miércoles, 11 de mayo de 2011

A cien años de la toma de Ciudad Juárez

MUCHOS POLÍTICOS tienen la idea de que sus consideraciones, sus intereses y sus tonterías están por encima de cualquier otra consideración, tal vez, al llegar al poder, olvidan que su primer compromiso es el de escuchar, servir y atender a la población, que les ha llevado, por la vía del voto, aún siendo manipulado por un grupito, al poder; pero no, piensan como Felipe Calderón y su grupo de incondicionales que el cambiar de temas o de opiniones, el de servir al pueblo que se supone deben atender, que cambiar de rutas y de acciones por demandas populares, porque las mayorías piensan o sufren y demuestran que se les perjudica y se atenta contra sus derechos y garantías, porque saben, las mayorías, que es lo que les hace falta y no es precisamente lo que piensan o creen los políticos, menos cuando sus acciones no tienen nada que ver con sus compromisos de campaña, cuando han impuesto una ruta que nadie les autorizó ni nadie quiso, a nadie consultaron cuando han “declarado su propia guerra” que no tiene mayor objetivo que responder a las exigencias marcadas por los militares y poderosos de los Estados Unidos, cuando establecen las matanzas entre mexicanos, cuando aceptan por ineficientes, sociedad o complicidad que agentes norteamericanos llenen de armas a los grupos delictivos, los cuales las han comprado, para que se generen “guerras y matanzas” entre mexicanos y ellos, las autoridades, funcionarios y políticos, no solamente se hacen pendejos sino que continúan con la farsa, alegando que el cambiar de ruta sería aceptar derrotas, cuando las mayorías de los mexicanos no aceptamos estar en una guerra que es declarada, unilateralmente, por los políticos, los policías y los entreguistas en el poder. Un mando que no tiene capacidad de cambio es, sin duda, un mando dogmático, perverso, poco inteligente y con ideas cuadradas que solamente persigue, no el bienestar de las mayorías, sino el manejo de sus ideas, la imposición de las mismas y la defensa de sus intereses que, por supuesto, no son los intereses de la mayoría. Terrible es que los policías políticos en el país sean los que controlen la agenda política presidencial y no sean los conflictos y problemas sociales los que acaparen la atención del presidente y sus incondicionales para que se resuelvan los viejos problemas que atentan contra la seguridad real de los mexicanos, al tenerles sumidos en la pobreza, la marginación y el desempleo.



Así, la Marcha por la Paz, encabezada por el poeta Sicilia, ha generado grandes esperanzas en que los mexicanos no estamos dormidos, no queremos más guerras que nos matan y asesinan a gentes inocentes, que generan a las fuerzas más perversas de la policía política al crease grupos de sicarios que eliminan, no defienden, a los líderes sociales y populares, bajo el pretexto de que están actuando en contra de la delincuencia a la que finalmente protegen y aceptan sus formas y métodos de corrupción que les llena los bolsillos de dinero y enriquece a los socios y cómplices que no son otros que los políticos, los banqueros, los especuladores financieros, los funcionarios y los policías y grupos paramilitares, que hoy, operan como en los viejos tiempos de la “guerra sucia”, con los mismo métodos de los grupos de la Brigada Blanca que sirvió a los norteamericanos y políticos corruptos del país para eliminar a los luchadores sociales que generaron las guerrillas, porque se agotaron los caminos de la democracia y de la libertad en México.



