sábado, 6 de febrero de 2010

Problemas en el ejército


COMO LO HEMOS DICHO, EL GOBIERNO MEXICANO YA NO SE PREOCUPA POR DETENER A LOS DELINCUENTES Y ASESINOS, SOBRE TODO, PORQUE EN LOS INTERROGATORIOS PUEDEN OBTENER DATOS QUE COMPROMETAN A MUCHOS POLÍTICOS, FUNCIONARIOS, POLICÍAS, EMPRESARIOS, FINANCIEROS Y AGENTES EXTRANJEROS INVOLUCRADOS EN LA PROTECCIÓN O EN EL MANEJO Y MANIPULACIÓN DE LOS GRUPOS EN LA LUCHA CONTRA EL NARCOTRÁFICO Y EL CRIMEN ORGANIZADO. EL MUERTO NO HABLA Y SE LE PUDE CULPAR DE TODO… TAN TAN.

Así, como si nada, dejando al garete todo lo que puede obtenerse en la investigación de la masacre en Ciudad Juárez, en vez de procurar detener al jefe de los sicarios, conocido como el 12, se alega con facilidad un enfrentamiento y claro, se muere en el mismo… esta ha sido ya práctica determinada por los cuerpos de seguridad porque saben que de una u otra manera, “muerto el perro, no solamente se acaba parte de la rabia, sino que no se pueden comprometer a otros actores que siguen la senda de la confrontación”, de acuerdo a los intereses de los grupos que están utilizando esta “guerra” para mejorar su control político, desplazar a los actores políticos para que el presidente Calderón dependa seriamente de los cuerpos represivos y claro, otorgue mejores presupuestos y gastos para esos grupos con los que se vienen realizando enormes negocios y el posicionamiento de los puestos claves en la seguridad que, anteriormente, dependían de los civiles para dar paso a que sean los policías políticos y los paramilitares los que controlen la agenda política nacional…..

En este tiempo de la “guerra de Calderón” han sido asesinados más de 18 mil mexicanos, cifra que debe aterrorizar a cualquier ciudadano y a los políticos ya que en países en estado de guerra y con violencia guerrillera y confrontaciones militares, esa cifra de muertos no se alcanza como se ha alcanzado en México. Para muchos policías y paramilitares esos muertos solamente se pueden considerar como los “costos colaterales” que en general es un término de los norteamericanos en conflictos bélicos, pero no se nos dice que esos “costos colaterales” son de tal nivel que se puede considerar que el costo-beneficio es menor al esperado y, por tanto, se puede decir que la estrategia esta fallando y no sirve para nada. solamente para encubrir los gastos, ganancias y negocios que se vienen realizando por un selecto grupo de policías y de funcionarios políticos que son los que controlan el área de seguridad….

Se puede decir que existen avances en la guerra contra el narcotráfico, pero en la realidad la población no ve las cosas como la observan y dicen los funcionarios y burócratas que de ese cuento sobreviven, ganan sueldos importantes, hacen negocios y tiran para estar en el sector por largo plazo. La población no ve soluciones ni mejora en el campo de la seguridad, en cierta forma ven más poderosos a los grupos del narcotráfico porque saben que de una manera u otra, éstos, gozan de la protección y de la impunidad que le brindan los políticos, los funcionarios, los policías, los empresarios y financieros en el país. Es tan brutal el esquema y la realidad que los más importantes funcionarios de la “seguridad” declaran que, en el país aumenta el consumo de drogas y dicen, simplistamente que, este aumento del consumo es porque está dando resultado la lucha contra el tráfico de drogas, cuando todos sabemos que siguen pasando enormes cantidades a los Estados Unidos, que nos llegan de allá armas tal como lo denuncia el mismo Calderón y que no existen más que declaraciones y contradeclaraciones pero no acciones que frenen el consumo de drogas en los Estados Unidos, el tráfico de armas para México y que se combata a los grupos del crimen organizado norteamericano ya que todos sabemos que la economía gringa se basa en la economía de guerra y ahora, también, se sostiene por medio de la economía del narcotráfico que se controla y se maneja desde los centros financieros más importantes de ese país…

Salvador García Soto, en su columna del Periódico El Universal, del 3 de febrero, dice, con toda claridad: “Si la pérdida de vidas humanas inocentes no fuera ya motivo de alarma, el costo fiscal de la guerra es otro ángulo que genera dudas. La revista Expansión de noviembre, afirma que México vive una “economía de guerra”. La Secretaría de la Defensa Nacional se ha convertido en una de las dependencias públicas con más gasto y aumentó sus compras en 60% en 2009, lo que creó oportunidades de negocio para pequeñas y medianas empresas”.

“Mientras que en el mundo el gasto militar crece en los países, aún los más desarrollados, a un ritmo del 4% anual, en México desde que Felipe Calderón asumió el gobierno la inversión militar está aumentando a un ritmo de 11 % anual. La Defensa se convierte así en una de las dependencias públicas con mayor crecimiento de gasto en el actual gobierno, o lo que es lo mismo, proporcionalmente se invierte más en armas y gasto militar que en programas sociales”
Además de rumores, de dudas, de intrigas, de malquerencias, de opiniones, es claro que en algunos sectores del Ejército, en los mandos y en las bases, existe preocupación por el trato y discriminación que sienten de parte de los políticos y civiles que ahora se han adueñado del control de las dependencias de seguridad y que utilizan esa fuerza y poder, influencia, para sostener el control de la agenda política nacional y provocan enfrentamiento con los militares y los utilizan y usan como trapos y baños para lavar sus culpas y evitar la denuncia popular en sus acciones represivas, intolerantes, violatorios a los derechos y garantías constitucionales y civiles.

Si bien debemos recordar que el día 10 de febrero se fest4eja la Fuerza Aérea y el 19 es el día del Ejército, tal vez dentro de este esquema de confrontación y de ajuste de cuentas entre civiles y militares se escuchen voces fuertes y declaraciones y denuncias serias que deben ser tomadas en cuenta por los políticos y por el presidente, porque al parecer algunos analistas visualizan una desajuste en esas relaciones institucionales y honorables, honestas y patrióticas que normalmente el Ejército Mexicano han guardado por el presidente y las instituciones del gobierno, porque no hay duda que existen políticos entreguistas intere4sados en controlar el manejo de presupuestos y la agenda política de seguridad en su favor e intereses sin importar el desprestigio y la discriminación que se le haga a las fuerzas armadas del país.

Las masacres de jóvenes en Chihuahua y en Coahuila nos marcan muchos indicios de lo que en verdad está sucediendo ya que parece mentira que cuando salen los soldados o entran los policías bajo los mando de la policía política hay confrontaciones entre los grupos de delincuentes o bien se especula en muchos sitios de la organización y la protección que se brinda a algunos grupos sicarios alentados y sombreados por altas autoridades y políticos, como aquellas brigadas de exterminio que se han visto actuar en muchas partes del mundo.
En su columna, Fuerzas Armadas, Javier Ibarrola, destacado analista comenta el día 3 de febrero en el Diario Milenio: “Hay cosas que están reventando” –me dijo (un general en activo)- y la institución (el Ejército) no merece tantas cosas, ni individuos negativos que no merecen estar en el Ejército”
“Se dice que somos muchos los decentes y pocos los indecentes; cómo es posible que entonces dominen todo. Son valores tergiversados. Faltan más políticos verdaderos. Hay que actuar de acuerdo con la ley, pero el gobierno es el primero que debe respetarla. Ojalá haya una decisión para remediar las cosas porque hace falta, me da la impresión de que va a pasar algo”. Y está pasando...

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