decir lo que los policías quieren decir o hacernos creer sobre sus investigaciones y claro está que, ante la impunidad y la prepotencia que manejan, les molesta cualquier elemento que les vigile o les denuncie sobre las trácalas, transas, corruptelas, ineficiencias y complicidades que hacen funcionarios y policías que solo saben reprimir o violentar derechos y garantías de los mexicanos.

La inseguridad es real a los niveles más sencillos, pero los que en verdad nos preocupan a todos son: los crímenes, los robos de vehículos, los de casas habitación, los de los ciudadanos, las violaciones, los asesinatos, el secuestro, el tráfico de influencias, la prepotencia y la impunidad de los policías y funcionarios de seguridad que ahora atropellan, roban, acusan y asesinan a los ciudadanos, con o sin motivo, porque tienen como pretexto de que vuelcan la culpa a los narcotraficantes o a los miembros del crimen organizado, cuando los ciudadanos sufrimos mucho más por esos atropellos, violaciones a nuestros derechos, garantías y, sobre todo, por la falta de defensa que tenemos ante los prepotentes funcionarios de la “inseguridad pública” y los policías que, ahora, tienen patente de impunidad y de prepotencia en contra de los ciudadanos y no contra los delincuentes. Es más, muchos de los graves atropellos, robos, secuestros y asesinatos que se cometen diariamente ,son realizados por policías y funcionarios de la “inseguridad pública” y éstos dicen que son provocados por los delincuentes y, con ello, generan la confusión y garantizan la impunidad con la que actúan, como verdaderos criminales de las nuevas “brigadas Blancas” de la represión generalizada en todo el país.

Así es vergonzoso saber que se han gastado recursos multimillonarios, adicionales, para fortalecer a los cuerpos de policía y a los especiales paramilitares que en vez de servir a la sociedad, son los que han generalizado los atropellos y violaciones a los derecho y garantías constitucionales, como si viviéramos en un estado dictatorial, de “sitio” o de guerra, donde los derechos y las garantías se suspenden y se privilegia la represión indiscriminada en contra de inocentes o de culpables, con la misma brutalidad y violencia que vemos todos los días en las calles y las zonas marginadas de las ciudades. Por esa razón, en muchos sitios, los marginados y los pobres, prefieren brindar apoyos a los grupos de la delincuencia organizada, porque les ven como los “Robin Hood” que les protegen y les brindan justicia que les son negadas y arrebatadas por los policías, los funcionarios, los políticos y el gobierno, con la política represiva y no preventiva que debe adoptar, para garantizar la seguridad que se ha perdido gracias a la ineficiencia, complicidad y corruptelas de los funcionarios, policías y políticos que, ahora, aumentan los gastos presupuestales, solamente para fortalecer a sus equipos represivos contra la sociedad.

No hay comentarios: