miércoles, 20 de mayo de 2009

Debilidades del sistema



Mientras el Secretario de la Función Pública determina si cuenta con elementos para realizar las investigaciones sobre el presumible robo de la partida secreta, realizada por Carlos Salinas de Gortari, tal como lo aseguró Miguel de la Madrid, en un estado “delicado” de salud, pretendiendo quitarse las responsabilidades de la sucesión presidencial y del claro robo del proceso electoral realizado por sus órdenes y que marcaban la incompetencia del sistema, la caída del mismo, la falta de confianza y de credibilidad en su gobierno, en sus obras y en su gestión como presidente de la República, algunos cercanos familiares y colaboradores, aseguran que, sin duda, se le “sorprendió” y, otros, sostienen que en la realidad quiso quitarse todas las responsabilidades y para ello pretendió manchar al “villano favorito” que para los medios y los políticos es Carlos Salinas de Gortari.

Ante esto, parece que pocos se han dado cuenta de que lo terrible lo cruel, lo antidemocrático, lo violento, lo anticonstitucional, es el hecho reconocido por Miguel de la Madrid de que, en México, se puede utilizar a las leyes, las instituciones de seguridad y de justicia por parte del presidente o de los hombres del poder, para tomar venganzas personales o políticas y eliminar a los “enemigos del sistema o del presidente o de los partidos que sostienen el poder” y esto, sería motivo para que, desde cualquier ángulo, se dieran las condiciones de investigación sobre esas violaciones que se han cometido. El mismo Miguel de la Madrid sostiene que se hizo chapuza y que le robó el triunfo electoral a Cuauhtémoc Cárdenas y muestra la fuerza e impunidad que sostenía a los presidentes del país y, por esa fuerza, podían hacer y deshacer a su gusto cualquier forma de justicia y eliminar a sus contrincantes o enemigos políticos, tal como se ha dado, incluso, llegando hasta el asesinato, como en la época de Las Brigadas Blancas o los crímenes ordenados por los mandatarios como en el caso de Rubén Jaramillo y otros asesinatos de muchos luchadores sociales que no tuvieron forma de evitar el ser perseguidos y asesinados, torturados, por los esbirros y los policías políticos con los que cuenta un presidente de la República, tal como se observa en la actualidad, cuando los policías y los funcionarios de seguridad son los que mantienen y sostienen la agenda presidencial y se les fortalece con armas y elementos para desarrollar los sistemas represivos, no los que garantizan la seguridad de los mexicanos.

Por desgracia, el mismo libro de Carlos Ahumada, demuestra que los tiempos de la corrupción que permea en los partidos de “izquierda”, donde se ha perdido la ideología, los principios, los programas, las ilusiones, el romanticismo, es tan sencillo que con poco dinero y con muchas ligas y bolsas de papel se pueden comprar las voluntades de todo un gobierno en donde miles de mexicanos habían puesto las esperanzas y pensaban que se convertiría en el rayito de la esperanza cuando en verdad, solamente nos mostró las cloacas y los chiqueros en que tienen a la política muchos de los viejos “comunistas” que siguen, tal vez, pensando como Carlos Marx y viviendo como hampones del sistema, al mejor estilo de los Carlos Slim.