El silencio impuesto por el miedo y el terror se empieza a romper, el pueblo retoma su palabra para decir lo que piensa, quiere y lucha, por esa razón, muchos políticos tiemblan y hacen declaraciones que no es con este tipo de manifestaciones como alcanzaremos la seguridad y la paz, nos dicen, en un intento para desactivar este tipo de manifestaciones de repudio y de protesta a su política, que no sirve a los verdaderos intereses de los mexicanos. El propio presidente, en vez de escuchar y recibir a los protestantes, como en los tiempos del fascismo mexicano, pierde la capacidad de escuchar y se encierra en su bunker de Los Pinos, aislado y protegido por las fuerzas de la policía política, porque sabe que su teatrito se desmorona y con esto, se muestra el verdadero baño de sangre y las prepotencias y violaciones que han realizado sus policías y sicarios oficiales, en contra de gentes inocentes que nada tienen que ver en esa guerra que ha sido el gran negocio de un grupo y que solamente responde a los intereses de la “seguridad norteamericana”, cuando en los Estados Unidos se encuentran las mafias, los verdaderos mafiosos y jefes de los pequeños mafiosos nacionales, incluyendo a los policías, banqueros y funcionarios que protegen sus intereses en México; cuando es allá donde están los viciosos que no eliminan ni atienden, cuando es allá donde están los grandes centros de distribución de drogas, armas, mercancías robadas, precursores químicos y claro, los centros de “lavado de dinero”, cuando es allá, donde su economía depende de la guerra y no de la paz y es, por esas razones que los mexicanos no debemos caer en la provocación de los políticos locales que son los socios y los cómplices de los norteamericanos, como lo ha demostrado ser Calderón, porque ante la duda de su triunfo, recurrió a dar las pompis y bajarse los pantalones con los gringos, para que le protegieran y garantizaran su estancia en el poder, por medio de terror, la represión y las armas, no por medio del voto y la confianza del pueblo mexicano.







Y es hoy, cuando se conmemora la TOMA DE CIUDAD JUÁREZ que marca el triunfo de la Revolución en México, a cien años de distancia, y por esa razón, el día de hoy, 9 de mayo, llega a esta ciudad, con grandes movilizaciones y espectáculos de policía, el Secretario de Seguridad Genaro García Luna, a dar “cara” y decir discursos en esta ciudad que sufre por la violencia de la delincuencia y la institucional y creemos que, tal vez, sea un signo de cambio el hecho de que en los terrenos que fueran las instalaciones del galgódromo y que hoy son propiedad federal y donde se decía se construirían las instalaciones para la policía federal preventiva, para mostrar el poder de la política represiva y no la política de seguridad, hoy, se ha logrado dar un cambio, y en vez de tales instalaciones, se donarán al gobierno del estado y al pueblo de Juárez, para que se construya un COMPLEJO DEPORTIVO Y CULTURAL, que sea el inicio de un verdadero cambio de política y no sea el símbolo de las dictaduras paramilitares en el país y esto, sin duda, será bueno. En Ciudad Juárez a pesar de que hay sectores que, ligados al panismo tradicional y llenos de ira y de dogmatismo señalan que no se debe defender la posición del presidente municipal que ha declarado que se debe respetar a la autoridad, por el principio del respeto y autonomía del Municipio Libre, señala, sin duda alguna, un triunfo y un cambio. Más vale que en Ciudad Juárez donde la violencia es el constante, se generen espacios deportivos y culturales y se establezca una política de respeto a los derechos y garantías de los ciudadanos por parte de las autoridades y que éstas, hagan su trabajo para que se garantice la seguridad pública que merecen y reclaman los juarenses y el país en general. Es bueno que además, el gobernador César Duarte y su equipo, apoyen estos cambios y alienten las inversiones y la atención a los espacios urbanos, proporcionando servicios públicos que alienten la generación de empresas y empleos bien pagados, no con los sistemas de explotación que se realizan por medio de la especulación y operación de las maquiladoras que, a los mexicanos, pagan, por un día de trabajo, el salario de una hora en los Estado unidos y esto, no es resolver con dignidad ni valor los problemas y conflictos sociales en la entidad. Que cese la represión y la violencia, es el grito de todos, las autoridades deben demostrar que están al servicio de la sociedad y no de la delincuencia en donde, finalmente, se les ha visto actuar, esto es válido para las policías federales, estatales y municipales. Resolver los problemas de un pueblo se hace con trabajo, respeto y justicia social, no con violencia institucional represión y terror provocado por la propia autoridad, ya sea por ineficiencia, complicidad o sociedad con los delincuentes. La obligación de los políticos y funcionarios es crear condiciones de credibilidad y confianza para la que la sociedad apoye sus acciones, de otra forma, existirán conflictos, porque una cosa son los interese del pueblo y otra es la defensa de los intereses del grupito en el poder, que defiende los intereses de los extranjeros, no de los nacionales… ojala, los cambios, sean para bien…

No hay comentarios: