martes, 2 de febrero de 2010

Matanzas con mensaje político


No hay duda de que los próximos procesos electorales en el país definirán la tendencia que se genere para la sucesión presidencial del 2012 y digan lo que digan los expertos en la relación política y las tendencias y encuestas del voto, los mexicanos, cada día, dudamos más sobre la credibilidad y, sobre todo, hemos perdido la confianza en los procesos electorales y en las dirigencias. No creemos en lo que dicen los políticos, los gobernantes, los líderes religiosos, los líderes sindicales, los policías, los militares y por esa razón, no existe confianza de la población para con sus autoridades y se dan con total impunidad los crímenes de odio, los raciales, los de venganzas y los que están encaminados, lo nieguen o no los funcionarios, para desestabilizar al país, escudados en temas del narcotráfico y de la lucha o la guerra en contra de este mal.

Existen muchas versiones que aseguran que este tipo de violencia que se ha generado en contra de cualquier ciudadano y las matanzas sin sentido y sin rumbo que se han dado en Chihuahua y en Coahuila, en Guerrero, Morelos, Michoacán o Jalisco, tienen como objetivo el generar la idea de que se puede perder la gobernabilidad en el país y, para ello, lo que se propone y promueve es que se apoderen del país y del gobierno los grupos radicales de la ultraderecha y de los que protegen a los paramilitares y policías. Lo ideal para ellos es que los grupos de la ultraderecha sean los que gobiernen al país por medio de la aplicación del terror y de la represión con el cuento de que se está luchando por imponer la seguridad y el orden en el país, cuando este es un mecanismo que les permitirá controlar cualquier descontento social que pueda generar un movimiento de mayor alcance y es por ello que, escudados en esa famosa guerra y confrontación contra el narcotráfico, se aprovecha, para dar una limpia de cualquier grupo o dirigencia social que puedan encabezar esas protestas que todos saben están a punto de iniciarse ante la desesperación de la población por el aumento de precios y de impuestos, la falta de empleo, la falta de oportunidades para estudiar y para los egresados, la insalubridad y la falta de atención barata a los grupos más vulnerables como los cerca de diez millones de ancianos que ahora, buscan una toritilla, una medicina o un empleo que pueda hacerles resistir un poco más su terrible estado de amargura y de desesperación…

Simplemente, los procesos, se han visto frenados por y gracias a la migración de millones de mexicanos que se han refugiado en los Estados Unidos. Según las cifras oficiales que se consideran conservadoras por los expertos, en los Estados Unidos, radican cerca de doce millones de personas nacidas en México que representan al diez por ciento de la población total del país. En el 2007 migraron a Estados Unidos más de 478 mil mexicanos, en el 2008, migraron más de 450 mil y se calcula una cifra similar a la última para los que migraron en el 2009. y si bien estamos enterados, millones de mexicanos están en la más terrible de las miserias y miles de miembros de la clase media ingresan a los estratos de clase marginada, gracias a la entrega y la deficiente política seguida por los dos últimos gobiernos del PAN y,, si esto fuera poco sabemos que no hay credibilidad ni confianza ni en los partidos políticos ni en los políticos por lo cual, podemos decir que, el país, se encuentra casi al garete y por ello no existen políticas que generen las simpatías de los mexicanos por sus autoridades y les arropen con confianza y con credibilidad, al contrario, no existe esa parte vital para el buen gobierno y esto es peligroso para todos.

Hablar de que la violencia es generada por y obra de los narcotraficantes sin ton ni son, es querer tapar el Sol con un dedo, porque la realidad es que las propias autoridades de seguridad son las que han brindado protección privilegiada a los grupos o a algunos grupos para que ellos sean los que exploten el rico filón de negocios que representan las drogas y las actividades del crimen organizado, donde los políticos y los funcionarios son los que permiten esa operación, protegidos y con impunidad, entendiendo que los policías y los paramilitares son los más interesados en que se sostengan esas políticas represivas en contra de la población, porque les permite aumentar su poder y control, pero sobre todo, les permite utilizar mayor cantidad de recursos fiscales y presupuestales para que lleguen a los bolsillos de sus funcionarios y de los hombres de empresa, de los financieros y banqueros que les brindan el blindaje para el “lavado de dinero”. En este círculo vicioso vemos cómo se aumentan las venganzas y con ellas se encubren muchos elementos, sobre todo, se encubre la eliminación de gentes que son consideradas por el gobierno y por los políticos “peligrosas” o que pueden generar conflictos sociales y políticos en varios lugares. Por esa razón, por ejemplo, a pesar de la gran cantidad de soldados y policías federales que supuestamente están para controlar la violencia en Ciudad Juárez, los comandos de sicarios que, ahora, muchos alegan que son verdaderos grupos de eliminación de viciosos o provocadores de conflictos, ligados a algunos grupos del gobierno o de los policías que están en este juego perverso de poder, pueden andar sin ningún problema y no tienen forma de detectarlos a pesar de que la población los observa desplazándose sin problema en convoys de varios vehículos por la ciudad, sin que ninguna autoridad les pueda detener en su carrera de muerte, violencia y represión…

Es por esa razón que ahora se pude ligar en varios estados que la reacción y la violencia se aumentan al acercase los tiempos políticos y es por ello que, por ejemplo, en Durango, con este cuento de la lucha contra la violencia y por la seguridad se dan las ligas políticas de grupos antagónicos con el fin de consolidar un triunfo para el PAN que pueda servir al presidente de ejemplo para que se consolide en el poder que, ahora, se le niega por parte de la población en general. Pero en este canal también vemos cómo la sucesión gubernamental en Oaxaca, estado importante desde el punto de vista geopolítico, se inician las huelgas, los movimientos de protesta que deben de crecer en el tiempo, movimientos sociales de demandas políticas y económicas ,y para ligar el tema, se inician las masacres o asesinatos de políticos o de parientes de políticos ligados a la sucesión, por supuesto que, el narcotráfico, toma especial importancia al igual que el fortalecimiento de los grupos guerrilleros que siguen operando en la entidad, en Puebla, Guerrero, Chiapas y otros estados vecinos y no se puede desligar del tema a muchos políticos involucrados con el narcotráfico y con el “lavado de dinero” cuando vemos operar en la entidad a importantes financieros y profesionistas, que son expertos en este manejo y que logran encubrir los grandes negocios y las enormes sumas de dinero producto de la delincuencia organizada con total impunidad y seguridad proporcionadas por el poder político y el poder económico en la entidad.

En el Estado de Hidalgo veremos cosas similares, sobre todo en la región de la Sierra y de la Huasteca por la cercanía a Veracruz y a Tamaulipas y no se podrá negar que la sucesión y el clima de seguridad se violentará seriamente en Tamaulipas, porque existen razones de mucho peso y de muchos pesos para que los grupos políticos y los grupos de la delincuencia organizada aprovechen la ocasión para intentar recomponer el poder paramilitar y político en esta entidad, sobre todo, cuando los grupos de la policía y los paramilitares se están enfrascando en la lucha por el control de varias entidades del país, a favor de un grupo, al cual parece han privilegiado el manejo del enorme negocio de las drogas en el país, porque sostienen que es mejor que sea un grupo controlado y que genere recursos para el poder político y para algunos privilegiados policías y militares, a que se sostenga la composición actual que genera muchos conflictos y matanzas por los intereses que se operan en el país y en el extranjero…, en fin, veremos muchas cosas, pero saldrán a relucir esas relaciones entre el crimen organizado y la política que opera la la nueva fuerza que sostiene el poder en el país… que Dios, nos agarre confesados…

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