“LA PAZ NO SIGNIFICA LO CONTRARIO DE LA GUERRA. PODEMOS
TENER PAZ EN EL CORAZÓN EN MEDIO DE LAS BATALLAS MÁS FEROCES, PORQUE ESTAMOS
LUCHANDO POR NUESTROS SUEÑOS.
CUANDO TODOS LOS DEMÁS HAN PERDIDO YA LA ESPERANZA, LA
PAZ DEL BUEN COMBATE NOS AYUDA A SEGUIR ADELANTE”
PAULO COELHO.
He leído muchos
libros en mi vida, muchos han pasado sin más, nos dejan lo poco que deben dejar,
otros, han impactado mucho mi forma de pensar, de ver el mundo y la vida, de
estar. Cuando llegamos a Lecumberri, esa terrible cárcel de los tiempos del
porfiriato, donde caímos cientos de jóvenes por las movilizaciones de 1968,
después de la traición, la represión y matanza realizada por los políticos
confrontadnos en la sucesión presidencial, traicionando los acuerdos para
iniciar las negociaciones. Fuimos a Tlaltelolco con el fin de desarrollar una
asamblea informativa donde se avisaba a los estudiantes en paro nacional que
iniciábamos las negociaciones con el gobierno, que se establecerían las
comisiones para la discusión de los seis puntos del Pliego Petitorio y que
regresábamos a las aulas y permitiríamos el desarrollo de la Olimpiadas en
México, porque se nos acusaba de que todo el movimiento estaba dirigido por
comunistas que pretendían no solo tomar el poder en el país sino, también,
evitar y boicotear las olimpiadas. Así que iniciadas las primares negociaciones
para el desarrollo con los enviados del gobierno y del presidente, Jorge de la
Vega Domínguez y Andrés Caso, ocurrimos con la paz y la alegría a esa reunión en
Tlaltelolco… y ,la sorpresa fue que, de inmediato, empezó la matanza encabezada
por aquel famoso “Batallón Olimpia” y jamás se realizaron las investigaciones.
Simplemente se dio carpetazo y se acusó al Ejército Mexicano de la agresión
cuando en la realidad estaban las fuerzas políticas y las de policía que fueron
las que realmente ejercieron la represión y la matanza. En fin, en Lecumberri,
donde estuvimos como presos políticos por dos años ocho meses antes de salir al
exilio obligado por el mismo gobierno a Uruguay y Chile, la fuerza interna y la
paciencia, la tomamos por medio de la lectura, ahí, tuvimos tiempo para
“empacharnos” de libros, de buenas lecturas y, claro está, la soledad y el
silencio para reflexionar mucho sobre las mismas. Ahí, en Lecumberri aprendimos
a conocer a los amigos y enemigos, a los buenos y a los peores, ahí,
fortalecimos el hábito de leer, estudiar, reflexionar y orar. Lecumberri trató
de ser nuestra cárcel y, por medio de la lectura, nos liberamos y nos
convertimos en hombres alegres, felices y libres, inmensamente libres y
libertarios.
Ya les contaré
muchas cosas en el libro que estamos escribiendo José García y yo que son parte
de las memorias y de las vivencias. Pero, al tiempo, encontré unos bellos libros
escritos por un gran mexicano, por un gran hombre de bien, por un rescatista del
espíritu guerrero y de la mexicanidad: Don Antonio Velasco Piña. Tlacaélet, es
un gran libro que me obligó amar más lo mexicano, lo nuestro, de ahí leí Regina,
Los Siete Rayos, el Círculo Negro que es la visión más clara del grupo que
controló y fortaleció el poder dentro del PRI, en fin, obras llenas de pasión y
de visión. Hoy, Don Antino Velasco Piña publica el libro: “EL RETORNO DE LAS
ÁGUILAS Y LOS JAGUARES: una visión espiritual para enfrentar a la
delincuencia y el narcotráfico” de la editorial Punto de Lectura y que se
presentó el día 18 en el Alcázar del Castillo de Chapultepec.
