jueves, 1 de marzo de 2012

Una pequeña historia "yope"

CUENTA QUE EN LAS REDES SOCIALES SE “PASEA2 LA SIGUIENTE HISTORIA:

Resulta que “Jelipe”, el mero mero chipocludo, se comunicó con un gobernador de uno de los Estados de Sur del país para solicitarle que lo comunicara con el presidente municipal de la capital de su Estado que, a su vez, le quería solicitar a su ex secretario particular como asesor.

Al principio, el gobernador se sintió ofendido porque el mentado Jelipe le había dejado plantado varias ocasiones porque estaba muy molesto de su cercanía con el Peje, un político sureño que siempre que aparecía en los medios hacía vomitar al tal Jelipe… por otro lado, los medios de la capital de ese estado en el Sur del país se volcaban a demandar que el famoso secretario particular no solamente se disculpara con la sociedad por el daño moral y las amenazas que había generado en contra de los policías de tránsito que se sentían ofendidos y temerosos ya que, el chipocludo de la ciudad, les había amenazado con cesarlos por “desleales”, al haber subido a las redes sociales el famoso video que dio vuelta por todo el país. La verdad es que esos “topiles” de la capital se sentían amenazados por sus jefes y los políticos que sabían que de hoy en adelante, cualquier borrachera y amenazas, ya no quedarían en la impunidad ni en el secreto y la complicidad de ellos. Podrían ser filmados y llevados a las redes sociales con el escándalo que esto provoca y, en general, los ciudadanos de esa entidad, saben que los políticos no son castigados por sus desmanes, robos y agresiones, sino que son cesados de los puestos cuando en esos mismos conflictos se genera el escándalo y se hace público el desmadre que traían en puerta, así que con esa experiencia, los ciudadanos que no tienen forma de defenderse y de ser escuchados por los políticos y los funcionaros, prefirieron entenderle más a eso de las redes sociales y sacar los videos por medio de teléfonos y fotos por ese mismos sistema y subirlos para denunciar la prepotencia y las corruptelas de los políticos y funcionarios.

Ante este panorama, tanto el gobernador como el presidente municipal , prefirieron hablar directamente con Jelipe para explicarle, despacito para que les entendiera, los graves problemas que generaba ese funcionario que hacía unos días habían tenido que cesar ante el dolor y la protesta de muchos cantineros y cantinas de las que es cliente distinguido. Así que hablaron con el tal Jelipe y le comenzaron a decir: “Señor de todos los poderes y de todos los cielos del Aztlán, señor todo poderoso y amo de vidas y bienes de todos los pentontos de este país, te queremos decir que este hombre, que era nuestro secretario particular, no te va a servir de mucho. La verdad es que es indolente, faltista, borrachín, majadero, perverso, hablantín, prepotente, golpeador, y por si todo esto fuera poco, también es corrupto, borrachín, indisciplinado, lambiscón y barbero.

Se hizo un profundo silencio al otro lado de la línea donde el todo poderosos Jelipe veía con atención una de las películas de gánsteres contra policías y después de varios minutos de balazos, muertes, crímenes, decapitaciones, haciendo una gran y profunda inhalación les dijo: “Si es así, si tiene todos esos defectos, pues mándemelo inmediatamente que es el hombre ideal que necesito para que sea mi asesor… no hay mejor canalla que este individuo”…

El júbilo estalló en las oficinas públicas del estado y las municipales, porque al fin les hacían justicia, además del mezcal, las tlayudas, los chapulines y los quesos enredados, las manifestaciones del magisterio en la entidad, se podrían dar el lujo de la “exportación” de gentes y valor, campeones del levantamiento de codo y de barra fija en las cantinas de la capital, se podrían vender estímulos para que otros funcionarios tomaran clases de peda y de borrachera, tomando como botanas los chapulines y las tlayudas, acompañadas con mezcal y cerveza y, si era necesario, poner a un grupo de policías que iniciaran su carrera para que saliendo, esos “estudiantes” de las cantinas o bares de la ciudad, donde se les entrena, pudieran golpear e insultar a cualquier de ellos o poner en riesgo la vida de los ciudadanos que pasaran por las bellas calles de la capital, donde todos se podían dar cuenta de que, por cada una de ellas, en el gobierno anterior, se habían “pagado” con documentos firmados, un promedio de cinco millones de pesos por cada una de ellas y que, los contratista, habían firmado por tal cantidad y, en realidad, ellos, habían recibido solamente un millón. Los otros cuatro millones habían llegado inmaculados a los bolsillos de los políticos y funcionarios que estuvieron en este negocito y, la verdad es que, la famosa contralora panista, no había visto o simplemente se hacía como el Tío Lolo, el gran fraude y la transa que se hizo en ese gobierno. Y no solamente esto, también, otros grandes negocios que siguen en la impunidad, por ello, un grupo de visionarios empresarios del Sur, pusieron una escuela especializada en transas y corruptelas, en engaños y en manejos políticos del poder

Además, se puso como meta, el doctorado, por medio de la Universidad, de corrupción y de policía, de manifestaciones, de paros y desmadres, de porros y de formación de golpeadores, en fin, las inversiones comenzaron a fluir ya que, independientemente del cambio que supuestamente se operaba en la entidad con la llegada al poder de un grupo de varios partidos, las cosas seguían igual. Por ejemplo, en el campo de la Salud, los negocios prosperaban para los cuates del encargado de esa secretaría ya que todos los fondos del seguro popular se desviaban a los negocios y hospitales de los cuates, los medicamentes se compraban a un grupito de protegidos del señor y de los importantes políticos y, cosa curiosa, no topaban con los trámites burocráticos ya que se daban en compra directa y no había forma de que se bloquearan los negocios por medio de los concursos y así, se podían comprar medicamentos chafas a precios de medicamentos buenos y de marca, al fin y al cabo, los “yopes”, decían esos funcionaros elitistas y bien formados en el extranjero, no sabían distinguir una de otra y se tomaban todo lo que les recetaban, porque al final de cuentas, cuando veían que no recibían la salud reclamada, corrían a los brujos para que les dieran hierbas y les dieran limpias con huevo y ramas de pirú… y para que nadie extrañara los viejos tiempos de la corrupción y de la prepotencia, para eso estaban las “fuerzas del orden” en el nuevo esquema de la policía científica, agrupada en la FBI ( Fuerza Bruta Indígena) que utilizaban muy bien los jefes para golpear a los ciudadanos que se manifestaban en contra del señor todo poderosos del estado o contra al señor todo poderosos de la capital, así que no se aceptan gritos ni malos tratos, porque se exponen a los chingazos de una nueva policía científica que sirve para controlar a los ciudadanos, no para protegerles… así ,es el cambio…

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