miércoles, 22 de octubre de 2008

Nacadas de poderosos. Sencillitas y cursis

CHANGOS, panteras, cocodrilos, tigres, leones, águilas, pitones, en fin, todo animal que sea peligroso o que represente algo en la imaginación de los poderosos, son usados como “mascotas” y por esa misma razón entendemos que los extravagancias se dan en todo nivel, tal como lo pueden mostrar las películas donde se exhibe la cara del poder, llámese narcotraficantes, delincuentes, delincuentes de cuello blanco o políticos y funcionarios.
Esas extravagancias son claras en todo el poder, así, recuerdo, por ejemplo, la pasión de Gonzalo N. Santos, cacique huasteco de San Luis Potosí donde se dice que mandaba hacer los cristos negros por medio de algunos artesanos para demostrar que no tenía miedo a los muertos y a los asesinados en sus constantes peleas para conservar su poder en la región y en su estado. Las peleas de gallos eran su pasión como lo fuera de Santa Ana y otros muchos gobernadores que, de tal forma, se siguen divirtiendo en las famosas ferias de pueblo, claro que ahora, modernizados, con cantantes y grupos que ponen el sello de la casa o del grupo predominante en la región.
Se cuenta que su pasión por los caballos la heredó su hijo que ha logrado hermosos ejemplares entrenados y claro, en el rancho, no podían faltar los hermosos ejemplares de ganado de todo tipo al grado que se dice que en una ocasión llegó un poderoso ranchero de las Huastecas solicitándole un favor con alguna autoridad, favor que ninguna autoridad le negaba al cacique. Hecho el favor, el ranchero llegó ante Don Gonzalo diciéndole que cuánto le debía por ese favor. “Don Gonzalo le aclaró que le había solicitado un favor y que los favores no se cobraban”. Por esa razón, el ranchero, regresó con dos hermosos ejemplares de toros y le dijo a Don Gonzalo que se los regalaba, entonces, Don Gonzalo, le contestó: “Mire amigo, ya le he dicho que por los favores no se cobra y por ello, el regalarme esos toros, es como si le cobrara, mejor se los compro, dígame el precio”. El ranchero para no verse mal le dijo que se los vendía en dos mil pesos cada uno, cuando todos sabían que el precio mínimo de ese tipo de ejemplares era superior a los veinte mil pesos. Entonces el viejo cacique le dijo: “Me Agrada el precio y lo pago, ahora, tráigame unos treinta animalitos como éstos para darle los 600 mil pesos que cuestan y estamos a mano”.
Se habla, por ejemplo, de la pasión de la maestra Elba Esther Gordillo por las joyas, las casas, el poder, las Hummer, los buenos vinos y sobre todo los cuadros originales de Botero, de los cuales dicen, los que conocen sus mansiones y no sus departamentos que tiene más de diez en las escaleras que dan a sus centros de atención. También le encantan las brujas y brujerías.

Hank, tenía el poder como pasión y su hijo Jorge lo heredó con muchos animales de zoológico y dicen algunas indiscretas amantes que ha tenido que le encanta hacer el amor siempre y cuando tenga varias serpientes en la cama que anden por los cuerpos en pasión amorosa. Algún viejo político, ponía pistolas de colección en su escritorio y para dar un favor, se tenía que llevarle alguna o darle magníficos cuadros de pintores famosos y valiosos.
En fin, esos gustos extravagantes, no solamente son de los narcotraficantes, muchos policías los tienen y recordamos cómo los “comandantes” andaban como arbolitos de navidad, llenos de collares y de piedras preciosas y las repartían como galletas. Muchos, han coleccionado millones de dólares y otros más monedas de oro y piedras preciosas. Algunos tenían aviones, además de los animales, coleccionaban acompañamientos de artistas hermosas y se dice que una de las pasiones del “señor de los Cielos”, Amado Carrillo, era, precisamente, una de las cantantes hermosas, como la Trevi y otras muchas más que han dado cuenta de fiestas lujosas donde entraron políticos, artistas, algunos “policías” que correteaban y no alcanzaban a los grandes narcotraficantes, bien porque andaban alcoholizados o porque se tropezaban con las maletas que les dejaban en el camino y esto es tan común que no solo caballos, perros, gallos, aviones, vehículos, joyas, mansiones, mujeres o chamacos, monedas o artistas, obras de arte, muebles, son parte de ese mundo que no es privativo del narcotráfico como ahora lo pretenden presentar los políticos, ya que muchos, no escapan a esas extravagancias y cursilerías, al igual que muchos policías que, por sus grandes esfuerzos, han acumulado enormes fortunas que mantienen en muchos sitios, tal como se pudo ver en sus tiempos, con las casonas del Negro Durazo o las residencias que pertenecieron a esos comandantes de la DFS, de la PJF o la de Caminos, que aún gozan muchos que han sabido guardar la discreción para no generar escándalos.
Las armas, no han dejado de ser modificadas con chapeados de oro o de platino y con las incrustaciones de diamantes y otras piedras preciosas que son la delicia de los policías, cuando logran los “botines de guerra” y que, posteriormente, ellos cargan con sus respectivas modificaciones. Así no es raro encontrar ritos extraños que supuestamente los protegerán de sus enemigos y de los peligros de su profesión y para ello, al igual que muchos políticos en ejercicio, consultan a los brujos o manejan los ritos satánicos y otros más que son parte de su mundo mágico y fuera de la realidad.
Recuerdo que Margarita López Portillo, consultaba las cartas, los caracoles, los ritos mágicos de lamas y otros brujos que eran llevados con los presupuestos oficiales desde cualquier lugar atendidos a todo lujo. Así, en una casa cercana al Restaurant San Angelín, se consultaba, por muchos políticos a una vidente que no falló en declarar que no sería Javier García Paniagua el candidato oficial de su hermano López Portillo, sino que, la designación, caería a favor de Miguel de la Madrid y como así fue en la realidad, esa vidente, gozaba de las consultas de muchos políticos que pagaban miles de pesos por las consultas y las cartas astrales que leían su futuro…hoy, lo siguen haciendo, y para ello, recordemos a Marta Sahagún de Fox, que al igual que los grandes mafiosos lo hacen en sus ratos de inseguridad o en los de ocio y, para, ello pagan fortunas en la lectura del futuro y en sus protecciones…
En fin, los extremos se tocan, pero también, casi, son idénticos…

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