En una entrevista
de Arturo Jiménez del diario La Jornada el día 18 de Julio, Don Antonio Velasco
Piña, señala: “Instituciones e ideologías se desploman ante nuestros ojos”… y
asegura: “El General Tomás Ángeles Dauahare es el único que ha planteado un
combate a las delincuencia con una base estratégica y, además, es un guerrero
espiritual”, por ello, en una de las hojas anexas a este libro que adquirí el
día de ayer y comencé a leer con interés por su visión espiritual y mexicana,
explica: “Agradezco la ayuda que para la colaboración de esta obra recibí del
mayor estratega de México, general Tomás Ángeles Dauahare, cuya vida es un
ejemplo de honestidad y patriotismo que no podrá ser borrado por insustanciales
calumnias” Antonio Velasco Piña 1 de Junio de 2012.
No hay duda que
los buenos hombres se ven en las peores circunstancias, en la desgracia, en la
prisión, en la violación de los derechos, en la traición, en fin, la vida nos
brinda pruebas de que independientemente de las cosas malas que puedan suceder,
siempre hay luz y acciones de hombres buenos que nos despiertan la fe, la
credibilidad y la esperanza y, esto es lo que hace Don Antonio. Muchos lo han
criticado por su cariño y amor a México y lo mexicano, a lo nuestro, a nuestras
raíces espirituales que, por supuesto, muchos, quieren que se pierdan porque es
la forma en que nos podrán someter y destruir como hombres libres y como país…
de ahí su fuerza espiritual y su gran confianza por el presente y el
futuro.
La vida me ha
demostrado que las fuerza políticas cuando se confrontan y cuando piensan que
hay peligro para su sobrevivencia y se pone en riesgo su poder o bien se pueden
descubrir sus trácalas, patrañas, robos, corruptelas e ineficiencias, se
confabulan para denostar y desprestigiar a los que consideran sus “enemigos”, no
importando que les hagan acusaciones inventadas o bien que les lleven a la
cárcel siendo inocentes o los maten para “terminar con la rabia y con el perro”,
dicen ellos. Así es la política y así actúan los políticos cuando ven que se les
puede desnudar en sus ideas y acciones… esto lo sufrimos en el 68 y, por esa
experiencia y otras más después, lo decimos con serenidad , verdad, honestidad.
En la cárcel se aprende a ser libre en verdad o en quedar atrapado en los miedos
y resentimientos, en la negación y el odio. Se aísla uno y se enconcha cuando no
tiene el valor o la capacidad para crecer espiritualmente, ahí, en
la traición, en la represión, en la soledad, es cuando se pude uno
forjar o se destruye. Por esa razón, cuando se habla de espiritualidad, de fe,
de oración, de reflexión, de perdón, mis primeros recuerdos y experiencias
reales me llevan a ese violento espacio en Lecumberri, en lo que vivimos y en
los que sufrimos y crecimos… tuvimos lágrimas y soledad es cierto, pero nos
permitió ver con limpieza lo que teníamos en el interior y no perdimos la fe ni
la confianza y, poco a poco, por medio de lecturas y vivencias, de ejemplos de
bondad y de lealtad, recuperamos lo perdido y nos construimos como hombres
nuevos. Por ello, en los tiempos actuales, lecturas de vida y
donde se alienta la espiritualidad para recuperar la confianza entre nosotros,
la fe y la credibilidad, son tan necesarias y valientes como la que hoy pone en
la lectura y reflexión, Don Antonio Velasco Piña. Léanla, vale la pena.
Socrates_campos8@yahoo.com.mx. Apoyen las colectas y acciones de la Fundación
Aurobics en apoyo a los familiares de los niños con cáncer del Hospital Civil de
Oaxaca.
No hay comentarios:
Publicar un comentario