sábado, 28 de mayo de 2011

Apuntes de mi vida

En plan de broma, les digo a mis amigos que estoy a punto de tomarme un “año sabático” con el fin de comenzar a escribir parte de mis memorias, no es que considere que sean importantes para la vida nacional o cosas por el estilo, no se piense que mi interés es el de “trascender” o convertirme en un espejo para la conciencia de algunos, no, la realidad es que llega uno a determinada edad y pensando en que puede uno ir olvidando con el tiempo ciertas cosas divertidas de la vida, lo mejor es irlas plasmando en el papel y por esa razón, les digo a mis cuates: “A mí, ya no me pagan por lo que escribo, me pagan por lo que callo. Y si quieren me voy acordando de muchas cosas, así que mejor pónganse de acuerdo en cómo quieren aparecer en las memorias”.

La vida,sin duda, le brinda a uno muchas oportunidades, conocemos toda clase de personas. En mi caso puedo decir que he tratado con verdaderos personajes de muchos niveles y tallas, de muchas ideologías y de muchas características. He conocido a maricones, gay, les dicen ahora en día, he conocido a hampones que siguen en la política o que han sido retirados; he conocido a contrabandistas y políticos; a policías honestos y deshonestos; a secretarios de estado y secretarios particulares, a periodistas serios y a periodistas al servicio de los hombres del poder o de los grandes capitales, a dueños de medios o simples repartidores de periódicos que tienen mucho más valor que muchos dueños de los medios y más honestidad que muchos periodistas. He tenido el honor de conocer y tratar a muchos soldados en este país a los que admiro y respeto por su nacionalismo, capacidad y lealtad institucional. He tenido la oportunidad de conocer y tratar a muchos estudiantes brillantes e inquietos, a muchos maestros de verdad, a muchos funcionarios y rectores de universidades o directores del IPN, mi casa de estudios, he tenido que atender a líderes obreros, algunos “charros” y otros de verdad comprometidos con su gremio y honestos en sus tratos, he tenido la oportunidad de conocer a muchos empresarios que despiertan nuestra admiración y dan confianza en el presente y en el futuro.

También, he tratado a artistas plásticos y actores, directores de obras importantes, escritores de novelas y cuentos, a cuentistas y charlistas que son un delicia escuchar y tratar, a muchos políticos que tienen conciencia y que saben para qué es el poder: para servir y no servirse. He podido estar al lado de diplomáticos y figuras de la Iglesia que son nobles y conocen su labor pastoral o su proceso en el servicio social o político, en fin, también, he tratado a teporochitos en la calle, a niños abandonados, a huérfanos que desgarran el corazón, a delincuentes en la cárcel y en la calle, a drogadictos y a traficantes, es, finalmente, nuestra labor en el trabajo que nos hace entender con tal nivel el alma y las tragedias y vidas de los mexicanos y de muchos extranjeros que forman parte de la humanidad. Trato pues de entender a todos y estar en sus zapatos, para no cometer el error de despreciar o marginar

Platico mucho con mis amigos y creo que, como son pocos, las charlas son largas y profundas, con alegría, con chistes y seriedad, porque la vida no puede ser pomposa ni trágica. No me lamento de lo pasado porque nada puedo hacer por cambiarlo y trato de entender las razones por las que se generaron las cosas y las razones por las qué tuve que vivir esas experiencias; trato de vivir el presente y creo que hago lo mejor para atender las necesidades de mis seres queridos, procuro de estar un poco más con ellos ya que mi labor y mi trabajo siempre me han mantenido ausente de muchos momentos importantes de su vida cotidiana. No es fácil hacer los recuentos y recuentos en la vida, tiene uno que pensar en que algunos pasajes tienen que hablar de personas y de una u otra forma se tienen que valorar y criticar los momentos vividos, algunos lo entienden, seguramente, porque son gentes maduras y saben que su función pública los expone a ventilar pasajes de su vida profesional e incluso de sus actitudes y vivencias personales, pero también hay los que tienen la piel sensible y el “alma en un hilo”, se sienten ofendidos, vulnerables por lo que se habla de ellos a pesar de que con su actuar hayan lastimado a muchos y que con sus actitudes hayan sido factor de muchas tragedias y desgracias, pero en fin, esto es parte de los riesgos y no por ello podemos dejar de escribir lo que sentimos, no con ánimos revanchistas o con perversas intenciones, al contrario, simplemente se escribirán tal y como lo vivimos o sentimos, no queremos modificar nada ni cambiar nada, no tiene razón de ser ni serviría para nada…

Seguramente no podremos hablar de todo porque la memoria o el espacio no lo permitirán, no creo referirme a publicaciones de la época ni a hacer reflexiones sobre lo que se haya dicho bien o mal de mi persona o de mi actuar, a éstas alturas de la vida, eso, no tiene mayor interés. Sin embargo, si quiere señalar que es vital decir lo que uno siente y lo que uno siente no siempre cae bien o es aceptado por otros o por lo involucrados. A mis casi 67 años, lo que se diga de uno no impacta tanto como cuando se es joven y se ha actuado con honestidad y sin malicia, pero cuando uno actúa, en algunos momentos de su vida, es bueno no tener la malicia ni ser deshonestos con lo que se piensa y se siente, con lo que se cree, es mejor pagar muchas consecuencias porque no es verdad de que los honestos siempre triunfan, no, hay momentos en que los deshonestos y villanos, los mentirosos y canallas son los que llevan la delantera y el buen vivir, cuando menos en lo material y no estoy seguro si en su conciencia, porque cuando se actúa deshonestamente creo que no hay mucha conciencia o cuando menos, no les importa estar en paz con ella…de lo que estoy convencido es que al igual que escribiera Dante: “las buenas intenciones conducen a los caminos del Infierno”… pero también es importante decir que uno, cuando tiene la buena fe y las intenciones sanas, no se queda en ese o esos infiernos, es posible salir de ellos y encontrar la verdad y la luz en el camino, con nobleza y amor…

Por supuesto que las pasiones y los dogmas generan tragedias y dolor en la vida, pero también estoy convencido de que los inteligentes no serán dogmaticos, porque no hay dogmáticos que sean inteligentes y sin presunciones creo que soy un hombre inteligente que está ocupado y no está preocupado, por esto es bueno de vez en cuando reflexionar sobre lo que hemos caminado, porque cuando menos, entendemos cómo somos y cómo terminaremos en la vida. Llegar a pensar en la muerte no es común entre los mexicanos a pesar de que nos burlemos de ella con chistes y balandronas, pero la verdad es que el tiempo lo obliga a uno para preparase a bien morir, con la paz en el espíritu y pagando los compromisos o solicitando los perdones a los que hayamos ofendido, y para esto, se requiere tiempo, reflexión, honestidad y valor… por eso, estamos escribiendo…unos apuntes de memorias…

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