Si un “empresario de quinta” podía comprar las voluntades de importantes miembros de la cúpula del poder perredista que gobernaba en la capital, acompañando en su aventura a Manuel López Obrador y se daban las intrigas entre viajes de avión y copas de champagne o encerronas en las camas de hoteles de lujo o en visitas sorpresa en países del extranjero y se podía comprar cualquier nivel de esa administración, esto, nos muestra que el sistema político está en grave crisis. Por otro lado, algunos analistas como los que colaboran en Reporte Índigo, señalan que si bien se pude analizar lo que sucede, también se tiene que reconocer que, cuando menos, Felipe Calderón no está enlodado como se encuentra Vicente Fox en ese nivel de chiquero político donde, con unos cuántos pesos se pueden comprar videos que sirvan para el desprestigio y la limitación de uno de sus archicontraenemigos como lo es Andrés Manuel López Obrador y si el presidente, Felipe Calderón, no tiene esas manos manchadas y no se encuentra en el lodo del chiquero de este escándalo, tiene la oportunidad, señalan los analistas, de poder imponer el que se realicen las investigaciones sobre el tema y llevar ante la justicia a todos aquellos que hayan violado la ley, utilizado a las instituciones no para actos de gobierno sino para implementar sus venganzas personales y eliminar a sus contrincantes y enemigos políticos, los que hayan utilizado los fondos públicos para realizar esas intrigas o bien, para embolsarse esas cantidades y así poner el ejemplo de que los cambios serán en serio y que no se le permitirá a nadie, menos a los ex presidentes y sus familiares, el que violen la ley y utilicen las influencias del poder, para alcanzar su enriquecimiento y realizar sus transas y chingaderas, por ello, sería bueno que el presidente, aprovechando esta oportunidad, lleve a cabo las investigaciones en contra de Salinas, de Miguel de la Madrid, de Vicente Fox y de todos aquellos pillos como La Quina que solamente usaron a sus organizaciones para su enriquecimiento, para usar a voluntad los recursos públicos y sindicales y poder sostenerse por medio de las complicidades y las corruptelas. Si queremos que estos escándalos sean beneficiosos para los mexicanos, se debe hacer justicia y aplicarla con seriedad, olvidándose de las ligas y compromisos políticos, de partido o personales que pueden prestarse para que la impunidad continúe y siga el aumento de la corrupción que fomenta esos escándalos y que destruye la confianza y la credibilidad de los mexicanos en su gobierno, en sus políticos y organizaciones políticas, en sus instituciones, en su Ejército y policía.

Si las cosas del poder han caído tan bajo y se han devaluado tanto, al punto que cualquier corrupto con un poco de dinero puede tener acceso a los contratos, a los presupuestos, a los robos institucionales, a desviar la ley y la justicia en su provecho, cuando se puede comprar la impunidad, cuando se puede sostenerse en el campo de la política con descaro y cinismo, esto nos muestra la urgencia del cambio y de las acciones de limpieza y, por ello, el presidente Calderón, sin entrar en los juegos perversos de la política, sin tener el oportunismo para golpear y liquidar a sus enemigos políticos tal como lo pretendió hacer Vicente Fox, debe hacer y obligar a las investigaciones y, si Carlos Salinas de Gortari, efectivamente se robó la partida secreta, debe ser consignado y juzgado y si no es así y fuera víctima de las intrigas palaciegas y las actitudes viscerales de los viejos locos y perversos, de “costumbres raras” y de cobardías comprobables, también, se le debería hacer justicia y dejarle en paz para que pudiera aportar muchas cosas y conocimientos, experiencias y proyectos que se quedaron en el tintero y que podrían ser útiles al país independientemente de que haya sido un presidente cuestionado, esa misma oportunidad es la que maneja y usa Ernesto Zedillo y sirve, más bien, a los intereses de los Estados Unidos, porque su visión política está ligada a esos intereses y, por esa razón, también, se le respeta al grado de que puede solicitar la legalización de las drogas o el que se aumenten impuestos y se realice una reforma fiscal que él o no pudo hacer o no tuvo el valor de hacer, pero que, ahora, exige, realice, con un alto costo político en contra, Felipe Calderón….

Y mientras esos escándalos distraen la atención de los mexicanos, no hay duda de que, los gobernadores, los verdaderos hombres del poder político y económico en el país, los nuevos señores feudales, afilan las garras para continuar imponiendo a sus incondicionales y a los que les protegerán de cualquier investigación y garantizarán la impunidad de sus fechorías, robos y corruptelas, asesinatos y fraudes o bien, se darán el lujo de que ellos o sus hijos, puedan ser diputados o senadores, para continuar gozando de la impunidad y del poder… aunque el país se joda… y nos jodamos…

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