Sin duda que “el que se
quema con leche, hasta al jocoque le sopla” y después de ver aquella
conspiración y engaño generada por el creador y dirigente de los Legionarios de
Cristo y de ver las maniobras para ocultar sus desmanes y pederastia que
llegaron, incluso, a los niveles más altos de la jerarquía católica y los mandos
políticos, financieros y sociales de muchos gobiernos incluyendo al de México,
es lógico que se piense que existen intenciones para que, por ejemplo, en
Oaxaca, se busque el ocultar los desmanes y delitos generados en contra de niños
indígenas de la Sierra Norte de Oaxaca, por parte del sacerdote Gerardo
Silvestre Hernández, sobre todo, cuando un grupo de sacerdotes ha tenido el
valor de hacer la denuncia, no de hoy, sino desde el año del 2009, en contra de
los abusos sexuales en contra de niños y jóvenes indígenas, cuando lanzaron un
“llamado a la conciencia eclesial para erradicar la pederastia”.
Los presbíteros Manuel Arias Montes, Jorge
Pérez García, Sergio Herrera Arias, Miguel Ángel Morelos García, Juan Ruíz
Carreño, Guillermo Velázquez Gordillo, Juan Antonio Jiménez Gómez, Leoncio
Hernández Guzmán y David Elías Mendoza Maldonado y el diácono Ángel Noguera, han
señalado con valor que: “NO NOS AVERGÜENZA PERTENECER A UNA IGLESIA PECADORA
CAPAZ DE ARREPENTIRSE Y DAR CARA A LA SOCIEDAD”.
Por supuesto que no se podrá culpara al
arzobispo José Luis Chávez Botello de estar ligado o
de que pretende ocultar los delitos de Gerardo Silvestre
Hernández, porque no es un arzobispo desligado de sus feligreses, pero por
razones de jerarquía y de institucionalidad, él, solamente, permite que se
realicen las investigaciones y son los denunciantes y víctimas las que deben
poner las denuncias en la Procuraduría del Estado que es la encargada de
realizar las indagatorias.
Los sacerdotes que hablan sobre el tema,
tampoco buscan desacreditar a la iglesia o denostarla, buscan justicia y
modificación de conductas que saben existen en muchos sectores, por ello,
declaran con valentía: “Nuestra Iglesia diocesana de Oaxaca vive momentos de
crisis que a todos nos afectan. Sin embargo, no hay mal que por bien no venga.
Mucho bien tiene que venir de esta “pasión” a través de la purificación. ¿Nos
pide el señor ser una Iglesia más sencilla y humilde y menos autoritaria? Todos
necesitamos, y siempre, la conversión al Evangelio. Hablamos mucho…¿Será
necesario escuchar más y mejor? ¿Ser más sensibles a los reclamos del pueblo? ¿A
las pequeñas voces, casi silenciadas por el olvido, la pobreza, la falta de
oportunidades, el “ruido” de la sociedad enajenante, la prepotencia de los
“grandes” y la nuestra? ¿No se nos pedirá que de “defensores y proclamadores de
los derechos humanos” hagamos primero limpieza en nuestra casa?”…
Y continúan asegurando que: “es una
contradicción total del Evangelio” y una “expresión grosera y vil la profanación
corporal, anímica y espiritual de los niños, y más si son indígenas, pues llevan
cargando siglos de desprecio”. Así, el grupo de sacerdotes señalan que, la
“parte acusadora le corresponde a las víctimas y a sus familias”.
Hablan de que es vital que se “escuche a las
víctimas y hacerles justicia, fuera de otras consideraciones de “orden
eclesiástico o de políticas humanas” conseguidas con negociaciones oscuras” y
dicen que, es vital el escuchar y hacer justicia, porque de acuerdo a su
experiencia, no se han realizado las investigaciones adecuadas para deslindar
las responsabilidades, ya que, señalan, la arquidiócesis, ordenó
una “investigación” en que no consultó ni escuchó a las víctimas de la Sierra
Norte, porque se escuchó solamente a terceras personas que no sabían del
problema y no podían declarar como las víctimas o sus familias.
Por supuesto que este escándalo, después de los
escándalos del padre Maciel, con el grupo de los Legionarios de Cristo, lesiona
la credibilidad y la confianza de los fieles hacia su Iglesia y sacerdocio, pero
hay que entender que, las limpias, son necesarias cuando el mal ha sido grave y
se tienen que depurar las filas y recuperar la credibilidad y confianza de los
mexicanos y de los oaxaqueños a su Iglesia y a sus sacerdotes, no hacerlo, es
poner en peligro la estabilidad de la Iglesia y darnos por
derrotados…
No es un trago fácil, es amargo y difícil de
hacer entender y comprender la postura del Arzobispo y de su grupo de mando en
la jerarquía, pero es necesario que se hagan las depuraciones para erradicar
la pederastia que tanto daño causa a las víctimas y a sus familias
y, tanto daña a una Iglesia que nos habla de Amor y de perdón. Sabemos que el
Arzobispo, José Luis Chávez Botello, es un hombre de valores y de principios
que, sufre, ante esta falla de un sacerdote que ha fallado a la confianza de su
Iglesia y a traicionado todos los principios y valores que promulga el
catolicismo; sabemos que este escándalo sacude muchas conciencias y muchos
escalones dentro de la jerarquía y la conciencia de muchos
sacerdotes, diáconos y monjas, que hace reflexionar a los fieles sobre la
confianza y la credibilidad a los sacerdotes y a la institución, pero es bueno
el hacer este ejercicio, doloroso, de vez en cuando, para eliminar los gérmenes
que producen el cáncer de la desesperación y de la tragedia que se viven, en
muchos lados, ante la perdida de fe, confianza y credibilidad hacia la Iglesia…
para transformar la realidad, es preciso conocerla y, en este ejercicio, donde
se colocan las denuncias y se habla abiertamente del tema, se va conociendo la
realidad y la gravedad del cáncer que rompe los cimientos y los principios de la
Iglesia Católica Mexicana a la que debemos arropar y proteger…
Actuar con justicia y apegados a la ley y la
verdad, es garantizar el respeto a la vida, al amor, a la verdad, a la justicia
que es lo que debemos garantizar, como los valores supremos en la convivencia
humana y, con ello, dar ejemplo de lealtad a los principios y valores que
decimos acatar con amor y fervor, con lealtad y fe…
Las investigaciones y la justicia aclararán si
el cura Gerardo Silvestre Hernández es o no culpable, si los más de 45 niños y
jóvenes de la Sierra Norte, dicen la verdad y, declaran, en su contra por la
violación y la pederastia que ejerció contra de ellos, violando todos los
principios éticos, humanos, religiosos a los que estaba obligado a respetar y
dar ejemplo. Las víctimas deben ser escuchadas y ejercer la justicia en su
favor, de otra forma, solamente, trataremos de ocultar la “mierda del gato” que,
no se ve, pero que se sigue oliendo… justicia, no es venganza, es, simplemente,
la recuperación y el rescate de la verdad… por ello, hay que actuar, aunque nos
duela…. Lo invitamos a ver los comentarios en televisión MVM, canal 95 los lunes
y viernes. Correo: socrates_campos8@yahoo.com.mx
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