lunes, 6 de octubre de 2008

Chamaqueadas al presidente

Algunos señalan que continuamente se “chamaquean” al presidente, Felipe Calderón, desde aquellos famosos cuernitos que le impusiera algún malandrín de mala muerte, hasta el grito y reclamo del mejor estudiante, en la premiación que se hiciera en Los Pinos, donde le gritaba “espurio” y, este, endurecido el semblante, se dejó caer con un discurso donde hablaba del 68, diciendo que ahora, los de entonces, eran los que creaban los problemas y lo trataban de exhibir para ellos estar en la ruta de los reflectores. La realidad es que no vemos mucho cambio entre las posturas de Díaz Ordaz y las actuales, sobre todo, cuando vemos que los cuerpos de la policía siguen aumentando de peso en su número y de pesos en su manejo para algunos que son los grandes beneficiarios de los aumentos presupuestales que se hacen a los “cuerpos de seguridad” que, solamente, han demostrado complicidades, ineficiencias y corruptelas a lo largo de dos años de este gobierno y, por si fuera poco, vemos, con alarma y temor que, los policías, siguen aumentando para desplazar al Ejército Mexicano, en el cual no confían los políticos, simple y sencillamente, porque ahí están los últimos “apaches” del nacionalismo y de la lealtad institucional y es lógico que, “LOS GOLPISTAS DEL YUNQUE”, quieren incondicionales que sean leales al golpismo y a la represión, no a la dignidad, a la democracia y al nacionalismo que luchan por conservar libertad y democracia. No tendríamos que dudar en el sentido de que, la misma formación de cuadros en el Colegio Militar y en las diferentes academias que forman a los comandantes del Ejército, existe esa conciencia nacionalista y desde que un Secretario de la Defensa Nacional, declaraba que: jamás se volvería a usar a los soldados mexicanos para reprimir a los ciudadanos y que se usaran para acciones políticas, los políticos de la derecha, desconfían del Ejército y es por ello que, de inmediato, establecieron desde el gobierno de Vicente Fox, el desarrollo de las policías políticas que con la fuerza paramilitar necesaria fuera capaz de eliminar o controlar al mismo Ejército Mexicano y, por medio de esas policías represoras y controladas por los cuadros de la derecha, se pudiera garantizar, en todo sentido, la posibilidad del GOLPE PARAMILITAR DE LA DERECHA, cuando sus mismos presidentes, dieran idea de que estaban conduciéndose por la democracia, la libertad y el nacionalismo y es así que, desde que alcanza el poder, Felipe Calderón, que no era especialmente el candidato de la ultraderecha golpista del Yunque, se han provocado muchos incidentes que le obligan a respaldar esa política y que, en realidad, lo tienen copado y ocupado en esa postura que, solamente, ha generado miles de muertos en el país, de tal forma que cada día se confirma que se controla, por parte de la policía política, la misma agenda presidencial, dejando a un lado la solución y atención de los verdaderos problemas nacionales que pueden provocar serios conflictos sociales y políticos que darán paso al manejo del real golpismo político de ultraderecha, bajo el pretexto de que se lucha en contra de la violencia política de la izquierda. Se habla de que, anteriormente, se permitían las torturas, las violaciones de los derechos humanos, los secuestros, las desapariciones, las cárceles clandestinas, la “guerra sucia” y demás porquerías de la política para eliminar a los luchadores sociales que no estuvieran controlados o no aceptaran las condiciones de las gentes del poder y, la realidad es que se habla mucho de que, siguen existiendo esas prácticas, bajo el total conocimiento del presidente y de sus principales funcionarios y lo que es peor, se habla, en muchos círculos del Ejército Mexicano, de que existen grupos especiales que supuestamente están bajo el mando directo del presidente, que están autorizados para secuestrar a cualquier sospechoso e incluso desaparecerlo o torturarle, de tal forma que se den todas las violaciones a los derechos humanos o constitucionales, con total impunidad y protección y, se dice, cuando menos en forma alarmista por muchos oficiales que, estos grupos, no están comandados por oficiales mexicanos, sino que están comandados, con aprobaciones superiores, por agentes de la DEA, del FBI y de la CIA y que, los soldados de especial preparación como GAFES o COMANDOS ESPECIALES, son mexicanos, pero mandados por oficiales extranjeros con autorización de mandos superiores y se habla de que, con instrucciones, del mismo presidente de la República. De ser esto cierto, lo menos que deben hacer los diputados y senadores es iniciar una investigación sobre el caso y explicar lo que realmente está sucediendo en el campo de la seguridad, donde los mexicanos, no mandamos, sino que somos simples comparsas, usados por oficiales extranjeros. No se piense que son idea alocadas o alarmistas, lo mismo se decía por los años del 68 y es, después de cuarenta años de los asesinatos cometidos en Tlaltelolco y en otros sitios que, conocemos parte de esa verdad… hoy, esto que ocurre, es comentado por muchos ciudadanos que de una u otra manera han estado siendo torturados en muchas de esas instalaciones y que, por algún milagro, han logrado salir de ellas, con enormes daños físicos y un gran daño psicológico que será difícil de superar en poco tiempo. Cuando se habló del tema de los secuestros y torturas realizados a extranjeros en las instalaciones cubanas de Guantánamo, pocos, hacían caso, hasta que se descubrieron fotos y videos así como testimonios de algunos que milagrosamente salvaron la vida de esos campos de muerte y es cuando, sin hacer nada, los mismos norteamericanos, se siguen horrorizando del tema y con gran indignación están viendo cómo su país, por esas políticas represivas, están en crisis económica que amenaza con una gran tragedia, para la cual, no están preparados sus ciudadanos. En México, esto, está sucediendo, y no hay duda de que los policías políticos, incapaces de resolver muchos casos, recurren a las torturas y permiten que oficiales extranjeros manejen los operativos más importantes que tienen niveles represivos “indiscriminados” que lesionan y lastiman a los inocentes y no solo a los responsables y acusados de los delitos, por ello, cuando se hace una revisión de los miles de muertos en la “guerra contra el narcotráfico”, nadie quiere señalar la identificación de los delincuentes , de los policías, soldados o ciudadanos inocentes, todos, insisten en asegurar que, los miles de muertos, son delincuentes y que se matan entre los mismos narcotraficantes por la lucha de territorios y de controles, cuando en la realidad se sabe que, en esas muertes, muchos, son inocentes y que si los policías están de un lado o del otro en los grupos de delincuentes es tan real que el verdadero problema de la seguridad, aún sus jefes, reconocen, se encuentra en las filas de las policías y aseguran que se podrá controlar, el crimen organizado, cuando logren limpiar a los cuerpos de policías, estando en un círculo vicioso que no mejora ni brinda seguridad de mejorar. Así, ahora, ocultos en el manejo de los “levantones” esos mismos policías, son los que realizan la eliminación de enemigos o bien de los enemigos de sus amigos o protegidos o también, los mismos policías, hacen sus “levantones” para cobrar sus rescates económicos, ocultando que son ellos y culpando a los “secuestradores” que tiempo después, presentan, en muchos grupos de simples “chivos expiatorios” o de gentes que ya no les conviene que operen y mejor detienen, para que no los delaten o denuncien. Así es la realidad, de lo que hoy vivimos.

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