“LA VERDAD QUE LIBERA A LOS HUMANOS SUELE SER LA QUE NO QUIEREN OÍR”
AUTOR DESCONOCIDO.
Todos los días me encuentro en las escuelas, en las casas,
en las calles a niños que están en un enorme estrés, acosados por la violencia
ya sea de los amigos en el barrio, en las casas aplicada por los padres o por
los hermanos, en las escuelas por los compañeros o por los mismos maestros, esa
violencia genera niños y adolecentes resentidos, miedosos, cobardes, violentos y
así, se habla del “bullying”, que no es otra cosa que la violencia y el acoso a
los niños indefensos por muchos caminos. Hoy, existe el acoso y la violencia
verbal o real, por medio de los teléfonos, de las redes sociales, del internet,
en fin, la violencia como manifestación de fuerza de parte de un grupo para
destruir a los más débiles o para generarles problemas y conflictos a los que
les caen mal o a los que tienen envidia, es una situación común en todo el país
que ha generado muertes, porque muchos niños se suicidan, no por desilusiones
amorosas, sino porque no soportan los acosos violentos que se provocan por este
fenómeno del “Bullying”.
No hay razón para que los propios niños acosen y destruyan a
otros niños, si no es por medio del ejemplo que reciben de muchos lados, de su
casa cuando existe una situación de conflicto y de violencia en los hogares,
cuando la pobreza lleva a la desesperación y con ella al miedo y del miedo a la
violencia intrafamiliar. En las escuelas sucede lo mismo cuando los maestros no
saben operar este fenómeno o lo ven, simplemente, como cosas de chamacos y de
vacile entre ellos, cuando la violencia y el acoso destruye a muchos niños por
lo que, ellos, al no sentirse ni amados ni apoyado, marginados por la violencia
de sus propios compañeros, prefieren dejar la escuela o unirse a bandas más
violentas para desquitarse de la violencia que sufren o sufrieron y así, se
genera un sistema violento del que muchos hablan pero que nadie lo pretende ni
siquiera entender ni resolver. Así, en las propias redes sociales, se ven
manifestaciones de desprecio o de acoso y violencia en contra de otros niños que
prefieren callar y sufren de tal manera que llegan al extremo de la violencia
real o del suicidio, como lo vemos en muchos casos donce las autoridades
simplemente dicen es por depresión o por desilusiones amorosas, cuando no llegan
a investigar que muchos de esos niños o niñas se matan porque no soportan más
las violaciones y la violencia que se hace en su contra la mayoría de las veces
por parientes cercanos a ellos o por sus padrastros o por las madrastras o por
los tíos o los parientes de los padres y, como nadie investiga ni nadie escucha
a esos niños, pues prefieren optar por la puerta falsa y se matan, pero ellos no
se matan, los matan todos aquellos que han contribuido al acoso y la violencia
en su contra… por esa razón y otras más, nadie investiga el fenómeno y nadie le
pone un freno a este terrible problema que es general y afecta a miles de niños
y de jóvenes, aún de adultos en sus propios hogares y empleos…por eso, nadie
quiere escuchar…
HAY MILES DE NIÑOS Y NIÑAS, DE JOVENCITAS Y JOVENCITOS que
no solamente están acosados por la violencia y la explotación, sino que, además,
son explotados por bandas especializadas en la explotación y violencia sexual
que los van induciendo a la dependencia en las drogas y les destruyen su
autoestima para poderles explotar y esclavizar. Se habla de la “trata” y no se
define que es una violencia, un delito, una explotación y una sumisión para
esclavizar y esto, es una gran traición y una violación a todos los derechos y
garantías que debe ser castigada, investigada y controlada por la autoridad,
pero lo grave es que en esas redes de explotación sexual, donde los padrotes y
madrotas son las tiranas que esclavizan a esos seres humanos, reciben la
protección y la impunidad por las propias autoridades que deben de combatirlas y
destruirlas, cuando por medio de la complicidad y las corruptelas se hacen
socios y cómplices de esos criminales, mientras miles y miles de seres humanos
son esclavizados y destruidos, asesinados, por delincuentes que no reciben
ningún castigo porque con su dinero, el dinero de la explotación de seres
humanos, pagan la protección de políticos, funcionarios y policías.
En muchas escuelas, aún las de nivel profesional, se conocen
de casos donde los maestros reprimen a los alumnos para explotarles y
esclavizarles de idéntica manera, cuando los reprueban injustamente y les cobran
para pasar la materia ya sea en dinero, en bebidas, comidas o en “cuerpomático”,
de esto, hay muchas muestras en la Universidad no solo la oficial sino muchas
privadas, donde por este mecanismo obligan a brindar el cuerpo a maestros o
alumnos para pasar algunas materias y cuando esto es conocido, simplemente se
niega con el argumento de que no se debe “desprestigiar a la institución o de
que la ropa sucia se lava en casa” y así, maestros, autoridades, empleados,
alumnos, se convierten en cómplices de este tipo de bullying, de acoso y de
violencia que marca de por vida a miles de profesionistas que hacen lo mismo en
sus casas, como un acto de venganza o de desquite y así, en vez de tener una
sociedad más sana tenemos una sociedad corrupta, complaciente, violenta,
destructora y resentida.
Muchos niños ante la miseria, el desempleo, la marginación
que les margina y explota, prefieren salir de sus casas a la calle y ahí se
juntan en pequeñas bandas que van aumentando la violencia real y la dependencia
a las drogas, la explotación sexual y la brutalidad que lleva a mayor violencia
y a integrar los grupos de sicarios, menores de edad, que son un azote en muchas
regiones y comunidades.
Las policías, solamente quieren resolver este tipo de males
sociales por medio de la represión y la violencia y protegen a los grupos
dirigentes convirtiéndose en socios o cómplices de los propios delincuentes o
bien, encabezando sus acciones para mantener la impunidad, en fin, el círculo
vicioso de la pobreza, la violencia, la marginación, la drogadicción y el
deterioro del tejido social es difícil de romper, más cuando los que deben
actuar para controlarle o eliminarle, no saben qué enfrentan o simplemente les
importa un rábano, porque ellos son parte de esa degeneración social de la que
sacan ganancias y logran mantener su poder e impunidad. Así es que en las
familias se debe entender el fenómeno que sufrimos, los maestros deben actuar en
su nivel, la autoridad debe aplicar las sanciones y controlar a los grupos
deformados para que no contaminen más a otro grupos, se debe combatir la
pobreza, la marginación, el desempleo, debemos garantizar a los jóvenes caminos
a un mejor desarrollo y alentarles a su mejor preparación y capacitación, de
otra forma, cuando los grupos violentos se desfasen como sucede en muchos
sitios, no tendremos grupos especializados en la seguridad capaces de
controlarles y someterles, así, la violencia será la tónica para los que tengan
el poder y sometan a la sociedad a su explotación y esclavitud, como ya la
vivimos en muchas comunidades y ciudades marginadas, donde la “autoridad” es la
delincuencia y no la sociedad.
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