martes, 31 de marzo de 2009

El negocio de los penales



Muchos analistas sostienen que el número de encarcelados en el país demuestra que las autoridades realmente están realizando su trabajo en materia de seguridad, pero lo triste es que este aumento, es muestra real que no tenemos una política ligada socialmente a sostener la seguridad y que el aumento en el número de detenidos, solamente, genera mayor malestar en contra de las autoridades porque miles de familias sufren vejaciones en los penales por parte de custodios y autoridades, sufren la corrupción y la explotación que realizan abogados y empleados de jueces, cuando solicitan, para todo trámite, dinero, con buena o mala intención y sabemos de miles de familias que han dejado su patrimonio ante las acusaciones injustas, muchas de ellas, en contra de sus familiares o bien por imputaciones que les hacen las autoridades con el fin de eliminar la presión social sobre un tema específico, sobre todo, cuando se trata de presentar culpables a como de lugar, para calmar el escándalo social.

En la actualidad, existen 222 mil 073 presos en las penitencerías del país, es decir, más de 222 mil familias tienen a un familiar en las prisiones y cosa extraña, los encargados del sistema penitenciario nacional, solamente hablan de los problemas que les causa el sobre cupo en las prisiones, pero jamás hablan de las transas, complicidades y corruptelas que hacen de la administración de los penales el gran negocio con los funcionarios y los presos que son encargados del control real de la población, gracias a los mecanismos de autogobierno que se generan o por la protección oficial que se brinda a un grupo que es el que se encarga de cobrar en los penales.

Para poder estar en mejores condiciones para recibir visitas se tienen que dar cuotas a un grupo de presos que están ligados en el negocio con autoridades y funcionarios de los penales, para que los presos puedan compartir una celda donde casi caben todos a la hora de dormir y no les violen, los golpeen o los roben, deben de pagar cuotas, para recibir una alimentación más sana y especial deben de pagar por ello, para evitar hacer las fajinas o los demás servicios como lavar los baños y barrer los espacios del penal tienen que dar sus cuotas, para tener ropa limpia igualmente, para poder recibir visitas con seguridad y que no sean vejadas, robadas o violadas deben pagar por esa protección, para poder hablar por teléfono deben de dar un dinero, para recibir atención médica igual, para estar en condiciones de recibir visitas conyugales tienen que dar unas grandes cuotas y así es todo este enorme negocio que significa explotar a miles de presos en todo el país

Cuando se depende de las drogas, ya nos podemos imaginar las tragedias que esto genera sobre todo en los gastos que tienen que realizar los familiares para que el preso tenga las mismas o para que las pueda comprar, ya que en todos los penales, digan lo que digan las autoridades, existe este negocio que es controlado y alentado por los mismos funcionarios y custodios al lado de un grupo de presos que son los que “dan cara” por cualquier bronca que se genere si son descubiertos. Esto mismo sucede en el gran tráfico de bebidas embriagantes o en la protección o en el comercio de la prostitución femenil o de hombres que se produce con impunidad en esos espacios.

Claro que ahora, los funcionarios y políticos que controlan esos espacios de negocios, nos dicen que se deben construir más penales y que para ello, se deben dar mayores presupuestos para hacerlos y nadie hace un análisis de los costos políticos y sociales que en verdad pagan miles de familias en este proceso, donde sus familiares sufren de infinidad de tratos que se deben de aceptar a cambio de mantener su seguridad o de ser violado, golpeado, robado o asesinado en cada penal.

Los encargados de los penales en el país nos hablan de que ahora están expuestos a que muchos de ellos tienen o sufren de acciones de los grupos criminales que en bandas ingresan a los penales para rescatar o liberar a otros reos o ingresan por la fuerza para sacar a sus enemigos y desparecerlos y que ellos conocen de que por varios mecanismos de complicidades y de corruptelas con las autoridades judiciales podrán salir libres de prisión, porque en este país, no se vende la justicia sino que se comercializa con la injusticia. Así que en este camino no se podrá negar que las posibilidades de hacer negocios tienen muchas facilidades y es por ello que los funcionarios, políticos y empresarios que tienen esas componendas y ligas en dichos negocios, están totalmente atentos para que los escándalos periodísticos no estallen y se conozca mucho más de todo lo que significa este inmenso negocio que, por ejemplo, nosotros tratamos en un libro de próxima publicación sobre el tema, lo que sucede es que estamos buscando una forma editorial que sea accesible a todos los bolsillos sobre todo de los familiares y presos en el país ya que ellos tendrán la oportunidad de incrementar, con sus historias y comentarios, el conocimiento del tema y poder dar a conocer algunas cosas que en dicha investigación se nos han perdido o no sabíamos.

Existen verdaderas historias de terror y de horror en los penales y por supuesto que ninguna autoridad nos podrá decir que existe alguna política ligada a la rehabilitación e integración de los presos a la sociedad, no conocen ni les interesa conocer la realidad de sus familias y de la forma en que las mismas pueden operar en esa relación para la integración social y la rehabilitación de los detenidos, nadie les dice la forma en que miles de presos son abandonados por todos sus familiares, cuando al paso de los años no tienen ya ningún dinero ni forma de financiar los largos y costosos procesos judiciales, nadie les permite operar para que los presos estén más cercanos a sus familias y que están a cientos de kilómetros alejadas de sus familiares, ninguna autoridad tiene interés en saber las condiciones en las que sobreviven miles de familias, las difíciles condiciones y el rechazo social que sufren los hijos que van a las escuelas o en la forma que la desintegración familiar se produce ya que, muchas madres, son obligadas a caer en la prostitución o en el abandono de sus hijos en manos de terceras personas, ningún funcionario o político toma en cuenta las condiciones de explotación a los que son sometidos los presos y sus familias y las duras condiciones que imponen los abogados defensores o las transas que éstos realizan alegando que para poder continuar con los procesos deben de dar ciertas cantidades a los funcionarios judiciales o bien, la forma en que muchas familias pierden sus patrimonios a manos de los propios abogados o de los “coyotes” que realizan ese trabajo sucio. Nadie sabe de que, cuando las mujeres jóvenes les gustan a funcionarios, a policías o a abogados, tienen que dar sus cuerpos para que sus familiares no sufran en la prisión o sean cumplidas las amenazas por esos degenerados…

En fin, como muchas cosas en el país, solamente escuchamos discursos y en esos discursos, muchos intereses se muestran ocultos y es por ello que no tenemos la duda de que cuando se habla de las difíciles condiciones en las que sobreviven miles de presos en México, nadie trata de las duras condiciones en las que sobreviven las miles de familias de esos presos y de todas las tragedias que se generan con la detención de miles de ellos en forma justa o injusta, como vemos cada día pasa en este país, donde los policías son los que ahora dictan las condiciones de injusticia no de justicia y donde todo nos indica que vivemos en una país paramilitar y donde la policía es la que maneja el entorno social, económico y político que sostienen al gobierno y no es el gobierno y sus mandatarios los que marcan la pauta de la aplicación de la justicia en el país y, mientras los policías, los políticos y los funcionarios hacen negocios multimillonarios, miles de familias sufren de verdad…. Y esto lleva a la desesperación y la violencia.


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