viernes, 20 de julio de 2012

Rescate espiritual


“LA PAZ NO SIGNIFICA LO CONTRARIO DE LA GUERRA. PODEMOS TENER PAZ EN EL CORAZÓN EN MEDIO DE LAS BATALLAS MÁS FEROCES, PORQUE ESTAMOS LUCHANDO POR NUESTROS SUEÑOS.
CUANDO TODOS LOS DEMÁS HAN PERDIDO YA LA ESPERANZA, LA PAZ DEL BUEN COMBATE NOS AYUDA A SEGUIR ADELANTE”
PAULO COELHO.
         He leído muchos libros en mi vida, muchos han pasado sin más, nos dejan lo poco que deben dejar, otros, han impactado mucho mi forma de pensar, de ver el mundo y la vida, de estar. Cuando llegamos a Lecumberri, esa terrible cárcel de los tiempos del porfiriato, donde caímos cientos de jóvenes por las movilizaciones de 1968, después de la traición, la represión y matanza realizada por los políticos confrontadnos en la sucesión presidencial, traicionando los acuerdos para iniciar las negociaciones. Fuimos a Tlaltelolco con el fin de desarrollar una asamblea informativa donde se avisaba a los estudiantes en paro nacional que iniciábamos las negociaciones con el gobierno, que se establecerían las comisiones para la discusión de los seis puntos del Pliego Petitorio y que regresábamos a las aulas y permitiríamos el desarrollo de la Olimpiadas en México, porque se nos acusaba de que todo el movimiento estaba dirigido por comunistas que pretendían no solo tomar el poder en el país sino, también, evitar y boicotear las olimpiadas. Así que iniciadas las primares negociaciones para el desarrollo con los enviados del gobierno y del presidente, Jorge de la Vega Domínguez y Andrés Caso, ocurrimos con la paz y la alegría a esa reunión en Tlaltelolco… y ,la sorpresa fue que, de inmediato, empezó la matanza encabezada por aquel famoso “Batallón Olimpia” y jamás se realizaron las investigaciones. Simplemente se dio carpetazo y se acusó al Ejército Mexicano de la agresión cuando en la realidad estaban las fuerzas políticas y las de policía que fueron las que realmente ejercieron la represión y la matanza. En fin, en Lecumberri, donde estuvimos como presos políticos por dos años ocho meses antes de salir al exilio obligado por el mismo gobierno a Uruguay y Chile, la fuerza interna y la paciencia, la tomamos por medio de la lectura, ahí, tuvimos tiempo para “empacharnos” de libros, de buenas lecturas y, claro está, la soledad y el silencio para reflexionar mucho sobre las mismas. Ahí, en Lecumberri aprendimos a conocer a los amigos y enemigos, a los buenos y a los peores, ahí, fortalecimos el hábito de leer, estudiar, reflexionar y orar. Lecumberri trató de ser nuestra cárcel y, por medio de la lectura, nos liberamos y nos convertimos en hombres alegres, felices y libres, inmensamente libres y libertarios.
         Ya les contaré muchas cosas en el libro que estamos escribiendo José García y yo que son parte de las memorias y de las vivencias. Pero, al tiempo, encontré unos bellos libros escritos por un gran mexicano, por un gran hombre de bien, por un rescatista del espíritu guerrero y de la mexicanidad: Don Antonio Velasco Piña. Tlacaélet, es un gran libro que me obligó amar más lo mexicano, lo nuestro, de ahí leí Regina, Los Siete Rayos, el Círculo Negro que es la visión más clara del grupo que controló y fortaleció el poder dentro del PRI, en fin, obras llenas de pasión y de visión. Hoy, Don Antino Velasco Piña publica el libro: “EL RETORNO DE LAS ÁGUILAS Y LOS JAGUARES: una visión espiritual para enfrentar  a la delincuencia y el narcotráfico” de la editorial Punto de Lectura y que se presentó el día 18 en el Alcázar del Castillo de Chapultepec.
         En una entrevista de Arturo Jiménez del diario La Jornada el día 18 de Julio, Don Antonio Velasco Piña, señala: “Instituciones e ideologías se desploman ante nuestros ojos”… y asegura: “El General Tomás Ángeles Dauahare es el único que ha planteado un combate a las delincuencia con una base estratégica y, además, es un guerrero espiritual”, por ello, en una de las hojas anexas a este libro que adquirí el día de ayer y comencé a leer con interés por su visión espiritual y mexicana, explica: “Agradezco la ayuda que para la colaboración de esta obra recibí del mayor estratega de México, general Tomás Ángeles Dauahare, cuya vida es un ejemplo de honestidad y patriotismo que no podrá ser borrado por insustanciales calumnias” Antonio Velasco Piña 1 de Junio de 2012.
         No hay duda que los buenos hombres se ven en las peores circunstancias, en la desgracia, en la prisión, en la violación de los derechos, en la traición, en fin, la vida nos brinda pruebas de que independientemente de las cosas malas que puedan suceder, siempre hay luz y acciones de hombres buenos que nos despiertan la fe, la credibilidad y la esperanza y, esto es lo que hace Don Antonio. Muchos lo han criticado por su cariño y amor a México y lo mexicano, a lo nuestro, a nuestras raíces espirituales que, por supuesto, muchos, quieren que se pierdan porque es la forma en que nos podrán someter y destruir como hombres libres y como país… de ahí su fuerza espiritual y su gran confianza por el presente y el futuro.
         La vida me ha demostrado que las fuerza políticas cuando se confrontan y cuando piensan que hay peligro para su sobrevivencia y se pone en riesgo su poder o bien se pueden descubrir sus trácalas, patrañas, robos, corruptelas e ineficiencias, se confabulan para denostar y desprestigiar a los que consideran sus “enemigos”, no importando que les hagan acusaciones inventadas o bien que les lleven a la cárcel siendo inocentes o los maten para “terminar con la rabia y con el perro”, dicen ellos. Así es la política y así actúan los políticos cuando ven que se les puede desnudar en sus ideas y acciones… esto lo sufrimos en el 68 y, por esa experiencia y otras más después, lo decimos con serenidad , verdad, honestidad. En la cárcel se aprende a ser libre en verdad o en quedar atrapado en los miedos y resentimientos, en la negación y el odio. Se aísla uno y se enconcha cuando no tiene el valor o la capacidad para crecer espiritualmente, ahí, en  la traición, en la represión, en la soledad, es cuando se pude uno forjar o se destruye. Por esa razón, cuando se habla de espiritualidad, de fe, de oración, de reflexión, de perdón, mis primeros recuerdos y experiencias reales me llevan a ese violento espacio en Lecumberri, en lo que vivimos y en los que sufrimos y crecimos… tuvimos lágrimas y soledad es cierto, pero nos permitió ver con limpieza lo que teníamos en el interior y no perdimos la fe ni la confianza y, poco a poco, por medio de lecturas y vivencias, de ejemplos de bondad y de lealtad, recuperamos lo perdido y nos construimos como hombres nuevos. Por ello,  en los tiempos actuales, lecturas de vida y donde se alienta la espiritualidad para recuperar la confianza entre nosotros, la fe y la credibilidad, son tan necesarias y valientes como la que hoy pone en la lectura y reflexión, Don Antonio Velasco Piña. Léanla, vale la pena. Socrates_campos8@yahoo.com.mx. Apoyen las colectas y acciones de la Fundación Aurobics en apoyo a los familiares de los niños con cáncer del Hospital Civil de Oaxaca.

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