En la Gruta de Lourdes hay
un letrerito que dice: ¡ALTO VIAJERO DE LA VIDA!
“¡pasarás por este mundo tan solo una
vez!
No seas como el ave que cruza el espacio, la
nave que surca los mares y no dejan huella de su paso! Tiende, hoy, tu mano
generosa ayudando al desamparado a no sentirse solo, triste y abandonado y harás
una noble acción y dejarás tras de ti, una estela luminosa, que ni el tiempo ni
la distancia podrán borrar.
Jamás olvides, viajero, que pasarás por esta
vida sólo una vez!...”
Y hay otra pequeña historia que me encanta: “Un
día, dice un autor, caminaba con mi padre, cuando él se detuvo en un lugar del
camino; y, después de un pequeño silencio, me preguntó:
-Además de cantar los pájaros, ¿escuchas algo más?
-El ruido de una carreta, le contesté.
-Sí una carreta vacía, me dijo.
-¿Cómo sabes, papá, que es una carreta vacía, si no la
vemos?
-Es muy fácil saber si una carreta está vacía por el ruido, me
contestó. Cuánto más vacía va, mayor es el ruido que hace.
A lo largo de mi vida,
pensando en la carreta vacía, he comprendido que hay muchos hombres que van por
la vida hablando demasiado, interrumpiendo la conversación de los otros,
presumiendo de lo que tiene, menospreciando a la gente. Entonces, pienso en la
carreta vacía.
Hay demasiada gente que
esta vacía por dentro y necesita hablar y estar en medio del ruido para acallar
su conciencia, porque están vacíos. No tienen tiempo para pensar, ni para leer y
no pueden soportar el silencio para reflexionar y hablar con Dios. Por eso, la
humildad es virtud que consiste en callar las propias virtudes y permitirles a
los demás descubrirlas”…
En México, existimos más de 10.1 millones de
hombres y mujeres que somos mayores de los sesenta años, representamos el nueve
por ciento de la población total del país. Y, para nuestra vergüenza, tenemos
que señalar que más de SIETE MILLONES de hombres y mujeres de la “tercera edad”
viven en la pobreza y que más de 800 mil, están en la pobreza extrema. Según los
datos proporcionados por el Consejo Nacional de Evaluación de la Política de
Desarrollo Social. Y, el INEGI explica que, de cada 100 “adultos mayores”,
viejos para algunos, 26, tienen alguna discapacidad y que la diabetes es la
principal causa de ingreso hospitalario y de muerte…
Julia Valenzuela, profesor emérito de la
Facultad de Filosofía y Letras de la UNAM dice con toda claridad: “Esta es una
crisis de civilización, porque el progreso de la vida moderna vino a dislocar
las estructuras en que habíamos vivido, donde los viejos tenían siempre un lugar
relevante dentro de sus familias y comunidades, y ahora es lo contrario, pues
así como crece exponencialmente la población de estas personas, decrece el
respeto, el cuidado y la atención que merecen”. Y en realidad, pensamos en que
no es solamente esto lo que provoca la desatención y el desamor que existe hacia
los viejos en todo el país y en todas las clases y niveles sociales, existe una
pérdida de valores y, los medios de comunicación, se dedican mucho más a exaltar
el consumismo y el materialismo que los valores que le han permitido a la
civilización avanzar por el tiempo con una visión distinta a lo que vemos en la
actualidad. Valores mínimos son dejados a un lado y se prefieren los valores del
consumismo y de materialismo, pensando en que lo demás no sirve para
nada.
De a cuerdo a algunos datos que no reflejan la
realidad del problema se asegura que, esos “adultos mayores” ,sufren de
agresiones y de violencia intrafamiliar en un 16 por ciento. En muchas familias
los dejan relegados y no se les atiende porque generan problemas y conflictos,
en otros, se les despoja de sus bienes y se les obliga a heredarlos o dejarlos a
sus familiares o amigos que, supuestamente, les atienden. Sabemos de casos en
donde los hijos han buscado formas legales para declararles “incapacitados” con
tal de robarles los bienes que ellos tienen para repartírselos entre ellos, de
este tipo de casos existen muchos en muchos lados.
Hace algunos meses llegué a una farmacia y vi a
un viejo que revisaba algunos medicamentos y veía hacia la calle, como queriendo
salir corriendo con ellos en la mano… al darme cuenta de ello, le solicité al
empleado que cobrara en mi cuenta los medicamentos que este hombre estaba
revisando, no era mucho el dinero, pero sin duda, él, no traía el suficiente
para pagarlos. Al percatarse de esto, el hombre rompió a llorar. Le acompañé a
la calle y me explicó que efectivamente era un jubilado y que esas medicinas
eran para su mujer que también era una jubilada, pero que no les alcanzaba el
dinero para los medicamentos y sus gastos diarios y que, en salubridad, en el
ISSSTE y en el Seguro, no los tenían y que, los médicos, les
decían que ellos tenían que comprarlos… y que, efectivamente, en su
desesperación ,quería salir corriendo con ellos… Estaba claro que no llegaría
muy lejos porque era un hombre viejo y sería detenido y consignado por este
“terrible delito y robo”…. Claro que a los pobres y viejos se les cobra por esos
delitos, mientras, a los políticos, funcionarios, empresarios y especuladores
financieros, se les protege por medio de las leyes y acuerdos y andan, con total
impunidad, gastando lo que nos han robado a todos… Nadie quiere proteger a los
viejos en su atención médica y en su habitación y trato, que es lo menos que les
debemos… y hay que reflexionar sobre el tema, porque, finalmente, también a
nosotros nos alcanzará el tiempo y estaremos expuestos a este trato humillante y
cruel…
Es inadmisible el trato humillante que se
brinda a muchos viejos, en sus propias familias, se les puede integrar, no son o
somos fáciles de tratar, tenemos muchos vicios y costumbres que no
dejamos, somos intolerantes y dogmaticos, pero somos los que hemos dejado algo
para los demás, hemos hecho lo mejor que hemos podido, no hay escuelas de la
vida y hemos aprendido, por medio de muchos errores y costumbres que, tal vez,
no son las mejores, ni las que hubiéramos querido, pero así es la vida y todo
tiene su ciclo, en donde llegamos al final, pero queremos hacerlo con la frente
en alto, con valor y dignidad, nos amor… y por ello… recordemos, tratarles
mejor… integrarlos con la familia y con los amigos…
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