viernes, 6 de mayo de 2011

Concéntrate en lo que quieres.

“EXISTEN CINCO PALABRAS QUE DEBERÍAN DE GRABARSE EN LA MENTE DE CADA NIÑO EN EDAD ESCOLAR SON: CONCÉNTRATE EN LO QUE QUIERES”.

No tengo duda de que como uno se siente y se ve, es como reacciona ante la vida. Cuando uno se gusta, normalmente gusta a los demás, es decir si uno está bien consigo mismo es seguro que pueda estar bien con los demás. Hay gentes que no solamente se quejan del tiempo, de las envidias, de los demás, de las cosas que suceden, de lo que pasan en la televisión, de las películas, de las comidas, es decir, todo el tiempo se quejan, porque no se gustan, y por tanto, no gustan a los demás, son rechazados, esto es lo que sucede. Así que debemos entender que los pensamientos y las acciones se manifiestan de la manera en que nos vemos a nosotros mismos.

Es una realidad que todos nuestros pensamientos están conformados por la imagen que tenemos de nosotros mismos. Por esa razón, existen muchas gentes mediocres o poquitas, dicen en mi pueblo, son aquellas que piensan que no merecen mucho o no merecen nada y por tanto, no obtienen nada en la vida o lo poco que logran obtener, lo pierden o lo dejan. Es verdad, lo tengo experimentado y sé que lo que uno logra y lo que uno recibe depende enteramente de los pensamientos que uno tiene y con los cuales actúa y se manifiesta en la vida. Tengo amigos que son muy buenos, en verdad son mejores amigos que muchos pero por desgracia, siempre han tenido la sensación de que no son dignos o que no deben recibir más de lo que tienen y esto los ha mantenido en un nivel bajo. A pesar de su bondad, no pueden superar sus emociones, porque sus pensamientos los mediatizan y los mantienen en ese estado de mediocridad. Recuerdo a uno de ellos a los que especialmente respeto y quiero por su lealtad en la amistad que cuando ha tenido oportunidades de crecer y ser mejor, siempre las desperdiciaba, y cuando tuvimos la oportunidad de que se jubilara en un tiempo adecuado para que pudiera mantener otro trabajo, le tuvo miedo a no conseguir la cantidad que él consideraba de su primera jubilación y no aceptó, se quedó como el perrito de las dos tortas y con ninguna logro matar el hambre ni alcanzar sus objetivos. No es que fuera malo o que no tuviera valor, la realidad es que demostró mucho valor en muchos campos y gran lealtad y afecto por los demás, la realidad es que no se aceptaba a él mismo y no se valoraba, siempre decía que él era menos que los demás y se quedaba al último… y se quedó…

Por ello dicen que la aceptación es un estado mental poderoso, esto no quiere decir que aceptar lo que sucede o lo que vivimos en la realidad signifique que estamos de acuerdo con ello, al contrario, es la base que nos permite tener una visión real de lo que acontece y si no nos gusta lo podemos transformar y cambiar. Lo único cierto en la vida es que todo cambia, nada es eterno.

Así, lo que en verdad valoramos es la honestidad, el valor, la perseverancia, la generosidad y la humildad. Con todo esto nacemos pero lo tenemos que ir desarrollando, lo tenemos que hacer crecer en todas la etapas de nuestra vida. Es lo que nos permite maniatar los desastres que genera el ego en nuestro actuar diario. Si tenemos honestidad, podremos vernos tal como somos y no estarnos engañando; con el valor podemos enfrentar lo peor y superarlo, los miedos paralizan y hacen mediocre a la gente. Si sabemos el valor de la perseverancia, logramos dominar cualquier tarea o cualquier trabajo que nos permitirá resolver muchos problemas de la vida, por ejemplo, conozco a un compañero que jamás ha aprendido a manejar un vehículo y se justifica diciendo que prefiere esperar el camión, porque cuando se sube, puede descansar o leer y la verdad es que ni descansa ni puede leer, lo que sucede es que tiene miedo y no tiene perseverancia para alcanzar su objetivo y se quedó… esperando el camión. La generosidad siempre es buena, nos permite regalarnos al regalar, nos sentimos bien cuando podemos dar a los demás cualquier cosa, el tiempo, el esfuerzo, un dulce, una flor, una sonrisa, un saludo, un obsequio, algo de valor y claro, en todo esto, cuenta la humildad, saber ser humilde es difícil, no es cualquier cosa, el ego rompe con la capacidad de ser humilde con los demás, pero sobre todo, ser humilde con uno mismo. Así que son cualidades que tenemos que dominar con el tiempo, desarrollarlas y se puede lograr, no importa que pasen muchos años o que tengamos muchos años, en cualquier momento esto nos ayuda a crece, no importa que sea al final de nuestras vías… más vale tarde que nunca. Como ser humano formamos la vida con nuestras experiencias y es por ello que debemos esperar experiencias extraordinarias para que nos sucedan en la vida. Así es como somos mejores. Al paso del tiempo, he entendido que no importa la enorme cantidad de libros que he leído, lo que esa lectura me permite saber. Cuando no me aprecio a mi mismo, no puedo crecer más y me limito. Por ello, de vez en cuando, me doy tiempo para reflexionar y pensar en mi propio valor, me voy revalorando, me voy apreciando y es cuando permito que las cosas buenas que deseo entren en mi vida.

Existen muchas gentes que se la pasan convenciendo a los demás sobre lo poco valiosos que son. Algunos dicen que es por la critica o porque se autocritican, pero la realidad me ha demostrado que, la autocritica, no es un signo de humildad, más bien, es una estupidez, cuando en vez de valorarnos pensamos que somos poco valiosos, compramos la idea de que somos pecadores o que no debemos tener algo porque no lo merecemos o perdemos la humildad y esto pasa, porque siempre nos estamos comparando con demás y no queremos vernos tal como somos para poder reformar lo que no nos gusta o mejorar todo lo que tenemos de bueno… así, solamente le estamos dando más importancia a la opinión de los demás que a la nuestra. La verdad es que no necesitamos explicarle ni justificarte ante nadie. Es mejor apreciar a los demás porque así aumentamos nuestra autoestima, la fórmula es encilla, si apreciamos a los demás los demás nos apreciarán… por esa razón hay que recordar que: “los estudios del Instituto de Salud Pública de California confirman que la hostilidad y el resentimiento debilitan el sistema inmunológico y duplican los riesgos de padecer ataque cardiaco, cáncer, incluso diabetes. ¡La amargura enferma!”. Cuando puedo hacer mi meditación sin interrupciones y logro concentrarme en el agradecimiento por todo lo que tengo y por todo lo que voy a lograr, me siento muy bien y las coas me van saliendo bien en todo el día, por esto, es bueno que hagamos esos esfuerzos para mejorarnos, no hay mejor inversión que estar bien, cada uno, con mejor alimentación, con más calma, con menos presiones y preocupaciones, con mejor salud, haciendo algo de ejercicio para sentirnos bien, y nutriendo el alma, para sentirnos mejor…

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