viernes, 29 de junio de 2012

Lección de vida


HAY VALORES que debemos de cambiar y rescatar, visiones, motivaciones, por esa razón escribimos sobre lo que señaló el dueño y director de Yakul, México, en una conferencia que ofreció en Oaxaca y donde explicaba que lo más importante era la motivación y las ganas de cambio que tuvieran las gentes, porque de nada serviría, sin el factor humano, los adelantos tecnológicos ni los recursos financieros, por esta razón, utilizo, nuevamente, un correo que, con tal fin, me envió mi comadre que además de ser una extraordinaria mujer es una visionaria y abnegada maestra en Oaxaca:
         “Rodrigo estaba haciendo fila para poder ir al aeropuerto. Cuando un taxista se acercó, lo primero que notó fue que el taxi estaba limpio y brillante. El chofer bien vestido con camisa blanca, corbata negra y pantalones negros muy bien planchados, el taxista salió del auto, dio vuelta y le abrió la puerta trasera del taxi”. Sin duda, una gran atención que, la mayoría de las veces, no la hacemos con nuestras esposas e invitados....
         “Le alcanzó un cartón plastificado y le dijo: yo soy Mateo, su chofer. Mientras pongo su maleta en el portaequipaje me gustaría que lea mi misión”.
         “Después de sentarse, Rodrigo, leyó la tarjeta: “Misión de Mato: hacer llegar a mis clientes a su destino final de la manera más rápida, segura y económica posible, brindándole un ambiente amigable y grato”.
         “Rodrigo quedo impactado. Especialmente cuando se dio cuenta que el interior del taxi estaba igual que el exterior. ¡limpio sin mancha!”
         “Mientras se acomodaba detrás del volante Mateo le dijo: “¿Le gustaría un café? Tengo unos termos con café regular o descafeinado”. Rodrigo, bromeando, le dijo: “No, preferiría un refresco”. Mateo sonrío  y dijo: “NO hay problema, tengo una hielera con refrescos regulares y dietéticos, agua o jugo de naranja”. Casi tartamudeando Rodrigo le dijo: “Tomaré un refresco regular”.
         “Pasándole su bebida, Mateo le dijo: “Si desea usted algo para leer, tengo varios diarios…”
         “Al empezar el viaje, Mateo, le paso a Rodrigo otro cartón plastificado: “Estas son las estaciones de radio que tengo y la lista de canciones que tocan, si quiere escuchar radio…” Y, como si esto no fuera demasiado, Mateo, le dijo que tenía el aire acondicionado prendido y preguntó si la temperatura estaba bien para él. Luego, le avisó cual sería la mejor ruta a su destino a esta hora del día. También, le hizo conocer que estaría contento de conversar con él o, si prefería, lo dejaría solo en sus meditaciones”… Dime Mateo –le preguntó asombrado Rodrigo- ¿siempre has atendido a tus clientes así?”
         “Mateo sonrió a través del espejeo retrovisor: “No, no siempre. De hecho, solamente, los dos últimos años. Mis primeros cinco años manejando los gasté, la mayor parte del tiempo, quejándome, igual que el resto de los taxistas. Un día, escuché en la radio acerca del Dr. Dyer, un “Gurú” del desarrollo personal., él, acababa de escribir un libro llamado: “Tú lo obtendrás cuando creas en ello”. Dyer, decía que si tú te levantas en la mañana esperando tener un mal día, seguro que lo tendrás, muy rara vez no se te cumplirá”. Él decía: “Deja de quejarte. No seas un pato. Se un águila. Los patos solo hacen ruido y se quejan, las águilas se levantan por encima del grupo”.
         “Esto me llegó aquí, en medio de los ojos, comentó Mateo. Dyer, estaba realmente hablando de mí. Yo estaba todo el tiempo haciendo ruido y quejándome, entonces, decidí cambiar mi actitud y ser un águila. Mire alrededor, a los otros taxis y sus choferes… los taxis estaban sucios, los choferes no eran amigables y los clientes no estaban contentos. Entonces, decidí hacer los cambios. Uno a la vez. Cuando mis clientes respondieron bien, hice más cambios.”
         “”Se nota que los cambios te han pagado”, dijo Rodrigo. “Sí, seguro que sí, contestó Mateo. Mi primer año de águila dupliqué mis ingresos con respecto al año anterior, este año, seguramente, los superaré. Usted, tuvo suerte de tomar mi taxi hoy. Usualmente, mis clientes, hacen reservación a través de mi celular o dejan mensajes en mi contestador. Si yo no puedo servirlos, consigo un amigo taxista confiable para que les sirva.
         “No importa si trabajas en una oficina, en mantenimiento, eres maestro, sacerdote, servidor público, empresario, comerciante, ejecutivo, político… ¿Cómo te comportas? ¿Te dedicas a hacer ruido y a quejarte? ¿Te estás elevando por encima de los demás? Hay que recordar que: “Es tu decisión y, cada vez, tienes menos tiempo para tomarla”
 No importa en dónde trabajes sino que, importa, cómo te comportas. Usa tus dones de sabiduría, entendimiento, fortaleza, consejo, piedad, amor y fortaleza para servir a tu comunidad y a tu familia… así, cambiaremos todos para el bien de todos…
Personalmente, creo que  reaccionamos en la forma en como nos traten o en como tratemos a los demás. Por esa razón, en zonas del país donde los conflictos en vez de servir para solucionar problemas, sirven para confrontar y dividir mucho más a las comunidades, a las gentes, a las familias, hay que buscar las razones y cambiar las motivaciones y las actitudes.
 Cuando vemos como, en el caso de Oaxaca que, no hay confianza, que todo el tiempo nos quejamos por lo que sucede, por los plantones, por las marchas, por las manifestaciones de los maestros, por el oportunismo de los políticos y de las políticas, por sus corruptelas… por sus robos, por su ineficiencia, también tenemos que plantearnos que son así y tienen el poder, es porque les hemos dejado tenerlo, porque no nos fijamos en lo que debemos hacer y cómo debemos actuar. Si nos dejamos, abusan de nosotros, si no actuamos y somos negligentes y cobardes, no nos quejemos porque abusan, nos engañan y roban, nos manipulan. Así que hay que cambiar primero, uno a uno, para ir cambiando a la familia, al entorno, a la comunidad, a la sociedad. Son cambios poco a poco, pero serán cambios buenos y así podremos enfrentar a los que nos lastiman, roban, engañan y manipulan, uniéndonos, con confianza y con conciencia, con afecto, solidaridad y amor, por nosotros  y por los demás.
“LO QUE CONVIERTE LA VIDA EN BENDICIÓN NO ES HACER LO QUE NOS GUSTA, SINO QUE NOS GUSTE LO QUE HACEMOS”. GOETHE.

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